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Resistencia a antibióticos en bacterias

Algunas películas de ciencia ficción nos presentan monstruos prácticamente indestructibles que quieren acabar con la humanidad. Seres prehistóricos o de otros planetas, gigantescos, llenos de músculos, con colmillos y garras afiladas, que son inmunes a casi cualquier tipo de arma con la que los humanos los ataquen. Esta imagen ampliamente arraigada en el imaginario popular no tiene nada que ver con los verdaderos monstruos a los que nos enfrentamos en la vida real. Los monstruos reales son las bacterias, organismos microscópicos que no tienen garras ni músculos, pero que pueden matar a una persona en unos cuantos días.

En un artículo anterior hablé sobre los beneficios que tiene para el ser humano convivir con bacterias (Bacterias y heredabilidad perdida, La Jornada Morelos, abril 21, 2023, https://www.lajornadamorelos.mx/opinion/bacterias-y-heredabilidad-perdida/). Ahora hablaré sobre cómo algunos de estos microorganismos se han convertido en verdaderos monstruos que pueden destrozarnos la vida. No es que las bacterias sean malas y quieran acabar con la humanidad. Vaya, ni siquiera tienen sistema nervioso, así que no podemos suponer que tengan el “objetivo” de destruir a los humanos. Lo que las bacterias hacen es tratar de reproducirse en cualquier medio al que lleguen. El problema es que las bacterias se reproducen muy rápido. Por ejemplo, una bacteria como Escherichia coli, si está bien alimentada, se duplica cada 40 minutos aproximadamente, lo cual significa que, en un día, una sola de estas bacterias puede dar lugar a una colonia de 68,719,476,736 bacterias. Esto es más de ocho veces la población actual de humanos en todo el planeta. ¡En un solo día!

Cuando una bacteria como el Streptococcus pyogenes llega a nuestra garganta, lo que va a hacer es reproducirse (como cualquier otra bacteria). Este bichito rápidamente dará lugar a una colonia de estreptococos que colonizará nuestra garganta, duplicándose cada 30 minutos, causando inflamación, fiebre, dolor, y todos los síntomas conocidos de una amigdalitis. Claramente nuestro sistema inmune ya fue rebasado por las bacterias, por lo que tenemos que detenerlas con antibióticos. Sin embargo, el problema, repito, es que las bacterias se reproducen muy rápido, tan rápido que no les da tiempo de hacer copias exactas de su ADN. En el proceso de duplicación las bacterias generan muchos errores en su material genético, por lo que sus descendientes serán mutantes. Algunos de estos mutantes morirán pues las mutaciones no los benefician. Otros mutantes serán más grandes o pequeños, pero no tendrán ninguna ventaja real sobre los demás miembros de la colonia. Pero algunos mutantes tendrán la capacidad de adaptarse al medio que los rodea y ser resistentes a los antibióticos con los cuales los estamos combatiendo. Basta conque uno o dos miembros de la colonia desarrollen mutaciones capaces de resistir los antibióticos, para que de ellos surja toda una nueva colonia resistente a las mejores armas que tenemos para combatir a estos organismos. Y en cada colonia pueden surgir nuevos mutantes aún más resistentes. ¿Qué pasa cuando surge una colonia de bacterias resistente a los antibióticos? Esas bacterias harán lo que saben hacer, reproducirse, inundando nuestro cuerpo de más y más bacterias, robando los nutrientes de nuestras células causando lentamente la muerte de nuestros tejidos, de nuestros órganos y al final, de todo nuestro organismo. Esto no es ciencia ficción, es la realidad.

Las bacterias, esos pequeños monstruos, pueden adaptarse a prácticamente cualquier condición ambiental. Hay bacterias que comen cianuro y lo degradan (Pseudomonas aeruginosa), otras que viven sobre residuos radiactivos (Deinococcus radiodurans), o en agua muy caliente (Thermophilus aquaticus). Para nuestro pesar, hay bacterias que pueden vivir en medios con cantidades absurdamente grandes de antibiótico. Tal es el caso de Staphylococcus aureus. Esta bacteria típicamente vive en nuestra piel y fosas nasales, y mientras esté allí no pasa nada. Pero cuando se va a los pulmones puede causar neumonía. Hay una variedad mutante de esta bacteria que es resistente a todos los antibióticos conocidos. Este es el verdadero monstruo de nuestra historia. Una bacteria diminuta, esférica, que vista al microscopio parece un coco, que se ha vuelto resistente a cualquier antibiótico que podamos arrojarle y que puede colonizar implacablemente nuestros pulmones y otros tejidos sin que podamos detenerla. Si el lector tiene estómago para esto, lo invito a buscar imágenes en internet de infecciones por Multidrug Resistant Staphylococcus aureus. Las imágenes son espeluznantes.

Por el momento, la batalla contra las bacterias usando antibióticos la tenemos perdida. Otros tratamientos se están intentando con resultados prometedores, pero aún están en fase experimental. Por ejemplo, se está intentando atacar a las bacterias resistentes con otros microorganismos (bacterias o virus) que “se las coman” pero que al mismo tiempo sean inofensivos para el ser humano. Esta batalla sólo la vamos a ganar empleando todos los recursos que tiene la ciencia moderna, para lo cual necesitaremos biólogos, químicos, matemáticos, epidemiólogos, computólogos y otros profesionistas luchando coordinadamente en contra de estos monstruos. La resistencia a antibióticos en bacterias es un problema complejo.

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