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(Tercera parte)

 

En El ritmo infinito, Michael Spitzer hace una aseveración un poco exagerada. Dice que los animales aborrecen la música humana. Yo creo que lo que detestan son los sonidos estridentes. En Youtube he encontrado vídeos de elefantes que disfrutan de un concierto de piano (he leído que prefieren a Chopin) y también he leído estudios de vacas lecheras que producen un 3% más de leche cuando escuchan canciones como la “Sinfonía Pastoral” de Beethoven o “Bridge Over Troubled Water” de Simon & Garfunkel. Inclusive, el sindicato de Granjeros del Reino Unido, claman que los pollos se sienten tranquilos y felices escuchando las voces de Frank Sinatra, Bing Crosby y Tony Bennet.

Cada especie percibe la música de manera distinta. Sonidos que para nosotros son placenteros para ciertos animales suelen ser desorientadores e incómodos. Pero en muchas ocasiones no sólo la música los reconforta, sino que algunas especies disfrutan participar en la creación de canciones, ritmos e imitación de melodías o en el goce del baile. Como la viral cacatúa de moño amarillo o cacatúa galerita que se hizo famosa por mover las plumas al son de los Backstreet Boys.

Así como las aves disfrutan de la música pop, también muchas bandas y artistas se han inspirado en las aves, en su canto y por supuesto en el vuelo, ese anhelo humano tan antiguo como las primeras canciones. De hecho, la música para mí es una manera en la que los humanos simulamos el acto de volar. En las décadas de 1960 y 1970, varios músicos comenzaron a utilizar efectos de sonido, incluido el canto de los pájaros, en sus álbumes. Por ejemplo, Pink Floyd incluyó efectos de sonido de pájaros en canciones de sus álbumes de 1969 More y Ummagumma (escuchar particularmente «Grantchester Meadows»). De manera similar, la cantante (recientemente revivida por Stranger Things) Kate Bush utilizó cantos de pájaros en su álbum de 2005, Aerial. Incluso, la famosísima canción «Blackbird» de los Beatles incluye un mirlo euroasiático real cantando de fondo. Ya mencionamos a Bjork y su vínculo con la naturaleza en Biophilia. Sin embargo, para su álbum de 2017, Utopia, la artista islandesa volvió a llevar esta relación a un nuevo límite. Y es que dos años después volvió a editar el disco, pero incluyendo un set de 14 flautas hechas para atraer pájaros. “Utopia tiene mucho que ver con el canto de los pájaros y sónicamente con la mutación entre synths/aves, aves/flautas y flautas/synths… Todo junto fue un tema en todo el álbum, así que me emocioné bastante cuando descubrí estas flautas hechas con madera justamente para los pájaros”.

En ese mismo sentido, no puedo dejar de mencionar el nacimiento de Birdsong Project en 2022. Este proyecto colectivo reunió a artistas, ambientalistas e innovadores para construir una comunidad culturalmente diversa que apoyan y celebran a las aves.

For the Birds: The Birdsong Project es una colección de 172 piezas de música nueva inspiradas en la belleza del canto de los pájaros, interpretadas por artistas de todo el espectro musical, entre los que se encuentran Nick Cave y Warren Ellis, Beck, Beach House, Haim, Kaoru Watanabe, Karen O, Yo-Yo Ma, Rudresh Mahanthappa, Hania Rani, entre muchos otrxs. La colección completa está compuesta por 20 LPs, cada uno con una portada original, que también incluye 73 obras de poesía inspirada en pájaros, leídas por voces conocidas y famosas, Tilda Swinton y Jeff Goldblum, entre ellos. La colección viene bellamente enmarcada por la obra del pintor y naturalista John James Audubon, de su obra fundamental: Birds of America. Y finalmente, acompañando los discos, hay una pieza complementaria de 60 páginas, que incluye un prólogo de Randall Poster, ensayos de Jonathan Meiburg, Kathleen Moore y David Rothenberg, y una lista de libros de lectura obligada para los amantes de las aves del novelista y ornitófilo Jonathan Franzen.

Una de las canciones que forman parte de este enorme proyecto es “Rare Birds” del multiinstrumentista Andrew Bird, quien no sólo le debe a los pájaros su apellido sino gran parte de su repertorio musical. La canción incluye el canto de muchas especies de aves, algunas en peligro de extinción. Muchos de sus cantos podrían desaparecer del planeta y con ellos, una parte fundamental de la música de la Tierra. Así que como Andrew Bird yo invito a que las aves nos canten y nosotros escuchemos.

Imagen: The Birdsong Project