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José Martínez Cruz y Marco Aurelio Palma Apodaca

Las organizaciones sindicales, sociales y cooperativistas democráticas, reunidas en las instalaciones del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), los días 29 y 30 de septiembre de 2023, en la Primera Convención Nacional Democrática de las y los Trabajadores, emitieron una declaración política aprobada por unanimidad de las más de 100 organizaciones que asistieron, donde consideran urgente poner en marcha un proceso de reorganización de la clase trabajadora, para superar su dispersión y fragmentación política desde una perspectiva solidaria, democrática e independiente de los gobiernos y los patrones: “Nos une la voluntad de hacer que las cosas cambien porque compartimos un diagnóstico crítico de la situación que vivimos.”

En este amplio documento se abordan los temas que durante dos días motivaron la participación entusiasta de las y los delegados, por lo que presentamos algunas de las principales consideraciones: “Que la precarización del trabajo, la mercantilización de los bienes comunes, la privatización de los servicios públicos, el aceleramiento del calentamiento global, las guerras comerciales que derivan en conflictos bélicos y el despojo neocolonial del territorio y los recursos naturales a los pueblos originarios y comunidades campesinas son la consecuencia indeseable de un modelo de acumulación salvaje del capital que solo genera muerte y destrucción. Vivimos el entrelazamiento de las crisis económica-social, ambiental, migratoria, sanitaria y alimentaria, que en su conjunto ponen en riesgo a la civilización humana, por lo que es necesario emprender una decidida lucha por la vida, el medio ambiente, la soberanía de los pueblos, la justicia social, la igualdad de género y la emancipación de las y los trabajadores. A pesar de los discursos de transformación y justicia social, así como de la implementación de algunos avances que trajo consigo un gobierno surgido de la esperanza de cambio de millones de mexicanos, aún impera la continuidad de las políticas neoliberales. En el campo mexicano prevalece una política de abandono y violación de los derechos de las y los trabajadores agrícolas y pequeños propietarios. Asimismo, avanza de manera preocupante la violencia y la militarización del país, el despojo de territorios y recursos naturales. Sigue predominando el sindicalismo charro-corporativo y de protección patronal, descaradamente antidemocrático y contrario a los principios e intereses de la clase trabajadora y que actualmente las organizaciones democráticas e independientes carecen de un centro de gravedad político que articule su lucha. Las y los trabajadores no somos tomados en cuenta a la hora de decidir el rumbo de la Nación aún y cuando somos mayoría y somos nosotros los que generamos toda la riqueza del país.”

En ese sentido y con el objetivo de revertir la correlación de fuerzas que nos es desfavorable de frente al capital y la clase política gobernante hoy más que nunca es necesario defender de manera efectiva nuestros derechos humanos y laborales, de desplegar todo tipo de iniciativas que garanticen la realización de nuestro programa de lucha para alcanzar mejores condiciones de vida,

Por ello, entre los principales acuerdos está: “Constituirnos en una plataforma de lucha unitaria, democrática, independiente y solidaria a nivel nacional concebida como un espacio de convergencia de todas y todos aquellos decididos a cambiar las cosas a favor de la clase trabajadora. Concebir que esta plataforma de lucha se articule a partir de una agenda común para la unidad de acción integrada por un programa de lucha y plan de acción conjunto. Acordamos fortalecer la solidaridad entre trabajadores y planificar estrategias de movilización y acción colectiva a nivel nacional que nos permitan lanzar iniciativas políticas y legislativas para alcanzar la solución de nuestras demandas y conflictos.”

En este sentido, formulamos los principales ejes de articulación de nuestra Plataforma: «Promover la más amplia defensa de los derechos sindicales, laborales y sociales. Por una verdadera recuperación del poder adquisitivo y la democratización del mundo del trabajo, que pase por la férrea defensa de la autonomía e independencia sindical, garantizar el derecho a la contratación y negociación colectiva, una nueva reforma laboral integral que considere realmente a las y los trabajadores. El impulso de la igualdad sustantiva, el reconocimiento del trabajo reproductivo y de cuidados, el combate contra las violencias machistas y por ambientes de trabajo verdaderamente inclusivos. La coordinación de esfuerzos para lograr cambios legislativos y echar atrás las reformas neoliberales impuestas por los gobiernos pasados y que hasta hoy se mantienen intactas. La implementación de políticas públicas que desprivaticen el agua, la energía y los servicios públicos como la educación y la salud. Por el reconocimiento y respeto de los derechos laborales para las y los trabajadores independientes, autónomos y del medio artístico, y por derechos culturales para todos y todas, en reconocimiento de la diversidad cultural e identitaria que existe en nuestro país. Contra la militarización, la violencia y todas las formas de guerra contra los pueblos, afirmando que nuestra lucha es por la vida. Por el rescate de la soberanía alimentaria, la defensa del territorio y el medio ambiente, contra las políticas de despojo y por la dignificación de las y los trabajadores agrícolas, construyendo una sólida alianza con las comunidades indígenas, pueblos originarios y las y los campesinos. Por la suspensión del pago de la deuda pública, el impulso de medidas de transición hacia una economía social y solidaria que junto con la protección de los derechos humanos laborales combatan las causas materiales de la desigualdad. Por una Nueva Constituyente fundacional de un México justo, libre, democrático e igualitario.» Un grito unánime clausuró los trabajos de esta Convención: Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden. Es tiempo de que las cosas cambien.