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Andrea Álvarez Sánchez

Hace un tiempo oí hablar de un doctor que prometía la perfección de la salud física, mental y emocional. Entusiasmada, me inscribí a su curso, compré sus textos, sus pociones artesanales y seguí al pie de la letra su tratamiento naturista. Terminé en el hospital por cinco semanas a causa de un envenenamiento por las sustancias que ingerí.

Después de que el gastroenterólogo me operó y salvó mi vida, reflexioné sobre lo que me había sucedido. Me sentí como el Fausto de Goethe, el erudito alquimista que, insatisfecho con su vida, en su búsqueda de conocimiento y placeres más allá de los límites humanos, se deja seducir por el demonio Mefistófeles y sus promesas de poder, riqueza y juventud eterna.

La imprudencia de Fausto radica en la falta de discernimiento y su ambición desmedida. Por mi parte, caí en la trampa de un charlatán de salud holística. Esto me recuerda al refrán «la curiosidad mató al gato». Siempre pensé que la inquietud por obtener conocimiento, el anhelo de transitar nuevos caminos y la ambición eran cualidades positivas, pero omití un elemento en la fórmula: la prudencia.

¿Qué dirían Hansel y Gretel quienes, atraídos por una casa de dulces en el bosque, cayeron en manos de la malvada bruja? ¿Qué dirían los compañeros de navegación de Odiseo quienes, en la isla de Circe, fueron convertidos en cerdos? ¿Y qué diría Sir Gawain quien cayó en la tentación de besar a la Dama del Castillo?

En este exvoto, el caminante Prudencio y su amigo se encuentran con un aquelarre en medio del bosque. Al mirar a las mujeres desnudas, Prudencio, por un lado, aguarda tras un árbol; el amigo, por el otro, cae en la seducción de las brujas quienes terminan por matarlo en su hoguera. La Prudencia, en la parte superior derecha de la pintura, está representada por una mujer con un espejo en la mano. El espejo, lejos de estimular la contemplación banal del yo, representa la capacidad de verse a uno mismo y alcanzar el autoconocimiento.

Desde el siglo iv a. C. la inscripción Gnothi seuton (γνωθι σεαυτόν) que quiere decir «Conócete a ti mismo» se encontraba en la pronaos del templo de Apolo en Delfos. Este es un ejemplo de cómo el autoconocimiento, desde tiempos remotos, se ha considerado una parte esencial del camino hacia la sabiduría. La Prudencia, a su vez, es una de las cuatro virtudes cardinales junto con la Templanza, la Justicia y la Fortaleza. Fueron tan significativas para los griegos que Platón las expuso en su tratado La República y después aparecerían inscritas en el pensamiento cristiano de san Ambrosio.

La experiencia que tuve con el supuesto doctor casi me mata, pero también me acercó a la prudencia. Distinguir el bien del mal conlleva pasado y presente. Es por ello que la cabeza de la mujer en el ícono se divide en dos: por delante, en el rostro de una joven que representa el presente; y por detrás, un anciano que simboliza la experiencia. La serpiente que lleva en la mano, además, es una alusión al pasaje bíblico de Mateo 10:16, donde Cristo les aconseja a los apóstoles «prudentes sicut serpentes»; es decir, «sean sabios como serpientes». Para cruzar a salvo las arenas movedizas de la vida hay, sin duda, que adquirir las cualidades de este sabio reptil.

Después de exponer estos mitos, historias y anécdotas podemos concluir que no nacemos con prudencia. Es una virtud que se adquiere con el tiempo y se desarrolla con la experiencia.

Exvoto dedicado a la virtud de la Prudencia, pintado por Daniel Domínguez Michael. Taller de exvotos contemporáneos de Andrea Álvarez Sánchez, 2023.

https://www.andreaalvarezsanchez.com/

«Yo y mi amigo caminábamos por el bosque y vimos una luz. Nos acercamos. Unas mujeres desnudas bailaban alrededor de una fogata. Yo sentí miedo y me escondí, pero mi amigo se acercó a ellas y sonriente se presentó. Rápido su ropa le quitaron y de caricias lo llenaron, pero, después con un beso lo mataron y volando lo elevaron. ¡Era un aquelarre de brujas! Ya mi iba, pero una de ellas me descubrió, y con sus ojos de fuego mi garganta quemó, para que nunca contara lo que vio mi mirada. Mudo quedé, pero salvé la vida. Agradezco a la virtud de la Prudencia a la cual honro con mi nombre.

Prudencio Aguilar, México, 2023».

PUBLICACION 1 de agosto 2023:

https://www.lajornadamorelos.mx/opinion/las-caras-de-la-prudencia/

🔴 La virtud de la prudencia, asunto de vida o muerte: Lee el artículo en La Jornada Morelos:
🗞️ Link: https://www.lajornadamorelos.mx/opinion/las-caras-de-la-prudencia/
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.«Yo y mi amigo caminábamos por el bosque y vimos una luz. Nos acercamos. Unas mujeres desnudas bailaban alrededor de una fogata. Yo sentí miedo y me escondí, pero mi amigo se acercó a ellas y sonriente se presentó. Rápido su ropa le quitaron y de caricias lo llenaron, pero, después con un beso lo mataron y volando lo elevaron. ¡Era un aquelarre de brujas! Ya mi iba, pero una de ellas me descubrió, y con sus ojos de fuego mi garganta quemó, para que nunca contara lo que vio mi mirada. Mudo quedé, pero salvé la vida. Agradezco a la virtud de la Prudencia a la cual honro con mi nombre.
Prudencio Aguilar, México, 2023».
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