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¿Estados Unidos ante el riesgo de un estado fascista?

Rafael Segovia

La reciente controversia nacional en los sectores políticos, judiciales y mediáticos en Estados Unidos respecto al caso Trump, que parte del rechazo de los resultados electorales por el expresidente y por todo un sector de la derecha norteamericana (MAGA) implica responsabilidades penales de alta gravedad para el expresidente, y está llevando a la cárcel a decenas de personas, incluyendo a altos funcionarios y abogados de renombre; ha generado una polarización tal vez nunca antes vista en el país del norte. El partido republicano, en cuyo seno el principal acusado no ha dejado de tener una clara preferencia electoral como candidato a la presidencia en 2024, ha buscado oponerse por diversos medios y con diversas intensidades a que Trump sea condenado. Por su parte, el sistema judicial, que se puso en marcha a partir del asalto al Capitolio de enero de 2020, ha acumulado tal cantidad de evidencias incriminatorias, que no se ve posibilidad alguna de que el expresidente pueda ser exonerado, ni siquiera en uno solo de los cuatro tribunales en que se desarrollan los juicios. Y, sin embargo, las leyes norteamericanas permiten que una persona en las circunstancias de Trump, aún declarada culpable y cumpliendo una pena de prisión, pueda seguir contendiendo por la presidencia… y ganar las elecciones. Al grado de que existe en caso extremo la posibilidad de que Trump pueda gobernar desde la cárcel.

En este ambiente, a mediados de julio de este año, el equipo electoral de Trump y sus asesores políticos hicieron público un plan de gobierno que implica la absoluta concentración exclusiva del poder en la figura presidencial, eliminando, entre otras medidas, la mayoría de las oficinas intermediarias del gobierno, como la Comisión Federal de Comercio y el Departamento del Tesoro, y disolviendo entidades federales completas, así como ejerciendo un casi total control sobre el Departamento de Justicia y las demás agencias de seguridad. Trump personalmente había declarado previamente que estaba dispuesto a “acabar con la Constitución” (por cuyos principios estará siendo juzgado). Varios medios de comunicación calificaron este plan como un proyecto de “reinado presidencial” o, para decirlo llanamente, una dictadura.

Para apoyar su desesperado intento por escapar de la justicia y ganar las elecciones, Trump se ha referido repetidamente a la posibilidad de la violencia, sabiendo que cuenta con un público de seguidores fanáticos, radicalizados, que estarían dispuestos, como lo estuvieron el 6 de enero en el Capitolio, a salir a las calles y armarse para instalarlo en el poder.

Los demás puntos del plan de campaña trumpiano incluyen, entre otros, cerrar la frontera con México (ahora reforzado con propuestas de varios representantes republicanos de enviar a las fuerzas armadas a nuestro país a “combatir a los cárteles”), desencadenar una guerra comercial frontal con China, y – lo más peligroso – enjuiciar y meter a la cárcel a todos sus oponentes políticos.

En resumen: Estados Unidos está en riesgo de caer en un régimen dictatorial, con claros rasgos de totalitarismo fascista, y al mismo tiempo, o como vía de acceso a este régimen, de sufrir una escalada de la violencia política que podría desembocar, en el peor de los casos, en una nueva guerra civil, tal como lo ha predicho el mismo Trump.

La prensa mexicana, aunque atenta a los desarrollos de esta complicada ecuación, se ha centrado en las noticias aisladas, reportando sobre los avances judiciales, las acciones de los abogados defensores, y marginalmente, las de los legisladores republicanos que intentan intervenir en el proceso. Sin embargo, no existen visiones de conjunto de esta saga política, que muestren las alternativas en juego y que presenten un análisis de las razones profundas de esta conmoción histórica.

Para una mejor información del público mexicano, expondremos en una serie de 4 artículos que, con el título “El caso Trump o el derrumbe del mito norteamericano” iniciarán el próximo miércoles 25 de octubre, las diversas coyunturas y posiciones ideológicas que subyacen a esta crisis. Esté atento a las próximas publicaciones, del 25 al 28 de octubre.

Lea el próximo artículo: La Insurrección y el ataque a la democracia, en nuestra edición del día miércoles.

*Poeta, traductor y activista social por los derechos culturales

Foto: talcualdigital.com


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