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La lucha histórica de las mujeres morelenses por alcanzar el respeto absoluto a nuestros derechos ha tenido avances significativos. Sin embargo, existen peligrosos retrocesos que nos afectan a todas, entre los que se encuentran la violencia intrafamiliar y los feminicidios, que se cometen a plena luz del día y que quedan impunes.

Es cierto que se ha avanzado en el derecho a la igualdad de género en materia político-electoral. En Morelos hemos dado la lucha para que las mujeres tengan el acceso a competir por cargos de elección popular. Hoy, la paridad es una realidad. El 50 por ciento de las candidaturas a presidencias municipales, diputaciones locales y federales, senadurías y gubernaturas serán para mujeres.

Pero ahí no nos detenemos. Luchamos por la igualdad salarial desde el año pasado, impulsando reformas a la Ley Federal del Trabajo para obligar a los patrones al pago igualitario del salario entre mujeres y hombres. Es decir, por el mismo trabajo el mismo sueldo, sin importar el género.

En materia de violencia intrafamiliar modificamos los Códigos Penales y la Ley de Acceso a una Vida Libre de Violencia, aprobando la ley “Tres de Tres”, con el objetivo de endurecer las penas en contra de los violentadores.

Lamentablemente hoy en Morelos ocupamos el segundo lugar en feminicidios en el país, y esto nos estremece y nos indigna.

Es imperante detener la violencia que nos afecta en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida: no podemos caminar en la calle de noche; no podemos salir sin sentirnos vulnerables; no dormimos si nuestras hijas no están en casa. Levantamos la voz y decimos ¡ya basta de violencia, desigualdad y discriminación!

Cada 8 de marzo recordamos que no es una fecha solo para conmemorar, sino para luchar juntas y demostrar nuestra sororidad. Estoy convencida de que podemos lograr el cambio si nos unimos para exigir nuestros derechos.

Lucy Meza