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Oralba Castillo Nájera

Espanta el silencio de los de arriba sordos al clamor de ¡alto a la guerra! que cubrió la república y países de la Europa insumisa quienes el 8 de junio en plazas, parques, banquetas, zócalos, puertas de embajadas y consulados exigieron ¡Ya BASTA!

La campaña del 27 de mayo al 10 de junio, fue avalada por 1800 firmas de artistas, intelectuales, personas de la sociedad civil, y 800 organizaciones y colectivos quienes firmaron, exigieron: el cuidado de la salud del compañero Jorge López Santíz base de apoyo zapatista herido por balas del grupo paramilitar ORCAO contra la comunidad MoisésGandhi. Los zapatistas han padecido quema de cafetales, desvío de sus aguas, balceras, secuestros, todo tipo de violencia por grupos paramilitares, protegidos y crecidos dentro de la SEDENA la cual,además de entrenarlos los cobija en colusión con el gobernador Rutilio Escandón,  con anuencia y silencio del gobierno federal. 

En 2021 el EZLN alertó que la guerra civil se estaba preparando en Chiapas, zona zapatista, que obstaculiza el “desarrollo” capitalista que hiere los territorios del Sur sureste. 

Hace años, una caricatura representaba un choque de trenes, uno cubierto con la capucha zapatista, el otro la cara de AMLO. Choque inevitable entre la privatización y venta de las riquezas naturales, destrucción de la madre tierra, ecocidio y etnocidio programado hace décadas y ejecutado con la militarización criminal de la Cuarta T al servicio de los proyectos de los Estados Unidos, firmados en el TL-MEC, que entre otras atrocidades criminaliza a los migrantes condenándolos a la desaparición y, en casos extremos, a encontrar muerte dentro de tráileres sin aire, o quemados. Los albergues han sido otorgados a empresas privadas que con impunidad hacen dinero con la migrantes, trata de blancas, venta de órganos, esclavitud.

A lo largo de la campaña “¡Alto a la guerra!” se han realizado conversatorios analizando la grave situación en que se encuentra Chiapas, alertando la amenaza directa contra el zapatismo, que a casi cuarenta años de existencia dejaron las armas por la palabra, construyendo escuelas, hospitales, centros culturales, realizado a nivel nacional e internacional reuniones con intelectuales y colectivos en resistencia, incluyendo a los kurdos. Demostrando que otro mundo es posible, defendiendo territorio y autonomía. 

La respuesta del Estado desde Calderón en adelanteha sido cercar, desacreditar, intimidar a las comunidades. Hoy que el capataz mesiánico  estápor concluir su periodo presidencial le urge terminar sus megaproyectos de muerte, aunque son un fracaso anunciado. Como muestra Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles; la imposibilidad en algunos tramos del tren militar de avanzar retacandocon rocas y pilotes de concreto cenotes, matar compañeros, desaparecer luchadores, intimidar y jugársela a la comprar de conciencias mediate asistencialismo como Sembrando Vida, cuyo objetivo es destruir redes comunales, introducir drogas en zonas indígenas, generan divisiones. 

Las acciones del 8 de junio lograron articular, también en Morelos, movimientos en rebeldía y resistencia. Urge construir una muralla de paz, contener la barbarie. 

La táctica contrainsurgente es invisibilizar las luchas populares, la terca realidad como la llama el viejo Marx rompe el silencio y grita ¡No están solos! ¡Ya Basta!, ¡Viva el EZLN!

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