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Víctor Villarreal Cabello*

La presencia de personas migrantes de África, Asia, Medio Oriente y Haití en toda América Latina también es conocida como migración “extracontinental”. Sin embargo, el prefijo “extra-“ en voz de las propias personas migrantes les hace sentir como personas de “Otro Mundo”. Es decir, pasamos de la construcción de la otredad desde Norbert Elías como otro-monstruo, a la construcción de la otredad como un alien, de esta forma las instituciones de migración les denomina a los migrantes en Estados Unidos.

Existe un libro “Migrantes de otro mundo” coordinado por María Teresa Ronderos, que habla de esta situación. Del paso de personas migrantes denominadas “extracontinentales” que se sienten evocadas como personajes ajenos al planeta tierra. La dimensión enunciativa es importante en tanto que permite comprender como observamos la otredad. Para América Latina el migrante proveniente de otras geografías es entendido como un migrante traído de otro planeta.

La presencia de migrantes “extracontinentales” se puede mapear por toda América Latina, desde Argentina, Ecuador y Brasil. Sobre todo, por las facilidades de estos países para permitir el ingreso de personas al continente. Para los mal llamados “extracontinentales” esto implica lograr “el sueño americano”. Sí, la mayoría de las personas que cruzan América desde la Patagonia están aquí de paso. Pero las políticas de contención externalizadas de Estados Unidos han colocado puestos de control, tecnologías, programas de conteo de migrantes, incremento de retenes fronterizos en toda la región.

Jaime Horacio Cinta Cruz, es otro de los pioneros para comprender a los migrantes “extracontinentales” en Tapachula con su libro “Movilidades extracontinentales, personas de origen africano y asiático en tránsito por la frontera sur de México”. Tapachula es un espacio globalizado por la cantidad de personas que tienen que cruzar México desde esta “puerta de entrada”. Llama la atención de los medios el hecho de que las personas sean racializadas como negras o asiáticas en su paso por todo el continente, pero también en su cruce por México. Esto es sólo el principio de un flujo migratorio que se ha intensificado con el paso de los años. Pero se insiste en mencionar que no sólo es la cantidad de personas que cruzan América. También tiene que ver con la cantidad de políticas, mecanismos y estrategias de contención que han implementado los Estados.

Se han producido, espacios de inmovilidad y letargo del movimiento en toda América Latina, no sólo Estados Unidos contiene migración en su frontera sur, pretende hacerlo en todo el continente, ergo todos los flujos pretenden llegar a Estados Unidos. La mediatización de diferentes fenotipos en el continente ha producido una serie de alarmas que sólo pretenden la construcción de más fronteras.

Algunas personas (Miranda, 2023), (Miranda, Vargas, Villarreal, Sosa, 2023), (Villarreal Cabello, en prensa) han propuesto llamar a los mal llamados migrantes “extracontinentales” como -migrantes transcontinentales- para hacer énfasis en las redes que utilizan las personas migrantes en proceso de movilidad y no aludir a su lejanía desde un carácter enunciativo casi “alienígena”. Es una posición ética que emerge del trabajo de campo. La enunciación sigue siendo importante, pero la geografía o espacialidad desde donde se enuncia sigue siendo importante. Geo-coropo-política de Achille Mbembe. La producción de discursos o de conceptos más respetuosos es prudente.

*Milpaltense, internacionalista, escribiente y migrantólogo.