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UN TEMA DE DERECHOS HUMANOS 

Por Ismael Eslava Pérez *

El pasado 28 de junio se celebró el Día Internacional del Orgullo LGBTI+ (acrónimo que conjunta los diversos grupos que no se ajustan a las convenciones tradicionales por su orientación, identidad o expresión de género), efeméride que permite reiterar la importancia de sensibilizarse sobre los derechos humanos de las personas LGBTI+ y celebrar la diversidad sexual.  Ese día -pero de 1969- aconteció una redada policial en el bar Stonewall Inn –lugar de reunión para la comunidad gay-, ubicado en el barrio Greenwich Village de Nueva York, que marcó el inicio del movimiento social por la libre orientación sexual.Éste y otras manifestaciones posteriores fueron muestra de la firme determinación por la reivindicación de los derechos de la comunidad homosexual de Estados Unidos de América y el mundo. 

A partir de entonces se ha desarrollado una ola de activismo por el respeto a los derechos de las poblaciones LGBTI+ y una abierta lucha contra sudiscriminación, reivindicando el derecho de las personas a vivir con absoluta libertad su orientación e identidad de género, precisando que la expresión “diversidad sexual” hace alusión  a todas las posibilidades que tienen las personas de asumir, expresar y vivir la sexualidad, así como de asumir expresiones, preferencias u orientaciones, identidades sexuales y de género distintas en cada cultura y persona” (Diversidad sexual y derechos humanos, CNDH, 2018, p.3), no obstante ha ido prevaleciendo tal expresión para referirse a las poblaciones que no se ajustan a las reglas dominantes de la heterosexualidad.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México la población LGBTI+ asciende a cinco millones de personas (5.1% de la población de 15 años y más), lo que significa que una de cada 20 personas seidentifica como población LGBTI+; la población gay, lesbiana, bisexual o de otra orientación sexual LGB+ asciende a 4.6 millones, lo que representa 4.8% de las personas de 15 años y más, y la población transgénero, transexual o de otra identidad de género que no

coincida con el sexo asignado al nacer es de 909 mil: 0.9% de las personas de

15 años y más.

En este sentido, en la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018 (ENDOSIG), se destaca que el 83.2% de la población encuestada manifestó haber percibido chistes ofensivos sobre personas LGBTI+, en tanto que el 53.3% lo señaló respecto a expresiones de odio, agresiones físicas y acoso contra poblaciones LGBTI+. También que en el último año el 59.8% de la población encuestada se sintió discriminada por al menos un motivo; el 25.2% declaró la negación injustificada de algún derecho y una de cada dos personas no fue abierta sobre su orientación sexual y/o identidad de género en su último empleo.

Tales datos reflejan que la importancia de la diversidad sexual, desde un enfoque de derechos humanos,gravita en los cambios de paradigma que se deben generar frente a las poblaciones lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual e intersexual, al ser sus integrantes titulares plenos de derechos, sin embargo, debido a prejuicios y estereotipos se encuentran en una situación especial de vulnerabilidad en virtud de que sus derechos humanos no siempre son observados y, por tanto, se hace necesario enfatizar el respeto irrestricto a su dignidad como núcleo central de sus derechos y libertades fundamentales.

La sensibilización sobre los derechos humanos de las personas LGBTI+ permite dotar a las personas servidoras públicas y a la sociedad en general de elementos fundamentales para su promoción, prevención y defensa a partir de nociones básicas sobre sexualidad humana que identifiquen con claridad conceptos tales como el sexo y el género, la orientación sexual, la identidad y la expresión de género además de una actualización en el manejo adecuado del lenguaje al momento de abordar lo relacionado con estas poblaciones, con la finalidad de que no sea discriminatorio sino inclusivo y respetuoso de todas las personas.

Se deben analizar las condiciones de violencia y discriminación que enfrentan las poblaciones LGBTI+ en su vida cotidiana, desde la familia de origen hasta los ámbitos escolares y laborales, donde buena parte de estas poblaciones requiere ocultar sus condiciones de vida para evitar la violación de sus derechos humanos. Los derechos fundamentales son universales, sin embargo, en la praxis no todas las personas tienen las mismas condiciones para acceder a su goce y ejercicio, sea por factores históricos, políticos, económicos, culturales o sociales, incluso muchas de ellas padecen procesos de exclusión cuyas causas de origen son complejas y confluyen en un punto en común: los prejuicios, los estereotipos y la imposición de relaciones de poder desventajosas entre diversos sujetos.

Hoy y siempre se requiere el compromiso social y estatal con la promoción y protección de los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual e identidad de género.

• Profesor universitario y especialista en derechos humanos

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