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Pobreza en México y Morelos: buenas, regulares y malas noticias

Héctor H. Hernández Bringas

Apenas hace unos días, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), presentó su análisis de la evolución de la pobreza en México, incluyendo ya el año de 2022, con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los hogares (ENIGH) levantada en ese año.

Del análisis que realiza el CONEVAL para el conjunto del país, tres datos llamaron poderosamente la atención. Entre 2020 y 2022

  1. la pobreza se redujo del 43.9 al 36.3 por ciento de la población. Este es un dato muy relevante porque, al menos desde los años 80 del siglo pasado, los niveles de pobreza nunca habían estado por debajo del 40 por ciento. En términos absolutos, se trata de 8.8 millones de personas menos en situación de pobreza, con respecto a 2020. Por supuesto que el Gobierno Federal no tardo en festejar esta tendencia y, seguramente, con razón porque no se puede negar que en ello han tenido gran peso las transferencias monetarias directas que se realizan a través de los programas sociales. Pero de ninguna manera debe dejarse de lado el impacto que en ello han tenido las remesas que envían los mexicanos en Estado Unidos, ya que estas también han roto récords históricos, de manera tal que su monto ya es equivalente al 4 por ciento del PIB.
  2. La pobreza extrema pasó del 8.5 al 7.1 por ciento de la población, es decir una reducción más moderada de apenas 1.4 por ciento. En México más de 9 millones de personas siguen siendo pobres extremos. Es decir, ni los programas sociales ni las remesas, alcanzan a dar cobertura suficiente a la población más necesitada.
  3. Pero el dato más dramático del informe de CONEVAL tiene que ver con el tema de la salud, porque el porcentaje de personas que no tienen acceso se ha ido deteriorado: de 16% en 2018, a 28% en 2020 y 39% en 2022. Ya en 2018 había 20 millones de personas sin acceso a la salud, pero en 2022 esta carencia alcanzó a 50 millones de personas. Por supuesto que el Gobierno Federal no tardo en cuestionar este dato, pero es innegable que esta tragedia obedece a la desaparición del seguro popular. Justamente, los registros del seguro popular daban cuenta, en 2018, de la cobertura de 50 millones de personas, ni más ni menos. Misma cantidad de personas que carecen de servicios de salud.


Fuente: Medición de pobreza 2022 (coneval.org.mx)

En el caso de Morelos, las reducciones de la pobreza y la pobreza extrema fueron más notables que en el nivel nacional: reducciones del 9.9 y 2.6% respectivamente, pero también es más pronunciado el incremento de personas sin acceso a los servicios de salud: esto lo padecen la mitad de los morelenses, cuando en 2018 sólo era el 16.8 por ciento.

Es muy posible las transferencias monetarias que recibe la población a través de los programas sociales, tenga que dedicarse, en buena parte, a cubrir necesidades de salud. El gasto en salud que hacen las familias, ya de por si alto a lo largo de los años, se ha incrementado en 30 por ciento a partir de 2018 (ENIGH2022.docx (live.com).

PD. Este articulista se disculpa con los lectores y con la dirección de La Jornada Morelos porque, debido a compromisos laborales ineludibles, estaré fuera de este espacio durante algunas semanas, aunque continuaré con mi tarea de coordinar la sección de opinión del diario. ¡Nos reencontraremos pronto!