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En todo nuestro país el famoso “2 de octubre no se olvida” se ha convertido en una frase que, tras 55 años de los sucesos de Tlatelolco, se ha deslavado un poco. Ya son muchas las generaciones que las repiten como consignas cuando incluso sus padres quizá no participaron directamente en aquellos trágicos acontecimientos.

Por la ley de la vida, cada vez son menos los testigos de la masacre y de la represión, de la persecución y de las desapariciones. Pero los mexicanos de aquellos años supieron capitalizar tanta tragedia y horror para mejorar un poco nuestra patria.

La movilización estudiantil del 2 de octubre, que congregó a miles de estudiantes y ciudadanos en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México, para protestar contra el gobierno autoritario y las políticas opresoras; que originó una brutal represión del gobierno que hirió profundamente a la sociedad mexicana, también, a pesar del creciente autoritarismo de los años inmediatos, sembró la semilla de la democratización de la vida nacional y de la renovación de la maquinaria gubernamental.

No solo aumentó la organización de grupos sociales que abogaban por reformas democráticas y derechos civiles que terminaron influyendo hasta en la forma de organizarse de partidos políticos -muchos de ellos incluso pudieron salir de la clandestinidad- y de elegir a los gobernantes.

La democratización, el reconocimiento a los derechos humanos y a sus activistas, la apertura política, el ejercicio gubernamental observado por la ciudadanía, los espacios a las voces de la sociedad, la búsqueda y sistematización de datos de las personas desaparecidas y hasta la creación de instituciones sin injerencia gubernamental son un legado de generaciones de mexicanos cuyas luchas tuvieron un punto de quiebre en aquel 2 de octubre de 1968.

Por todo eso, más nos vale no olvidar el 2 de octubre y cuidar todo lo que como nación hemos conseguido desde entonces, porque la historia tiene la manía de repetirse en las vidas de los que no aprenden de la experiencia ajena.

Por ello, pocas fechas resultan más significativas para abrir nuevos espacios de debate y reflexión para el ejercicio ciudadano por antonomasia: el electoral. A partir de hoy, las puertas de La Jornada Morelos se abren a todos aquellos ciudadanos que deseen expresar libremente sus opiniones sobre las elecciones, sus organizaciones y participantes, que no solo son los candidatos o los funcionarios de partidos.

La Jornada Morelos Electoral será una sección que aparecerá cada lunes y en la que se reflejará sin duda alguna la diversidad de pensamientos y posturas de todos aquellos que le apuestan a la mejoría pacífica, pero permanente, de toda la nación.

El 2 de octubre no se olvida.