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“Usted no sirve para ser médica” y “¿cómo va a ser médica en silla de ruedas?”, son algunas de las expresiones que presuntamente recibió una estudiante discapacitada por parte del Lorenzo, profesor de Anatomía en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), antes de impulsar su “baja” supuestamente por “no tener potencial”, todo bajo el aval de Graciela, la encargada de despacho de dicha facultad.

Ambos académicos ahora son investigados por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) presuntamente por incurrir en actos de discriminación y violencia institucional contra la joven que ingresó por méritos propios y formó parte del porcentaje que la UAEM “ponderan” el ingreso de alumnos con alguna discapacidad.

El pasado 6 de noviembre, integrantes del Observatorio de Violencia de Género Asociación Civil, quienes dan acompañamiento a la estudiante, presentaron la queja ante la CDHEM y solicitaron tomar medidas inmediatas para garantizar la protección de sus derechos humanos.

En la documentación presentada, Lorenzo ha sido señalado por «reprobar de manera recurrente» a una alumna por su condición de utilizar silla de ruedas, sin aplicar los ajustes pertinentes. Contrariamente a propiciar un ambiente académico inclusivo, el profesor optó por conductas que han sido caracterizadas como violencia psicológica hacia la estudiante.

De manera específica, Lorenzo expresó a la alumna que “no servía para ser médica, que no iba a serlo en silla de ruedas, que no tenía potencial y que mejor buscara otras alternativas”.

Tales actitudes contravienen los principios fundamentales de igualdad y respeto hacia la diversidad, elementales en un entorno educativo de calidad.

En una búsqueda rápida en la web en algunos foros abiertos donde las y los alumnos de Medicina califican a los docentes, Lorenzo es descrito como “el terror de la facultad”, además ha sido señalado por acoso y violencia de género.

El caso de la alumna en cuestión no es el único a una larga lista de antecedentes del mismo tipo en contra de alumnas y alumnos que presentan algún problema de salud.

La queja radicada en la CDHEM, también subraya que la alumna no solo fue víctima de discriminación, sino que también experimentó violencia institucional.

Tras ser notificada de su «baja», no se le informó adecuadamente sobre su derecho a solicitar una evaluación por parte de otro académico, constituyendo un claro caso de omisión institucional.

Motivada por el temor a represalias, la estudiante optó por guardar silencio frente a las injusticias sufridas, revelando la necesidad de un ambiente más seguro y protector en el entorno académico.

En la queja presentada, el Observatorio solicitó expresamente que se brinde protección y acompañamiento a la afectada. Asimismo, insta a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) a llevar a cabo una investigación exhaustiva del caso y emitir, de manera expedita, una recomendación. La solicitud de restitución de su derecho a estar matriculada se fundamenta en los principios de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Es crucial destacar que, ante la amenaza inminente de que la baja, firmada por Graciela «N», tenga consecuencias irreversibles en el futuro de la alumna, se requiere una intervención pronta y eficaz para salvaguardar los derechos educativos de la estudiante antes de que concluya el trimestre actual.

La Jornada Morelos buscó directamente a Gustavo Urquiza, rector de la UAEM, para conocer alguna postura al respecto y saber si al interior de la máxima casa de estudios en Morelos se han tomado medidas para garantizar el derecho a la educación de la alumna, pero no tuvimos respuesta.