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La nueva rectora de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, la química con doctorado en educación, Viridiana Aydeé León Hernández tiene confianza en los jóvenes y en su universidad.

“Tenemos el talento, las personas y el espacio, somos la máxima casa de estudios de Morelos, y eso hay que asumirlo como un compromiso con la historia, es un honor ser la primera rectora, pero vendrán muchas mujeres más en el liderazgo por su capacidad de construir consensos y acuerdos», dijo poco después de que le comunicaran que 110 Consejeros Universitarios habían votado a su favor para encabezar la UAEM por los próximos seis años.

Su primer reto lo tuvo que enfrentar antes de tomar posesión: algunos grupos de estudiantes continuaron con las protestas que protagonizaron un día antes por los sentimientos de inseguridad que, paradójicamente, desencadenaron algunos policías en el campus universitario. Ayer mismo la rectora electa se comprometió a velar por la autonomía universitaria a petición de los estudiantes, a lo que se sumaron también el presidente municipal de Cuernavaca y el rector saliente.

Con todo y eso, como ayer mismo dijo el rector Urquiza, la rectora León recibirá una universidad muy diferente a la que existía hace seis años cuando estaba endeudada, con graves conflictos internos y en medio del escándalo de la llamada Estafa Maestra.

El papel de las universidades públicas está determinado por las necesidades y aspiraciones de los pueblos a los que se deben; por eso, en ellas se forman nuevas generaciones de mexicanos con una fuerte conciencia social que no toman de los libros o las corrientes de pensamiento que concurren en las aulas; generalmente los estudiantes de universidades públicas en México tienen una fuerte conciencia social por la historia de su familia y de su comunidad y ese, como se le quiera ver, es un valor imprescindible para mejorar a la sociedad entera.

Ese es un verdadero reto para cualquier universitario, y mucho más para los académicos: conservar e inculcar el compromiso de la Universidad y sus integrantes con su comunidad y con la solución, para empezar, de los problemas locales, antes de dejarse enamorar por el canto de las sirenas del beneficio personal a costa de lo que sea.

Aunque la UAEM haya salido de la barranca durante los seis años del rectorado saliente, aún falta mucho por hacer a su favor y, además de conservar las finanzas sanas, planear con inteligencia la ampliación de la plantilla estudiantil, impulsar desinteresadamente la cultura, reforzar la academia e involucrarla con la investigación científica, León Hernández deberá mantener a salvo a su comunidad, negociar con los gobiernos de los tres niveles y acordar lo que sea mejor para la casa de estudios con los sindicatos y agrupaciones estudiantiles universitarias.

Esperemos que también sepa conservar en los universitarios la solidaridad, la empatía, la espontaneidad y la voluntad de los jóvenes estudiantes con el compromiso social, la propuesta generosa y la imaginación productiva de los universitarios para conformar así a mejores morelenses, porque los necesitamos con urgencia.