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Juan Manuel Ortega Maldonado*

En meses recientes el Congreso del Estado de Michoacán propuso una ley de Fomento a la Economía Social y Solidaria. Desde la perspectiva de la Constitución Federal, los Estados solo pueden “fomentar” pero no “regular” la economía social y solidaria.

Pues bien, de algún tiempo para acá, algunos colegas míos y yo integrantes del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo, hemos dedicado grandes discusiones para determinar qué es lo que el Estado de Morelos podría regular dentro del concepto de “fomento a la economía social y solidaria”. 

Sin duda, una de las discusiones más encendidas que se han presentado es que —para nosotros— una es la economía social y otra la economía solidaria. Es un asunto de perspectivas, más que diferencias radicales entre ambos conceptos. La primera, la economía social, estaría conformada por la regulación de todas aquellas organizaciones establecidas en distintas leyes mercantiles, como las sociedades cooperativas; y, por otro lado, estaría la economía solidaria, que es aquella que existe dentro de los negocios familiares. 

Sobre este último punto me quiero detener. En todas las leyes estatales de fomento económico que existen en el país —que, por cierto, no son muchas— el tema de la economía familiar ha pasado por alto, siendo que el mayor porcentaje de los negocios grandes, medianos y pequeños, tienen un origen familiar. La regla general es que los negocios inicien en la familia y después se expandan; la excepción es que no sea así. 

Por lo tanto, lo que debemos hacer es empezar la regulación del fomento a la economía familiar o solidaria. Si queremos ser innovadores y apoyar con eficacia a la economía morelense, el esfuerzo debe enfocarse en la economía solidaria o familiar.

¿Cómo lograr este objetivo desde la perspectiva legal?Aprobando una ley que prevea la creación de todo un sistema que apoye esta economía solidaria. No se trata únicamente de “financiar los changarros” como lo pretendió algún gobierno federal, sino de dotar de instrumentos y medios para que los negocios familiares, nazcan, se desarrollen y triunfen creando riqueza con la asesoría de algunas instituciones públicas.

En muchas ocasiones lo que un grupo familiar necesita no es tanto el dinero —que por supuesto sí es importante— como el apoyo y acompañamiento en el proceso de creación y consolidación del negocio familiar. 

Por citar algunos ejemplos, según estadísticas del INEGI, solo 1 de cada tres negocios familiares sobrevive los primero dos años; y el porcentaje disminuye conforme pasan los años, de manera que después de 10 años son escasos los negocios familiares que perviven. 

¿Cuántos negocios familiares conoce usted que hayan fracasado? Tal vez usted mismo inició uno, en alguna ocasión y tuvo que cerrar, ¿no es verdad? La gran mayoría supone que se debe a la falta de recursos económicos; pero según los propios datos de INEGI, la poca continuidad de un negocio familiar se debe a la falta de capacitación en cuanto al manejo de los recursos humanos, la ignorancia en el manejo de las finanzas del negocio, que pasa por no determinar, por citar un ejemplo, el precio correcto de los productos; la ausencia de reglas claras sobre la administración del negocio y del liderazgo del mismo, etcétera.

Así que la falta de recursos económicos no es la causa del cierre de los negocios familiares, sino la consecuencia de una incorrecta administración.

Luego entonces, si el problema no son siempre los recursos económicos, las autoridades estatales sí pueden hacer mucho por la economía familiar: brindar apoyo y acompañamiento en ese proceso. Las familias no tendrían dinero suficiente para pagar a un asesor financieros o especialista en negocios; pero sí podrían gustosamente acudir y recibir asesoría de funcionarios públicos expertos en la materia o del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo.

*Profesor investigador de Derecho en la UAEM

Frases para posibles entrecomillados

Si queremos ser innovadores y apoyar con eficacia a la economía morelense, el esfuerzo debe enfocarse en la economía solidaria o familiar.

La poca continuidad de un negocio familiar se debe a la falta de capacitación en cuanto al manejo de los recursos humanos, la ignorancia en el manejo de las finanzas del negocio, la ausencia de reglas claras sobre la administración del negocio y de liderazgo.

¿Y la economía familiar, para cuándo?

Juan Manuel Ortega Maldonado*

En meses recientes el Congreso del Estado de Michoacán propuso una ley de Fomento a la Economía Social y Solidaria. Desde la perspectiva de la Constitución Federal, los Estados solo pueden “fomentar” pero no “regular” la economía social y solidaria.

Pues bien, de algún tiempo para acá, algunos colegas míos y yo integrantes del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo, hemos dedicado grandes discusiones para determinar qué es lo que el Estado de Morelos podría regular dentro del concepto de “fomento a la economía social y solidaria”. 

Sin duda, una de las discusiones más encendidas que se han presentado es que —para nosotros— una es la economía social y otra la economía solidaria. Es un asunto de perspectivas, más que diferencias radicales entre ambos conceptos. La primera, la economía social, estaría conformada por la regulación de todas aquellas organizaciones establecidas en distintas leyes mercantiles, como las sociedades cooperativas; y, por otro lado, estaría la economía solidaria, que es aquella que existe dentro de los negocios familiares. 

Sobre este último punto me quiero detener. En todas las leyes estatales de fomento económico que existen en el país —que, por cierto, no son muchas— el tema de la economía familiar ha pasado por alto, siendo que el mayor porcentaje de los negocios grandes, medianos y pequeños, tienen un origen familiar. La regla general es que los negocios inicien en la familia y después se expandan; la excepción es que no sea así. 

Por lo tanto, lo que debemos hacer es empezar la regulación del fomento a la economía familiar o solidaria. Si queremos ser innovadores y apoyar con eficacia a la economía morelense, el esfuerzo debe enfocarse en la economía solidaria o familiar.

¿Cómo lograr este objetivo desde la perspectiva legal?Aprobando una ley que prevea la creación de todo un sistema que apoye esta economía solidaria. No se trata únicamente de “financiar los changarros” como lo pretendió algún gobierno federal, sino de dotar de instrumentos y medios para que los negocios familiares, nazcan, se desarrollen y triunfen creando riqueza con la asesoría de algunas instituciones públicas.

En muchas ocasiones lo que un grupo familiar necesita no es tanto el dinero —que por supuesto sí es importante— como el apoyo y acompañamiento en el proceso de creación y consolidación del negocio familiar. 

Por citar algunos ejemplos, según estadísticas del INEGI, solo 1 de cada tres negocios familiares sobrevive los primero dos años; y el porcentaje disminuye conforme pasan los años, de manera que después de 10 años son escasos los negocios familiares que perviven. 

¿Cuántos negocios familiares conoce usted que hayan fracasado? Tal vez usted mismo inició uno, en alguna ocasión y tuvo que cerrar, ¿no es verdad? La gran mayoría supone que se debe a la falta de recursos económicos; pero según los propios datos de INEGI, la poca continuidad de un negocio familiar se debe a la falta de capacitación en cuanto al manejo de los recursos humanos, la ignorancia en el manejo de las finanzas del negocio, que pasa por no determinar, por citar un ejemplo, el precio correcto de los productos; la ausencia de reglas claras sobre la administración del negocio y del liderazgo del mismo, etcétera.

Así que la falta de recursos económicos no es la causa del cierre de los negocios familiares, sino la consecuencia de una incorrecta administración.

Luego entonces, si el problema no son siempre los recursos económicos, las autoridades estatales sí pueden hacer mucho por la economía familiar: brindar apoyo y acompañamiento en ese proceso. Las familias no tendrían dinero suficiente para pagar a un asesor financieros o especialista en negocios; pero sí podrían gustosamente acudir y recibir asesoría de funcionarios públicos expertos en la materia o del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo.

*Profesor investigador de Derecho en la UAEM

Frases para posibles entrecomillados

Si queremos ser innovadores y apoyar con eficacia a la economía morelense, el esfuerzo debe enfocarse en la economía solidaria o familiar.

La poca continuidad de un negocio familiar se debe a la falta de capacitación en cuanto al manejo de los recursos humanos, la ignorancia en el manejo de las finanzas del negocio, la ausencia de reglas claras sobre la administración del negocio y de liderazgo.

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