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En 1828, el periodo del general Guadalupe Victoria, primer presidente de la república entró en su recta final. Entonces se convocó a elecciones, en las cuales contendieron los generales Manuel Gómez Pedraza y Vicente Guerrero, este ultimo de sólido prestigio y arrastre popular. El país vivió en aquellos momentos, jornadas de inestabilidad política alimentadas en buena parte por la disputa entre las logias masónicas yorkina de tendencia liberal y escocesa marcadamente conservadora. Asombrosamente Guerrero fue derrotado en los comicios, lo cual generó un enorme descontento que desembocó en la rebelión de Santa Anna desconociendo al gobierno por medio del Plan de Perote, levantándose en armas y adhiriéndose a Guerrero. A su vez, el 30 de noviembre de ese mismo año estalló el Motín de la Acordada en la Ciudad de México, en el cual una turba al mando de José María Lobato, antiguo insurgente y seguidor de Guerrero, saqueó el Parían y derivó en la rebelión que a fin de cuentas obligó a Victoria a dejar la presidencia, a Gómez Pedraza a salir al exilio y en consecuencia llevó a Guerrero al poder.

El Motín de la Acordada recibió su nombre por los disturbios que se iniciaron frente a ese edificio de la época virreinal, dicho inmueble contaba con abundantes armas y pertrechos de guerra, ahí se hicieron fuertes los rebeldes encabezados por Lorenzo de Zavala y diversos jefes militares con mando de tropas en la Ciudad de México. Sin embargo, el Motín de la Acordada ha pasado a la historia no solo por el saqueo del Parían o el cuartelazo que llevó a Guerrero a ser el segundo presidente de México, sino marcadamente porque al tomar el edificio de la Acordada, los mandos rebeldes en vez de comenzar de inmediato el ataque sobre las fuerzas leales y Palacio Nacional se enfrascaron en una ríspida disputa sobre quien debería liderar el movimiento militar contra Guadalupe Victoria. Guardando las proporciones algo muy similar a lo que ocurre hoy en día en el estado de Morelos, con la postura de Mayela Alemán de Adame al no ser ungida candidata del Frente Amplio por Morelos (FAM), Aun no comienza la contienda electoral del 2024 y sus mandos riñen, aun con el amago de ir a tribunales, la candidatura de la oposición al gobierno de Morelos.

El FAM ante esto, corre el riesgo de perder la oportunidad de mostrarse como una oposición organizada y disciplinada, la sombra de ser un instrumento al servicio del exgobernador Graco Ramírez le resta credibilidad y ahora las disputas internas entre las diversas facciones panistas dan muestra de que la lucha no es por un proyecto a favor de Morelos sino por el poder mismo, justo como ocurrió con los sublevados en el Motín de la Acordada. Como inminente carta del FAM, destaca la senadora Lucy Meza, quien es un activo más rentable en las urnas y con mayor trayectoria política que Mayela Alemán, y quien ahora sale moralmente fortalecida con la resolución a su favor del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con respecto al proceso interno de MORENA.

Mayela Alemán de Adame se suma a la fallida relación de primeras damas o ex primeras damas que han pretendido suceder a sus cónyuges a nivel nacional o estatal, en su contra no solo juega la sombra del nepotismo que caracterizó a las administraciones panistas en Morelos sino el hecho de que ha militado o simpatizado con otras formaciones políticas como el PES.

Legalmente Mayela Alemán de Adame puede reunir los requisitos para ser candidata, cumple holgadamente con la residencia necesaria en Morelos y no está impedida en sus derechos políticos, pero es aquí donde se deben imponer la ética y el sentido común, más aún cuando ya fue primera dama de un estado.

Aquí viene a colación lo sucedido con el ex primer ministro británico Tony Blair, su esposa Cherie, destacada abogada y escritora tuvo un su momento un futuro político promisorio. Sin embargo, los Blair acordaron que por ética solo uno de ellos participaría en política, el que llegara primero a cargos políticos o partidistas de importancia. Tony alcanzó el liderazgo del partido laborista en 1994 y después en 1997 la jefatura de gobierno, Cherie respetó el acuerdo y se hizo a un lado.

Hoy el reto del FAM en Morelos es demostrar que tienen un proyecto político, y que no es solo una plataforma para alcanzar cargos de elección popular o perpetuar a una familia en el poder.

*Escritor y cronista morelense.