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Por Flora Guerrero Goff*

Aún cuando Morelos y el municipio de Cuernavaca conservan todavía ejidos y tierras comunales agrícolas, estos tienden a desaparecer a causa del crecimiento urbano, entre otras causas.

Vergonzosamente, México importa maíz transgénico de Estados Unidos, aunque este cereal ha sido la base alimenticia de nuestro país por siglos. Pero la falta de apoyo al campo y los negocios sucios de los pasados gobiernos décadas atrás, ha hecho que en gran parte del país ya no sea redituable sembrar, maíz, jitomate, frijol, entre otros productos. A causa de esta situación miles de campesinos han tenido que vender sus tierras, o abandonarlas, y en el peor de los casos, irse de braceros a Estados Unidos.

Morelos era un Estado predominantemente agrícola, pero en los últimos cincuenta años ha ido decayendo y terminó por colapsar cuando el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari reformó el Artículo 27 Constitucional. Estos fueron sus argumentos: “Terminar con el reparto agrario, dar seguridad jurídica a la tenencia de la tierra, permitir el arrendamiento y venta de la tierra para capitalizarla” o sea, para dar paso a desarrollos inmobiliarios e industriales, en los cuales, el ahora ex presidente tenía millonarios intereses económicos en complicidad con la oligarquía. Un negocio redondo.

Cuando niña conocí los campos de cultivo del pueblo de Ahuatepec, municipio de Cuernavaca, tierras que defendió con su vida Enedino Montiel junto con su compañera Antonia, ambos asesinados por el banquero Legorreta, quién pretendía adueñarse de las tierras de esa comunidad indígena. Mi madre, Devaki Garro, nos enviaba a sus hijos menores con sus compadres a Ahuatepec a pasar las vacaciones de verano. Los compadres nos llevaban al campo a sembrar maíz y a cosechar jitomates que comíamos con tortillas de maíz criollo y sal a la hora del descanso bajo la sombra de un árbol. Eran campos majestuosos en verdor cuando la milpa ya asomaba sus elotitos, el frijol y la calabaza crecían. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y a casi seis décadas Ahuatepec esta irreconocible. Ya es raro ver las casas de adobe con teja, los campos de cultivo en su gran mayoría han sido transformados en colonias, fraccionamientos y naves industriales, es el paisaje que se observa al circular por el Paso Exprés, todas esas construcciones que se encuentran a las orillas de esta vialidad están sobre lo que fueron campos de cultivo de temporal. Me horrorizo cada vez que paso por ahí, porque veo con tristeza que esos campos se perdieron para siempre.

Durante la administración municipal del Lic. Jesús Giles, del 2006 al 2009, se elaboró el “Programa Parcial de Desarrollo Urbano Sustentable Chipitlán”, (proyecto de desarrollo urbano habitacional), el cual, se mantuvo guardado durante todos estos años hasta el día de hoy cuando el gobierno federal anunció en meses pasados la ejecución de dicho Programa Parcial

El terreno donde se pretende llevar a cabo el proyecto habitacional es sobre los campos de cultivo de temporal de Chipitlán, en el municipio de Cuernavaca, el cual, tiene una extensión de 346.94 hectáreas. (foto), que incluye barrancas en ambos lados. Aunque la ejecución de este Programa Parcial es legal porque fue publicado en el Periódico Oficial, es lamentable que los tres niveles de gobierno continúen promoviendo desarrollos urbanos sobre las tierras de cultivo.

En décadas pasadas, en Morelos se construyeron miles de casas de interés social sobre excelentes tierras de cultivo incluyendo magníficos arrozales. Absurdamente, muchísimas de estas casas actualmente están abandonadas. Probablemente en Cuernavaca se requieren más casas habitación de interés social, pero no debe ser a costa del arrasamiento de campos de cultivo.

Cabe mencionar, que el Plan Parcial, en su proyecto, incluye el cruce por dichas tierras de cultivo de Chipitlán el trazo carretero Libramiento Norponiente, el cual, es absolutamente obsoleto, ya que el Programa Parcial de Desarrollo Urbano Sustentable Chipitlán fue creado entre el 2006 y el 2009, mientras que ya en el 2012, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la SEMARNAT le negó a la Secretaria de Comunicación y Transporte (SCT) la autorización de la construcción del mencionado Libramiento Norponiente, pues causaría graves impactos ambientales a los bosques y barrancas de Cuernavaca. La inviabilidad del proyecto carretero de la SCT entonces dió paso, como alternativa, la ampliación de la carretera México-Acapulco, lo que actualmente es el Paso Exprés. Por lo tanto, actualmente el Libramiento Norponiente ya no es viable.

En conclusión, es muy preocupante que se continúen cometiendo los mismos errores de años atrás al sacrificar las tierras de cultivo para dar paso a la urbanización, no solo en Morelos, sino en todo México. La soberanía alimentaria de nuestro país solo la podemos lograr si hay tierras para cultivar juntamente con el apoyo de los gobiernos a los

campesinos, de lo contrario, seguiremos cada día más supeditados a Estados Unidos importando maíz transgénico entre otros productos agrícolas.

Saludos y hasta el próximo relato.

Aviso: Concedo al Dr. Víctor Flores Armillas, compañero de la Red de Ambientalistas y Académicos por un Morelos Sustentable, este espacio para la próxima publicación con el tema de Barrancas de Morelos.

*Flora Guerrero Goff, Integrante del Consejo Directivo de la Fundación Biósfera del Anáhuac, A.C., Iniciativa Bosque de Agua, integrante del Comité Ejecutivo del Programa de Ordenamiento Ecológico y Territorial de Cuernavaca y Temixco, y directora de Guardianes de los Árboles, A.C

fguerrerogoff@gmail.com