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Un tibio marsupio para atenuar el abatimiento”

Raúl Silva de la Mora

“Deberían aprender más del sol y las estrellas; pareciera que es demasiado tarde…”

El lenguaje, es decir: esa herramienta que nos sirve para hablar y escribir, a lo largo del tiempo se ha modificado de una manera asombrosa, para regocijo y escándalo de muchos de sus usuarios. Esa transformación es un hecho absolutamente obvio. Si no fuera así, seguramente nuestra comunicación se daría a base de gruñidos y señas, lo cual no estaría nada mal y quizá le habría convenido a la humanidad ahorrarse tanta verborrea. Claro, también habrían resultado transfiguradas la poesía y la prosa, aunque ya sabemos que estas manifestaciones tienen alas propias y de cualquier manera se mantendrían bien vivas.

Todo lo anterior viene a cuento para hablar de un libro que ya desde su título anticipa su procedencia: la actual modernidad, para definir de una manera económica el hoy y sus maneras de ser. #VirtualismoMágico es una colección de poemas escritos, y muchos de ellos seguramente bien vividos, por Rafael Ortíz-Calderón, oriundo de Tehuixtla, Morelos, y habitante desde los años 80´s de Chicago, Illinois. Es evidente el guiño o la explícita alusión que el poeta hace del realismo mágico, pero no solamente parafraseándolo sino mucho más que eso: sumergiéndose en esos territorios de la vida donde se dejan sentir lo insólito, lo que no tiene explicación, lo asombroso y lo que la ciencia no puede probar, con el muy edificante propósito de alertarnos ante esa ráfaga de peligros que penden sobre nuestras cabezas:

“Cada mañana quisiera que alguien escudriñara mi

piel a besos, descifrara los motivos de mis feromonas y

estallara en estremecimientos. Quisiera volar, agrandar

las praderas y quedarme ahí para siempre. Busco un

lugar, una esquina, un tibio marsupio para atenuar el

abatimiento.”

Este júbilo del poeta, con un toque de amargura, es una especie de Arte Poética que define lo que Rafael busca en este libro: asomarnos a un mundo terrible y plagado de riesgos, de peligros inminentes, de acrecentada degradación, donde el triunfo de la mentira es una verdad implacable. Pero también nos propone otro tipo de navegación, más afín a los modos que tienen los salmones para llegar a su destino, a contracorriente: “piensen como arañas… ellas nunca se pierden en la red.”

#VirtualismoMágico es un ramo de poetuits fraguados en un idioma que parecería críptico si la realidad no se encargara de educarnos cotidianamente para descifrarlo (Mp3, MP4, GB, Twitter, WhatsApp, @, #, Facebook, Instagram, ciborg, likes…). Este léxico, con toda su anti-poesía, es una herramienta que nos comunica y puede llevarnos a esas profundidades donde un “tibio marsupio” nos acerque a nuestros orígenes:

“No soy un profeta de una nueva plataforma digital;

tampoco un role model, ni el que está en mi licencia de

conducir. Soy el reto suicida de la ballena oscura.

La poesía siempre ha sido un laboratorio en el que las palabras se ven inmersas en una especie de alquimia, donde cada bruja y cada brujo se afana en crear ensalmos que sanen nuestros pesares, en el mejor de los casos. En ese sentido, el #VirtualismoMágico de Rafael Ortíz-Calderón es un bálsamo, pero también un tremendo alegato, un grito estridente en esta tierra baldía que todo el tiempo tratamos de habitar. El sentido del humor, la ironía, el gozo inmenso por burlarse de uno mismo es otro ingrediente de este poderoso artefacto:

“Soy la esencia tornasolada de los latidos creados en tu

ausencia. Soy la reina de los recuerdos y los presagios,

soy la custodia de todos los colores, no una vibración

fantasmal de tu celular.”

#VirtualismoMágico, Valparaiso Ediciones. Granada, España,

www.valparaisoediciones.es