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Cultura, dignidad e igualdad

Carmelo Enríquez Rosado*

“La política es, entre otras cosas, pensamiento y acción, y aunque cuando lo fundamental son los hechos, no deja de importar cómo definir en el terreno teórico el modelo de gobierno que estamos aplicando; mi propuesta sería llamarle “humanismo mexicano”, soltó el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador en su 4º Informe Presidencial en septiembre de 2022. (“AMLO nombra su proyecto como ‘humanismo mexicano’: ‘el pueblo es el …”)

Cabe imaginarlo en su despacho, o en su recorrido por los senderos de palacio reflexionar sobre sus cuatro años de gobierno para encontrarle una denominación. Quizá se preguntaba, ¿qué hemos hecho?, repasaba los acontecimientos: su preferencia por los pobres y los pueblos originarios, por el rescate de la dignidad de los mexicanos y la recuperación los recursos naturales y minerales.

Apasionado de la historia de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador tal vez recorrió la trayectoria de los primeros humanistas en México.

Percibió quizá cómo en Europa se vivió un renacer cultural y material al recuperar valores y conocimientos de las culturas griega y romana y resaltaba la dignidad inviolable de toda persona humana por el mero hecho de serlo, su esencial igualdad en una sociedad para todos los hombres y a todas las naciones

El humanismo mexicano tiene sus raíces desde los primeros momentos de la invasión española en el siglo XVI con el arribo a las tierras americanas de sacerdotes portadores de enseñanzas de maestros como lo fueron: Tomás Moro, Luis Vives, Erasmo de Rotterdam fueron maestros; Erasmo de Fray Juan de Zumárraga, Tomás Moro, de Vasco de Quiroga y éste de Fray Bartolomé de las Casas.

 

Fray Julián Garcés primer obispo de Tlaxcala Fray se dirigió al Papa Paulo III en una carta para hablar contra aquellos cuya codicia sostiene que las criaturas racionales hechas a semejanza de Dios son bestias y jumentos, con el fin de usarlos a su antojo.” Se negaba a los indios la dignidad inviolable y los derechos esenciales de la persona humana y “la perversión moral llegaba al grado de pensar que no era pecado despreciarlos, destruirlos ni matarlos.” Fray Julián Garcés usó el latín al servicio de la libertad y el reconocimiento de los derechos de los aborígenes.

Don Vasco de Quiroga busca cambiar la conciencia de los michoacanos y realizar una reforma social. Encontró miseria, desamparo y vejación, los aborígenes desnudos, hambrientos, comían lo que los puercos dejaban. Las madres ahogaban a sus hijos pues la pobreza extrema las hacía anticipar su muerte que de todos modos les alcanzaría. Don Vasco creó una comunidad donde trabajaban seis horas diarias, el fruto de su cosecha se repartía equitativamente, Se cuidaba a los enfermos y entre los vecinos se turnaban para ello.

Fray Bartolomé de las Casas, fue un acérrimo defensor de los indios, pugnó por la libertad de quienes habían sido hecho esclavos, calificó la conquista como injusta, usurpadora, saqueadora de oro y plata, repartimientos y encomiendas y obra de tiranos, al grado de reconocerles el derecho de hacer la guerra. A Fray Bartolomé de las Casas le alentó la idea de la trascendencia de la dignidad de la persona humana, dueña de su destino.

La fundación de la Universidad se debió a la persistencia de Fray Juan de Zumárraga donde las lenguas latinas el latín y el griego se consolidaron.

Al final de su reflexión, quizá, el presidente considera nombrar a este gobierno como Humanismo Mexicano. Enhorabuena.

*Lic. En Ciencias Políticas y Administración Pública