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Podríamos hablar de la mezquindad que lleva al Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia a cabildear, por un lado, los retiros dorados para los magistrados del TSJ que concluyan sus funciones en un futuro -entre los que se encuentra, desde luego, él mismo- y, por otro lado, escatimarle los derechos ya existentes a los magistrados que se retiraron recientemente por haber osado criticarlo y señalarlo como parcial.

Podríamos comentar algo sobre la calidad humana de quien está buscando la manera de dañar a los magistrados salientes que incluso votaron para que él ocupara la presidencia del Tribunal, buscando la forma de torcer la ley -de nuevo- para regatearles los derechos de los que ya gozan y que no están en puntos suspensivos, como en el limbo en el que se encuentra su proyecto dorado gracias al veto del gobierno estatal.

Pero, como es domingo y todos, hasta los que no trabajan, merecen un día de asueto, mejor vamos a hablar de aquellos seres que están libres de los vicios humanos y que nos regalan el oxígeno que respiramos. Algo infinitamente más placentero que las bazofias que se cocinan en las mazmorras de los imaginarios feudos personales.

Como nos recordó en estas páginas Flora Guerrero Goff, el pasado jueves 13 de julio, en el Día Nacional del Árbol, en una ladera de la barranca Tecoyuco en el norte de Cuernavaca, un enorme y monumental amate prieto de más de doscientos años fue declarado el primer Árbol Notable Patrimonial de Cuernavaca.

Aunque hay muchos amates en Morelos, este árbol es único en su género en el estado, pues es el primer árbol al que se le otorga la distinción de patrimonio estatal gracias a diversos parámetros, como por ejemplo, su impacto en la ecología local, su edad y su valor biológico, que los hacen distinguirse en la naturaleza de la localidad a la que pertenecen. El amate prieto de Tecoyuco tiene 25 metros de alto y un tronco de tres metros de diámetro.

Ahora las autoridades se han comprometido a cuidarlo y dedicarle un trato especial que lo preserve en óptimas condiciones para las futuras generaciones.

Flora Guerrero explica que “la designación y cuidado de Árboles Patrimoniales y Notables, no es una iniciativa que haya surgido originalmente en Cuernavaca, pues hace tiempo que se establecieron declaratorias similares en algunos países europeos y varios estados de la república mexicana como Jalisco, Nuevo León, Guanajuato, Oaxaca, San Luis Potosí; es decir, que en este rubro en Cuernavaca y el resto de los municipios de Morelos llevamos varios años de rezago, razón por la cual era necesario establecer este modelo de protección para los árboles majestuosos que existen” en el estado.

Es una iniciativa que debería expandirse por toda la entidad, ahora que la capital ha puesto el ejemplo. Aquí también se ha abierto una convocatoria para que los vecinos, que conocen mejor sus rumbos, propongan nuevos árboles notables, singulares o incluso patrimoniales, para lo cual se pueden poner en contacto con Guardianes de los Árboles, una de las asociaciones civiles que impulsaron esta brillante iniciativa.

El reconocimiento de la importancia de nuestro entorno y de la naturaleza es el tipo de actos que nos alejan del abismo al que parecen empeñados a empujarnos, como sociedad, algunos seres de los que, mejor, podríamos hablar en otra ocasión.

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