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El mismo día que se anuncia la llegada de más militares “para trabajar de manera coordinada con autoridades estatales y municipales con el objetivo de abatir los niveles de inseguridad”, la Fiscalía Especializada en Combate al Secuestro en Morelos reconoce que se ha verificado un aumento hasta del 40 por ciento en el delito de secuestro exprés principalmente en los tramos carreteros que atraviesan la entidad.

Indirectamente, la Fiscalía está demostrando que los cientos de militares y efectivos de la Guardia Nacional que ya operaban en el estado, de nada han servido para frenar por lo menos el secuestro exprés que se perpetúa en las vías públicas que conectan al estado con las entidades vecinas, lugares altamente transitados que no tienen nada que ver con callejuelas oscuras de cualquier población.

Además, son caminos federales, como federales son tanto la Guardia Nacional y las fuerzas armadas, por lo que caen en su plena jurisdicción.

La inseguridad no ha parado de crecer en Morelos, todos sus indicadores van en aumento. Los feminicidios siguen encabezando los delitos de alto impacto y este apunta a ser el año más violento registrado en nuestro estado, a pesar de que los efectivos militares sigan sumándose en suelo morelense.

Al contrario, la Guardia Nacional hay demostrado tener “mala copa” y generar conflictos en donde no los había, como sucedió hacer un mes en Ocotepec.

Si algo se ha demostrado en Morelos en los últimos meses, es la ya extendida noción que más policías no garantizan mayor seguridad y que la impunidad y la presumible colusión de autoridades con la delincuencia son los principales motores de la violencia y la inseguridad que victimiza a la ciudadanía de manera cotidiana.

Estos 200 efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional se sumarán a los 500 que lo hicieron en agosto y los que llegaron antes que ellos, pero la vida en la calle y en la carretera en Morelos sigue como desde antes de que nos visitaran, y esa no es una opinión, como lo demuestran las estadísticas.

No es con desfiles militares como se va a solucionar la inseguridad en Morelos, sino con acciones reales que corten de tajo las condiciones estructurales que la propician, y no nos referimos a la falta de empleo honesto para los delincuentes que son propuestas a mediano y largo plazos, sino a los jueces que abogan por los criminales llegando a presionar a otros jueces para que los liberen y la investigación de crímenes en donde no se busquen los atajos fáciles de “crímenes pasionales”, “ajustes de cuentas” o en los que se amedrente a los testigos y a quienes presentan denuncias, cosas que, entre muchas otras, suceden continuamente en nuestro suelo, y de los que, de ninguna forma, se podría responsabilizar a las fuerzas armadas.