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Masculinidad Pisoteada

 

Recientemente, Netflix lanzó un documental que nos ofrece una mirada íntima a la vida de Sir David Beckham, el renombrado futbolista inglés. Beckham es una figura icónica, sinónimo de éxito en el campo de juego: capitán de la selección de Inglaterra, años de gloria en el Real Madrid y una Orden del Imperio Británico otorgada por la Reina Isabel II. No obstante, en el mundo del espectáculo, es más conocido por su matrimonio con Victoria Adams, una de las Spice Girls, apodada la «Spice fresa». El primer episodio de este documental nos sumerge en la historia de cómo David se obsesionó con Victoria desde el momento en que la conoció, llegando al punto de conducir largas distancias cada vez que podía para pasar unos preciados minutos con ella

Su romance me sirvió como punto de partida para un post que compartí en mi Instagram. Lo que comenzó como un comentario humorístico sobre las ingeniosas excusas que los hombres podrían dar cuando no quieren recoger a alguien debido a la distancia, considerando que David manejaba cuatro horas para ver a Victoria durante escasos minutos, se transformó en un vendaval de comentarios ofensivos, no solo hacia mí, sino hacia las mujeres y la igualdad en general.

La igualdad de género es, sin lugar a duda, un principio fundamental y un objetivo que debemos perseguir. Sin embargo, considero que el feminismo radical nos está empujando hacia un cambio de roles que resulta tóxico tanto para mujeres, hombres y la sociedad en su conjunto. En mi opinión, la igualdad implica reconocer y valorar las contribuciones únicas que cada género aporta a una relación, una familia y una comunidad.

Personalmente, me considero una defensora de la equidad y apoyo firmemente la eliminación de las masculinidades tóxicas que perpetúan la violencia y la desigualdad de género. No obstante, la politización extrema del término «feminismo» ha corrompido nuestra capacidad para visualizar y aspirar realmente a una verdadera igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad contemporánea.

Es esencial comprender que el feminismo es un movimiento diverso y en constante evolución. Pero no surgió de manera espontánea ni de la noche a la mañana, con amas de casa desechando sus sujetadores y rebelándose contra el sistema patriarcal opresor. Las figuras destacadas en el movimiento de la «Women’s Lib» de los años sesenta no se limitaban exclusivamente a amas de casa rebeldes; incluían a mujeres jóvenes, estudiantes y la mayoría de ellas de clase media. Además, es relevante destacar que Gloria Steinem, una figura prominente en este movimiento ha admitido sus vínculos con la CIA en el contexto de influir en las corrientes de activismo estudiantil. Asimismo, la revista «Ms.,» un medio principal del movimiento «Women’s Lib,» recibió financiamiento de la CIA y la Fundación Rockefeller con el propósito de avanzar en esta agenda.

Esta operación buscaba, en última instancia, introducir a las mujeres en el mundo laboral para ampliar la base de contribuyentes, es decir, tener una mayor recaudación de impuestos, y cambiar e influir en la dinámica de la educación temprana de los niños.

A pesar de que las mujeres han desempeñado durante mucho tiempo un papel crucial en el cuidado de la familia y la gestión del hogar, la igualdad de género no implica que los hombres deban asumir automáticamente el mismo rol que se espera de las mujeres, ni que las mujeres deban asumir el papel de proveedoras y protectoras de la familia. La igualdad genuina implica la posibilidad de elegir y compartir responsabilidades según las fortalezas y preferencias individuales, y es totalmente respetable

Sin embargo, es relevante plantearse por qué, a pesar de los avances del feminismo y los esfuerzos por lograr una mayor igualdad, parece que las mujeres hoy son más infelices que hace 60 años. ¿Por qué las mujeres siguen siendo el grupo más afectado por la ansiedad, la depresión y el síndrome del burnout? ¿Por qué el 75% de las mujeres que tienen hijos expresan el deseo de quedarse en casa criando y cuidando de sus hijos, ya que esto les brindaría más paz y felicidad? ¿En qué momento las mujeres parecen haber cedido su grandeza y se han visto impulsadas a competir con los hombres como iguales, a pesar de que somos diferentes? Las mujeres y los hombres son igualmente capaces, pero no idénticos. Las diferencias deben ser reconocidas y celebradas.

Estamos lejos de lograr una igualdad perfecta. Sin embargo, tal vez llegue el día en que dejemos de ir en contra natura, el día en que depongamos la confusión entre nuestros deseos, intereses e inquietudes, y aceptemos nuestra verdadera esencia como hombres y mujeres.

Quizás ese sea el camino para alcanzar una auténtica igualdad de género sin seguir violentando y matando a las mujeres, pero tampoco sin pisotear masculinidades.

Quizás, ese día, haya esperanza para una sociedad que, cada día que pasa, se tambalea, mientras las nuevas generaciones son educadas por dispositivos móviles y Ipads, mientras sus padres y madres compiten por demostrar al mundo que son iguales.