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HONDURAS y GUATEMALA

 

En Honduras, el gobierno progresista de la presidenta Xiomara Castro, ha sido objeto de agresiones desde el mismo día que inició su gestión. Este gobierno ha emprendido una lucha por cambiar el sistema tributario, es decir, terminar con los regímenes especiales que han exonerado del pago de impuestos a un pequeño grupo de empresarios los últimos cincuenta años. Gracias a ese sistema de exoneraciones fiscales, hasta empresas de narcotraficantes, pudieron florecer mientras se aceleraba el crecimiento de la miseria y la desigualdad.

¿Algo ya conocido? Nos deben alarmar las coincidencias porque esto es en toda Amerindia y, precisamente, en los países con Gobiernos de centroizquierda, aunque este concepto no sea muy preciso.

La Derecha quiere evitar que los más ricos pierdan sus privilegios. La “panacea del libre mercado” es ubicua. En Honduras como en todas partes los ricos se hacen cada vez más ricos, saqueando a los pobres. Y el gobierno de Xiomara Castro quiere favorecer a las mayorías empobrecidas.

Muchos enemigos, fuera y dentro del gobierno, al unísono, echan lodo sobre los funcionarios públicos en lo que, a todas luces es una operación psicológica para desplazar de la discusión nacional el problema de los privilegios de la clase dominante. Ahí está la lucha de clases, explícita.

Más coincidencias… Acusan a este gobierno de ser intolerante, de no respetar la libertad de expresión, aunque cada periodista maiceado por la Derecha despotrica contra el gobierno, falta al respeto a la presidenta a cualquier hora del día, sin que, hasta la fecha se les haya coartado la inmensa masa de calumnias y embustes con que sabotean todos los días.

Por parte del Gobierno, el objetivo fundamental de las comunicaciones es llegar con la verdad a las mayorías, entender que estamos en una real lucha por el poder, porque los que nos ahogaron en la pobreza impensable, cuentan con una infinidad de recursos y no tienen escrúpulos para mentir, ni para robar, ni para matar. Una más. Nos acusan de polarizar, como si los pobres vivieran felices de estar fregados toda su vida. El consenso que acepta la oligarquía es aquel en el que la clase trabajadora se rinde y acepta firmar la rendición incondicional, que favorece y aumenta sus obscenos privilegios.

Ahora, veamos. En Guatemala, el 4 de agosto, Bernardo Arévalo del Movimiento Semilla, presentaba cuatro ejes programáticos: 1. La lucha contra la corrupción. 2. El rescate de la economía. 3. Construir un gobierno presente, y 4. Frenar la delincuencia. Puntos programáticos que calaron en el ánimo del electorado. Así, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, domingo 20 de agosto, más del 60 por ciento de los votantes respaldaron a Bernardo Arévalo y el Movimiento Semilla. Pero…

Nos dice Adalberto Santana en Nueva Primavera en Guatemala: “Los sectores de la derecha militar, empresarial, política y judicial, después del triunfo electoral de Arévalo no han dejado de incidir para revertir su derrota. Han ilegalizado al Movimiento Semilla, nuevo intento de esos retardatarios por impedir que el 15 de enero de 2024, Arévalo tome posesión presidencial con su compañera a la vicepresidencia, Karin Herrera.

“Se enfrenta a una derecha que quiere obstaculizar férreamente el ascenso de los sectores populares al poder político. Esa derecha judicial sigue los pasos que el juez Moro hizo en Brasil contra el PT y contra Lula Da Silva”.

Recordemos los Golpes de Estado contra Juan José Arévalo (1945-1951) y Jacobo Arbenz Guzmán (1951-1954), donde esa primavera guatemalteca fue derrocada por militares con masivas represiones. Hoy, Bernardo Arévalo y el Movimiento Semilla, son una real alternativa para establecer irreversibles transformaciones.

Las maniobras y ofensivas judiciales contra el Movimiento Semilla, las encabezan el fiscal Rafael Curruchiche, el juez Fredy Orellana y la Fiscal General y Jefe del Ministerio Público, Consuelo Porras, corruptos personajes considerados así por el mismo gobierno yanqui. ¿Otra simple coincidencia con nuestra SCJN?

Todos ellos cómplices de un grupo de delincuentes llamado el “Pacto de Corruptos”. Veteranos militares en favor de Sandra Torres candidata de la derecha, afirmaron que Bernardo Arévalo del Movimiento SEMILLA es un peligro para el país, una amenaza para la democracia y las familias. Además, disolvería el ejército, legalizaría el matrimonio entre personas del mismo sexo y expropiaría la propiedad privada. No queremos Comunismo, dijeron. ¿Les suena parecido?

A pesar de todas estas trapacerías contra el claro triunfo del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo ha dicho con toda claridad: «Nada puede impedir legalmente que tomemos posesión el 14 de enero de 2024 tal y como está establecido en la Constitución”.

El Continente de Abya Yala y el mundo están expectantes y solidarios. Claro.