loader image

LOS PUEBLOS HABLAN

Vicente Arredondo Ramírez *

Las Cumbres ciudadanas, realizadas en paralelo a las Cumbres de jefes de Estado y de gobierno, se remontan a la organizada entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre de 1999 en Seattle, Washington, USA, contra la agenda de la Organización Mundial de Comercio. Participaron en esa novedosa e inesperada manifestación pública organizaciones ecologistas, sindicatos, anti/globalistas, y diversos colectivos defensores de diversas causas sociales.

De ahí se desprendió el primer Foro Social Mundial, realizado del 25 al 30 de enero del 2001, en Porto Alegre, Brasil; así como las grandes movilizaciones altermundistas los días 20 y 21 del mes de julio del mismo año, en Génova, Italia, en el marco de la reunión del llamado G8, o grupo de las economías más fuertes de Occidente.

Desde aquellos días, hasta la más reciente Cumbre de los Pueblos, celebrada los días 17 y 18 del pasado mes de julio, en la Ciudad de Bruselas, Bélgica, a la par de la Cumbre Unión Europea/Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, se han celebrado innumerables encuentros de la sociedad civil organizada de países y regiones de todo el mundo, para protestar y cuestionar el actuar de organismos internacionales y plataformas intergubernamentales, a la vez que para publicitar sus propias agendas y proponer formas de solucionar problemas que afectan a los ciudadanos, y al planeta.

La instrumentación de políticas nacionales e internacionales de corte neoliberal en los últimos 40 años, así como la constatación gradual de los daños que han provocado a la sociedad mundial, ha hecho necesario reformular mecanismos de diagnóstico y solución de los problemas sociales, ecológicos, políticos, económicos y culturales causados por dichas políticas.

Los análisis de lo sucedido en las últimas décadas han sido encuadras por académicos y activistas altermundistas, y antí/globalización, en los denominados “norte global y sur global”. El primero referido a países ricos, muchos de ellos antiguos poderes coloniales, generadores de ciencia y tecnología avanzada, con altos índices de calidad de vida, y estabilidad política; el segundo, o “sur global”, conformado por países en vías de desarrollo, con alta pobreza y marginación, con frecuente inestabilidad política y con problemas crónicos para organizar una economía sustentable.

La realidad actual nos muestra que la imposición de la ideología neoliberal provocó problemas en el “norte global” que antes sólo se encontraban en el “sur global”. Expresión de ello es que, en las Cumbres de los pueblos, anti/globalistas y altermundistas también participan activamente organizaciones del “norte global”, no sólo en lógica de solidaridad, sino como afectados directos por la aplicación del modelo neoliberal en sus países.

En la reciente Cumbre de los Pueblos Latinoamericanos, Caribeños y Europeos, en Bruselas, Bélgica, se congregaron en la Universidad Libre de Bruselas más de 100 organizaciones constituidas por colectivos, líderes comunitarios, artistas, estudiantes, políticos de izquierda, sindicatos, y defensores de diversas causas. Participaron más de 1,000 personas y delegaciones de los países de América Latina y el Caribe, así como del “norte global”, como la propia Bélgica, Alemania, Grecia, Italia, y Holanda.

Las temáticas que se analizaron en mesas, conferencias y debates versaron sobre la confirmación de América Latina como zona de paz, la transición ecológica, la descolonización y despatriarcalización, la migración y exilio, las nuevas formas de guerra sucia, el combate a la devastación ambiental, las creación de relaciones económicas equitativas y justas entre las regiones, y la construcción de relaciones internacionales basadas en el respeto, la defensa de la soberanía, la dignidad y la independencia de todas las naciones.

La declaración final de la cumbre contiene nueve numerales, en donde el primero afirma que vivimos “unos momentos en los que el Imperialismo desarrolla una ofensiva que trata de dividir al Mundo en Bloques de Estados, desconectados y enfrentados entre sí, e intensifica todo tipo de provocaciones, bloqueos, presiones y medidas coercitivas unilaterales contra aquellos Pueblos que no le son sumisos y no se ponen al servicio de sus intereses, provocando destrucción y muerte en muchas zonas del Planeta”.

A partir de esa lectura geopolítica, los restantes ocho numerales detallan diversas problemáticas que actualmente enfrenta el mundo, y en específico la Región de América latina y el Caribe, así como las medidas para atenderlas.

Destaco lo señalado en el numeral siete, en el que se señala que esta Cumbre “defiende el derecho de cada Pueblo para auto determinar libremente su futuro, sin injerencias exteriores, con capacidad para poner las riquezas y recursos naturales al servicio de mejorar las condiciones de vida de la mayoría social que hoy sufre hambre, enfermedades curables, falta de viviendas. En estos momentos de crisis alimentaria reivindicamos potenciar la agricultura tradicional y el dialogo intercientífico para lograr la seguridad alimentaria con soberanía del mundo”.

Los pueblos hablan, pero también deben encontrar formas novedosas y efectivas para asegurarse de que los gobiernos ejecuten lo que piden y requieren.

*Especialista en temas de construcción de ciudadanía.

Foto: right2city.org

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *