loader image

El dengue va viento en popa en nuestro estado, ya se han verificado 19 decesos por esta enfermedad en lo que va de la temporada. Las autoridades sanitarias reportan dos mil 634 casos acumulados; 721 no graves y mil 913 con signos de alarma y graves.

Después del horror del COVID-19, las cifras anteriores podrían parecer una bicoca, pero vale la pena recordar que el dengue no se cura y que puede ser letal, además de que, entre sus cuatro variantes, no se crea inmunidad, es decir, que la misma persona se puede enfermar cuatro veces y, en cada ocasión, los síntomas serán peores.

Además, el ser humano puede contagiar a los mosquitos (llamados “vectores” por los científicos) por lo que una persona enferma puede contagiar indirectamente a muchas más.

También vale la pena recordar lo que las mismas autoridades sanitarias han advertido: nosotros podemos prevenir la proliferación evitando encharcamientos y la acumulación de utensilios sin uso en donde se podrían crear las condiciones adecuadas para la multiplicación de los vectores.

También es necesario recurrir a los repelentes y tener cuidado especial con menores y ancianos, aunque no les guste.

Es lamentable que el dengue coincida con el Día de Muertos, tan entrañable para muchos de nosotros y que convoca al turismo a nuestro estado. La costumbre de visitar los panteones y pasar largo rato ahí puede terminar en un repunte en los contagios de dengue, por lo que se ha invitado a no llevar macetas ni floreros, cuidarse de la hierba crecida, vestir camisas de manga larga y, desde luego, abreviar las visitas a los camposantos.

Por supuesto las zonas más afectadas por el dengue en Morelos son las más pobladas: Cuautla, Cuernavaca, Jiutepec, Jojutla, Mazatepec, Miacatlán, Puente de Ixtla, Tetecala, Tlayacapan, Xochitepec y Yautepec; además, ya se reportan casos de zika, aunque aún ninguno de chikungunya, enfermedades que trasmite el mismo mosquito.

Ante esta enfermedad no está de más extremar precauciones, pues la prevención es la medida más efectiva para mantenernos alejados de este mal, que puede tener consecuencias desastrosas para nuestra salud y nuestras familias.

Si nos tenemos que ir, que no sea por dengue.