loader image

DOS APRENDIZAJES INELUDIBLES EN LA EDUCACIÓN

José Antonio Gómez Espinoza

Desde los tiempos de nuestros abuelos, la educación se ha centrado en dos de los cuatro pilares de la educación propuestos por la UNESCO, el de aprender a aprender y el de aprender a hacer. En el contexto del momento histórico que vivimos urge enseñar a aprender a vivir juntos y aprender a ser, estos aprendizajes deben contemplarse tanto en el contenido como en la finalidad de la educación en los libros de texto para la educación básica, son componentes ineludibles de la educación.

La violencia prevalece en todos los niveles y estratos de la sociedad. Hoy, se hace necesario e impostergable Aprender a vivir juntos, en un mundo donde la violencia se ha empoderado de todos los espacios y dimensiones de la sociedad.

La UNESCO asevera que, para aprender a vivir juntos, no es suficiente enseñar la no violencia y propone trabajar en dos vertientes, una de ellas es la del descubrimiento del “otro”.

El “otro” ha dado pie al concepto de “otredad”. Jean Paul Sartre usa este concepto para estudiar la existencia de uno mismo a través de la mirada del otro. Sartre, considera que la otredad se encuentra presente en cada persona a través de la empatía, el rechazo, la tolerancia, la simpatía y más.

Octavio Paz, considera a la otredad como la necesidad de encontrar lo perdido y de buscar un complemento del que fue separado. “El otro” no debe entenderse, como el rival, el contrario o el opositor, sino más bien como esa parte de nosotros mismos que nos complementa y enriquece.

La educación, en especial la básica debe velar por hacer realidad la premisa de aprender a vivir juntos, la cual, debiera garantizarse a través de los planes y programas de estudio, así como a través de sus instrumentos y materiales como lo son los libros de texto gratuitos

La educación deber favorecer una convivencia armónica y una sociedad en paz, sin ningún tipo de discriminación, incluyendo la de las clases sociales que son completamente ajenas al pensamiento infantil, los niños nacen iguales, humanos sin distingos de raza, color, credo, ideología o clase social. Quitar la inocencia o adoctrinar a los infantes es infame.

Aprender a vivir juntos implica la formación de valores como el respeto y la tolerancia con el “otro” a sus maneras de pensar, de vivir, de entender el mundo, de sus creencias, valores, de sus culturas, costumbres y tradiciones.

Implica también el ejercicio de una característica humana, la empatía, es decir, la comprensión a las formas de sentir, pensar y vivir del otro, lo que se conoce en el pueblo como ”ponerse en los zapatos de los demás”.

Aprender a vivir juntos requiere la capacidad de saber trabajar juntos, en equipo, haciendo comunidad a través de la cual se practica la solidaridad, la colaboración y la solución colegiada de los problemas

También implica entender las diferencias no como elementos de contradicción y choque sino más bien de enriquecimiento de nuestra manera de ver, entender y responder a la realidad. Lo cual nos lleva a entendernos y comprendernos como humanos, bajo un principio de igualdad.

Implica por otro lado, la habilidad y la cultura para resolver las contradicciones o conflictos que se dan en cualquier grupo humano desde el familiar hasta el mundial, de manera pacífica constructiva y a través del dialogo

Al respecto, la UNESCO dice que no basta enseñar la no violencia. Es necesario una visión de otredad, donde se privilegien valores de solidaridad, igualdad, equidad en todas las dimensiones humanas. Ante la violencia generalizada, es impostergable llevar a la práctica educativa el aprender a vivir juntos.

“Aprender a ser” es el cuarto pilar de la educación que aparece en el informe Delors, en este pilar se sintetizan los otros tres, y es el pilar que da sentido y razón de ser a la educación, toda vez que aprender a ser implica el desarrollo de la mente, el cuerpo, el corazón y el espíritu. Aunque, bajo el pensamiento dominante se nos ha adoctrinado bajo el paradigma del TENER olvidando el desarrollo del SER.

El aprender a ser implica también el desarrollo de las emociones y sensaciones humanas, que potencian nuestra sensibilidad, sentimientos y valores humanos. La educación adquiere sentido cuando coloca como eje vertebrador el desarrollo del ser humano de manera integral y equilibrada.

En síntesis, el desarrollo del SER es la finalidad de la educación, pero de forma muy especial de la educación básica. Por lo que considero que los libros de texto debieran privilegiar el desarrollo y expresión del cuarto pilar de la educación a la par que el de aprender a vivir juntos con nuestros congéneres los humanos, pero también con el resto de los vivientes con quienes compartimos esta casa común.