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La mujer censó las estrellas

Karime Díaz

El fin de semana pasado fui a Chalcatzingo para esperar la noche. Después de muchas nubes cargadas de agua y pasando las doce, el cielo se despejó. Después de comernos unos ricos taquitos, tiramos una manta sobre el pasto, nos acostamos con la barriga arriba y empezamos a contar estrellas fugaces. En el ínter, David y Damián Olivos habían colocado un par de telescopios apuntando a Saturno y Andrómeda.

La lluvia de estrellas Perseidas es una lluvia de meteoros anual que ocurre entre el 17 de julio y el 24 de agosto. El pico de la lluvia de estrellas ocurre generalmente alrededor del 12 de agosto. Las Perseidas son causadas por los escombros dejados atrás por el cometa Swift-Tuttle y cuando la Tierra pasa a través de la cola de escombros del cometa, estos se queman en la atmósfera superior, creando una lluvia de meteoros. Esa noche, logramos ver muchas de ellas, casi treinta, pero en lugares con menos contaminación lumínica se pueden ver cientos por hora. Estando ahí, en total tranquilidad pensábamos en cómo se veía el cielo años atrás, incluso cientos.

La historia de la observación astronómica se remonta a la prehistoria. Los primeros ojos humanos se maravillaron con el cielo nocturno y comenzaron a desarrollar sistemas para rastrear los movimientos de los objetos celestes. En Egipto, China, Grecia y Roma se hicieron importantes contribuciones a la astronomía, y sus conocimientos ayudaron a dar forma a nuestra comprensión del universo.

A lo largo de la historia, ha habido ideas revolucionarias que cambiaron la forma en que entendíamos el universo. En el siglo XX, se descubrieron muchas nuevas cosas sobre el universo. Se descubrió que hay galaxias más allá de la Vía Láctea, y que el universo está en expansión. También se descubrió que hay agujeros negros en el centro de las galaxias, y que el universo está compuesto principalmente de materia oscura y energía oscura.

La historia de la observación astronómica es una historia de descubrimientos asombrosos. A medida que la tecnología ha mejorado, los astrónomos han podido mirar más lejos y más profundamente en el universo. Estos descubrimientos han ayudado a dar forma a nuestra comprensión del universo, y han abierto nuevas preguntas que la astronomía están ansiosa por responder.

Esa noche, nos imaginábamos cómo lo veían nuestras y nuestros ancestros quienes lo observaron con detenimiento y gran detalle y llegaron a conclusiones que siguen hoy vigentes. Cómo la ciencia se ha transformado tan sólo con mirar al cielo. ¿Cuántos ojos estuvieron en esas estrellas y esos planetas antes que nosotros? ¿Qué preguntas se hicieron?

Annie Jump Cannon fue una astrónoma estadounidense que hizo importantes contribuciones a la clasificación estelar. Catalogó más de 350,000 estrellas, es una de las más destacadas en esta área en la historia. Desarrolló el sistema de clasificación estelar Harvard, que es el que más se utiliza hoy en día para clasificar las estrellas según su temperatura y luminosidad.

Cannon se interesó en la astronomía desde una edad temprana, y comenzó a observar estrellas con su padre cuando era niña. En 1885, se matriculó en el Wellesley College, donde se graduó con honores en matemáticas y física. Después de graduarse, se convirtió en asistente de Edward C. Pickering en el Observatorio Harvard. Luego comenzó a trabajar en el Henry Draper Memorial Project, que tenía como objetivo catalogar todas las estrellas visibles en el cielo. La Dra. Cannon estudió fotografías astronómicas. Descubrió 300 estrellas variables y cinco novas, y publicó varios catálogos extensos de estrellas variables y por ello se la apodó «La censista del cielo». Utilizó un espectroscopio para dividir la luz de las estrellas en sus componentes espectrales. Cannon luego comparó los espectros de las estrellas con los de estrellas de referencia que ya habían sido clasificadas. Ella fue una pionera en la astronomía, y su trabajo allanó el camino para las mujeres en la ciencia. Fue una mujer brillante y trabajadora, y sus contribuciones a la astronomía son invaluables. De hecho, en honor a sus contribuciones a la astronomía, el cráter lunar Cannon lleva su nombre.

*Comunicadora Independiente de Ciencia. Miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.

Annie Jump Cannon

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