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Nopales aquí, nopales allá: la invasión mexicana

 

Este año tomaste un vuelo hacia Europa. Esa colega española te lo dijo: “tienes que ir a Almería; vas a flipar”. Hiciste la maleta, empacaste el bañador y de pronto estás en Cabo de Gata, Almería. Lo viste en internet: playita poco concurrida y mar azul turquesa. Es tu primera caminata por las costas de España; el sol brilla fuerte y tus pasos se hunden en la arena. A lo lejos ves unas plantas que te parecen conocidas… ¿será posible? Te quitas las gafas de sol, te pones las graduadas y lo ves con claridad: ¡nopales! Nopales al puro estilo Milpa Alta, Alfajayucan o Tlayacapan.

Esos nopales que viste son, seguramente, Opuntia stricta, una especie de cactus originarios de México con distribución en varias partes de América y El Caribe. Se piensa que los nopales fueron introducidos muy tempranamente en España por los conquistadores en el Siglo XVI, entre 1540 y 1570, siendo una de las primeras especies originarias de América introducidas en aquellas regiones. Esta especie de nopal no solo ha llegado a España, también se encuentra en una gran parte del Mediterráneo e incluso África, donde se ha reportado con abundantes poblaciones en Kenia, Tanzania y Etiopia, y con menor densidad en Uganda

Estos nopales soy muy resistentes y pueden adaptarse muy bien a condiciones climáticas extremas. Además, una sola penca que cae a la tierra puede producir raíces, afianzarse al suelo y comenzar a crecer sin mayor contra tiempo.

Opuntia stricta, también conocido como nopal costero o chumbera, está situada en el número 66 de la lista de las 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, elaborada en 2014 por el Grupo Especialista de Especies Invasoras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En esta lista se incluyen especies tan diversas como el caracol gigante africano (Lissachatina fulica), las carpas (Cyprinus carpio), los gatos domésticos (Felis catus), los lirios acuáticos (Eichhornia crassipes) un oomiceto que pudre las raíces (Phytophthora cinnamomi) entre muchas otras.

De acuerdo con un artículo publicado en 2017 en la revista Biological invasions, en el que entrevistaron a 200 habitantes de Laikipia, Kenia, los pastores identificaron que Opuntia stricta había estado presente durante más de 10 años y opinaron que todavía se estaba extendiendo y aumentando en densidad, además, estimaron que entre el 50% y el 75% de las valiosas tierras de pastoreo habían sido invadidas y todos sintieron que eso contribuía a la mala salud y la muerte del ganado.

Tres años después, un reportaje de la Deutsche Welle asegura que este cactus ya ocupa más de 500 kilómetros cuadrados en la localidad de Lakipia. Frente a la amenaza para el ganado y las plantas nativas que representa este cactus, los pobladores han desarrollado estrategias como la producción de biogás, la elaboración de mermeladas y el uso de insectos como método de control biológico.

A propósito de los nopales invadiendo otros continentes, recientemente Abril, una ciclioviajera mexicana que está recorriendo África, publicó un reel en su cuenta de Instagram en el que vemos cómo encuentra una nopalera en su camino por Kenia, se detiene a cortar pencas y tunas para comer, no sin darse una buena espinada: «Saben mi gente que amo encontrar nopales y tunas en el camino. Y que nopalera que aparece le doy su podada jejeje 😬 A la Distancia se vuelve un lujo poder disfrutar del sabor de México lejos de la tierra.»

Y tiene mucha razón. El nopal es un elemento que sabe a México (o México sabe a nopal), con una importancia gastronómica indudable, parte de una tradición desde la época prehispánica, no solo como fuente de alimento sino como fuente de grana cochinilla, un colorante rojo de origen natural que se obtiene de los cuerpos secos y triturados de una cochinilla (Dactylopius coccus) que parasita al nopal.

Además, el nopal es un símbolo de identidad tan importante que incluso está en nuestro escudo nacional, bajo el águila que devora a la serpiente. Un dato curioso es que no se sabe con exactitud la especie a la que pertenece el nopal representado en el escudo nacional, sin embargo, las hipótesis más fuertes son que se trata de Nopalea karwinskiana, debido a su morfología pero que no tiene distribución en el Valle de México, o que es una Opuntia tomentosa, que aunque sus flores no son como las de la imagen del escudo, sí tiene una distribución en el Valle de México y se encuentra en todos los sitios con remanentes de la vegetación original de la zona lacustre del valle.

Ah, los nopales tan omnipresentes. Tanto que hasta el poeta T. S Elliot, allá por 1925 en plena desesperación, los mencionó en su poema Hollow man (Los hombres huecos): “Here we go round the prickly pear /Prickly pear prickly pear / Here we go round the prickly pear / At five o’clock in the morning” (Y damos vueltas al nopal /Al nopal, al nopal / Y damos vueltas al nopal, / A las cinco de la mañana).

*Comunicador de ciencia. Instagram: @Cacturante