loader image

Hugo Carbajal Aguilar

El filósofo Adolfo Sánchez Vázquez –de feliz memoria- afirma:

“La mercantilización avasallante del neoliberalismo convierte todo en MERCANCÍA y la actividad humana se juzga por el criterio de la productividad, del éxito, de la eficiencia, de la rentabilidad en términos económicos. En ese sistema, en el que vivimos en su fase más explotadora y depredadora, el neoliberalismo, la Universidad no puede escapar a sus amenazas. Pero ante ellas, tiene que hacer frente a la tendencia impulsada por los organismos económicos internacionales hegemonizados por Estados Unidos para privatizar la educación superior”. (La autonomía, amenazada por el neoliberalismo”, La Jornada, jueves 14 de octubre 2004, pág. 15).

Tristemente la escuela ha dejado de ser el punto crítico de la sociedad civil, su papel se ha visto reducido. No es más el espacio donde debería determinarse crítica y reflexivamente el rumbo que la sociedad en su conjunto debería seguir; el punto de partida para avanzar en el análisis y la impugnación de la realidad socioeconómica imperante, el sitio donde maduraría, mediante el debate reflexivo, la concientización política de los implicados en el proceso educativo, maestros y estudiantes.

Si este Modelo Educativo realmente responde “a los desafíos que impone el nuevo horizonte de la época”, (p.15) podríamos esperar lógicamente que asuma como desafío la transformación radical de esta sociedad injusta, mezquina, individualista y –ergo- inhumana.

EL MODELO EDUCATIVO Y SU OBEDIENCIA AL PROYECTO ECONÓMICO NEOLIBERAL. – Tenemos que abundar en los argumentos que van más allá de la constatación de hechos y se remiten a las desastrosas consecuencias que un modelo-proyecto de esta orientación acarrearía. Entender así el proceso educativo conlleva implícitas serias consecuencias de orden humanístico. “Si sucede –dice Armando Labra- que el gobierno se encuentra frente al tema de la educación-superior-como-servicio-mercantil-susceptible-de-compra-venta en postura tan patidifusa como en el resto de los asuntos que atañen al destino de la nación, no podemos sino alarmarnos” (Cuentas rendidas. Educación Superior en Oferta, en: La Jornada, lunes 10 de marzo de 2003, pág. 20).

Justamente por tratarse del proceso fundamental de humanización, del desarrollo integral de la persona en la búsqueda de la formación de su personalidad y de su carácter no se advierte cómo una evaluación de carácter pedagógico deba sustentarse en factores propios de la calidad. Más simple aún: un proceso humano, con todo lo que esto implica no puede ser medido en términos mercantiles, en términos gerenciales.

El proceso pedagógico y filosófico de la educación se deshumaniza al igual que se desvanece la formación ética del egresado (Maza Dueñas Mafaldo, Filosofía UVM, Campus Texcoco mmaza@uvmnet.edu).

La relatora especial de la ONU Katarina Tomasevski, conferencia Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM, afirmó: “México y varios países de América Latina están siguiendo el modelo estadounidense que no concibe la educación como un derecho, sino como una mercancía sujeta a las leyes de mercado. Esta política tendrá consecuencias desastrosas, porque las sociedades quedarán divididas en dos grupos: los ricos que pueden pagar las mejores escuelas y los pobres que tienen acceso a enseñanza de baja calidad…” (Mercantilizar la educación, tendencia del gobierno foxista, Claudia Herrera Beltrán, La Jornada, julio 29 de 2002, pág. 7).

¿Dónde queda aquella concepción del estudiante como SUJETO de su propia formación integral si ahora debe ser tratado como un objeto, un producto, una cosa, una mercancía más? ¿Qué hay de las teorías del aprendizaje SIGNIFICATIVO, así como la del aprendizaje SOCIAL HUMANISTICO? ¿Se han tomado en cuenta? Vamos… ¿se conocen?

La finalidad suprema del poder metropolitano –en este proyecto- es hacer de los pueblos un insumo en la contabilidad de las empresas multinacionales, según señalaba el Dr. Horacio Labastida también de feliz memoria. Las críticas a este proyecto han abundado. Así, desde marzo del 2003, ocho rectores de distintas universidades de nuestra América Latina reunidos en la UNAM durante la Segunda Reunión de rectores de la Red de Macrouniversidades Públicas señalaban que el Neoliberalismo es la peor cosa que les ha pasado a las universidades públicas.

Ma. Isabel Rodríguez. Rectora de la Universidad de El Salvador, explica: “La Universidad pública tiene la responsabilidad de analizar y concientizar sobre los efectos devastadores de un sistema que está por encima de lo social y lo único que le importa es el dinero, modelo al que nuestros gobiernos están SOMETIDOS y SUMISOS”. (Karina Avilés, El Neoliberalismo, lo peor que ha ocurrido a la universidad pública. La Jornada, lunes 10 marzo 2003, p. 45).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *