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¿QUE ES ESO DE LA EDUCACIÓN?

José Antonio Gómez Espinoza

En torno a los nuevos libros de texto gratuitos para la educación básica, se ha dado un amplio y acalorado debate sobre la pertinencia, la finalidad, el contenido de éstos, no pretendo entrar a la discusión, pero si quiero presentar unas reflexiones sobre ¿qué es la educación?, su finalidad, así como los criterios de la UNESCO para ésta.

La educación está garantizada como uno de los 30 derechos humanos, así como por el artículo tercero de nuestra constitución. El estado tiene el deber de garantizar una educación sin filias, ni acotamientos ideológicos, una educación en el contexto del rico y diverso pensamiento universal, de manera gratuita y para todos.

La educación como práctica, es tan añeja como la humanidad misma y ha sido el instrumento que ha permitido el desarrollo y bienestar de los humanos. Invito a reflexionar de manera colectiva sobre el concepto y el espíritu de este constructo humano. Muchos pensadores en diferentes momentos históricos y geográficos han aportado su concepto de lo que es la educación.

Pitágoras, por ejemplo, pensaba que educación es “templar el alma para las dificultades de la vida”. Platón, por su parte, consideraba que “la Educación es el proceso que permite al hombre tomar conciencia de la existencia de otra realidad a la que está llamado, de la que procede y hacia la que se dirige”.

El psicólogo y epistemólogo suizo J. Piaget, por su parte, considera que educación “es forjar individuos, capaces de una autonomía intelectual y moral y que respeten esa autonomía del prójimo”.

Aníbal León discute sobre la finalidad de la educación y asume que ésta busca la perfección y la seguridad del ser humano. Es una forma de ser libre. La educación por tanto es una práctica de la libertad.

La UNESCO, en la Declaración de Buenos Aires (2017), sostiene que la educación debe contribuir a la eliminación de la pobreza, la reducción de las inequidades y el cuidado del medioambiente a través de una educación de calidad inclusiva y el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

La educación implica dos tipos de formaciones: una para la adquisición de conocimientos acumulados históricamente por la sociedad, y la otra, para formar en valores y cultura para la vida. De lo anterior se puede inferir que la educación tiene dos grandes ámbitos, uno formal (escolar) y otro informal (social y familiar).

Este binomio funcionó relativamente bien hasta los años 60 del siglo pasado. Quienes rebasamos más del medio siglo recordamos cómo en la familia, nuestros mayores, pero en especial nuestras madres, nos inculcaban valores como el respeto a los semejantes, en especial a los mayores y a la naturaleza, la honradez, la disciplina, la solidaridad, el cariño a la tierra, el mantenimiento de nuestras tradiciones y cultura etc. Estos valores deberán continuar siendo una atribución y responsabilidad familiar.

Por su parte, en la escuela, en la educación formal se enseñaba el bagaje científico y cultural universal, a través de disciplinas como geografía, historia, civismo, matemáticas, español, biología, etcétera.

La UNESCO al reflexionar sobre la educación del tercer milenio, considera que ésta, no solo debe servir para el conocimiento de las experiencias sociales expresadas en las diferentes disciplinas, así como el saber hacer, sino que tiene como prioridad la formación para el desarrollo integral del ser humano.

A partir de esta reflexión, la UNESCO, en el documento conocido como “la educación encierra un tesoro” coordinado por Jaques Delors en 1994, asume cuatro pilares de la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser.

“Aprender a conocer”, históricamente ha sido la prioridad de la educación formal desde que nuestros abuelos asistían a la escuela hace muchos años, hasta nuestros días. La UNESCO asume que “Aprender a conocer” es un proceso que no concluye, que se da a lo largo de toda la vida.

“Aprender a hacer”, es un pilar de la educación que abordé en una entrega anterior en este medio, aseverando que bajo las nuevas condiciones esta en peligro de ser un pilar obsoleto, por lo que no abundaré en este tema, sin embargo, en el contexto de la discusión de los nuevos libros de texto, en la siguiente entrega reflexionare sobre el “Aprender a vivir juntos” y “aprender a ser” como pilares necesarios de la educación moderna y del futuro.

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