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Julián Vences

Ocho días después, el editorial del 17 de junio de El Correo del Sur, refrenda, con otras palabras, la anterior opinión:

«El descuido de las autoridades para tutelar los derechos de los ciudadanos produjo el cáncer ahora difícilmente extirpable doloroso y disolvente. Se toleraba la labor de un liderzuelo que engaña y explota, después se quiere dar el zarpazo violento e ilegal».

Mes y medio después de los hechos de Xochicalco el eminentísimo seguía mudo al respecto. Su apretada agenda no incluía el caso Jaramillo. En cambio, el 4 de julio tuvo tiempo para redactar otra carta dirigida al director de Correo del Sur, quien la insertó con fotos en las páginas cuatro y cinco de la edición correspondiente al 8 de julio; las dos planas enteras dan idea de un asunto que a su excelencia ocupaba:

«En el vetusto claustro del antiguo convento franciscano… de Cuernavaca eran conocidas un maltratado lienzo de muro con la representación de los santos y beatos de la gran familia franciscana y algunos fragmentos de adornos florales en los nichos de las testeras de los corredores… Recientemente decidí descubrir todo el estuco primitivo que recubriese los muros. El resultado ha sido satisfactorio, pues, aunque haya que lamentar todo lo desaparecido, que es la mayor parte, se puede formar una idea aproximada del aspecto original de la decoración del claustro. En cuanto a la edad de las pinturas encontradas… se puede formular la hipótesis de que correspondan entre 1525 – 1550. Sobre cada una de las puertas antiguas han sido descubiertas unas interesantes pinturas».

Su eminencia ocupaba su atención en el espinoso, confrontativo tópico del libro de texto único y gratuito y en redactar dos Exhortaciones Pastorales, una sobre el Concilio y otra sobre Sagradas Escrituras y en preparar dos eventos: Primera Reunión Diocesana de la Fe, a celebrarse a mediados de julio y el Día de la Biblia a fines de septiembre. Seguía ocupado en la temática a tratar en el Concilio; desplegaba intensa campaña en favor de leer de la biblia.

En la Exhortación sobre el Concilio expresó: «el aspecto más seductor, que ha provocado las más grandes ilusiones, es el ecuménico». A la Primera Reunión Diocesana de la Fe asistieron, invitados por él, Leonel Montes y Rodolfo Moreno, reverendos episcopales, y Verne R. Bruce, metodista. ¿Por qué, entonces, negarse a declarar sobre el asesinato de Jaramillo, pastor metodista?

Guardar silencio sobre Jaramillo, ¿significaba que compartía lo expresado en páginas del Correo del Sur?, como eso de que «Jaramillo tenía como delincuente largas y viejas cuentas pendientes con la justicia, que sus muchos crímenes y estafas quedaban en la impunidad más inexplicable» o que era «un liderzuelo que engaña y explota».

Un agente de la Dirección Federal de Seguridad, en el reporte 02383 (Versión Pública, Archivo General de la Nación) comunicó a su superior: «Se tiene conocimiento de que el obispo Méndez Arceo es quien escribe los editoriales del semanario Correo del Sur». Si lo anterior fuera cierto, quedaría despejada la duda respecto a qué pensaba el obispo sobre el asesinato de Jaramillo y familia.

En la página 2 de Correo del Sur, edición del 26 de agosto, se reproduce completa la entrevista que Raúl Cruz, reportero de la revista Hoy le hizo al excelentísimo señor obispo, a continuación, un extracto:

«Expongo el objeto de mi visita y esbozo varias preguntas. Sin embargo, se niega a expresar su opinión sobre… el asesinato de los Jaramillo —que mucho lamenta—… no puede expresar su opinión porque… está fuera de su trayectoria en virtud de su investidura… Los problemas educativos ocupan una gran parte de mi tiempo… porque tengo la encomienda como presidente de la Comisión Episcopal de Educación de interesarme en buscarles solución… Los libros de texto gratuito están saturados de ateísmo negativo y laicismo a ultranza».

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