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Sandra Prado Reyes*/ Óscar Emiliano Carrillo Osorio**

La hiperplasia prostática benigna (HPB) es una de las patologías más comunes de los varones mayores de 40 años; se define como un agrandamiento no canceroso de la próstata. La próstata es una glándula (órgano) de forma ovalada ubicada entre la vejiga y la uretra en los hombres. El nombre próstata proviene de la expresión griega “el que está delante de ella”, en referencia a la ubicación en el cuerpo del hombre. Es responsable de la producción de un líquido que constituye 30% del volumen del semen, protege los espermatozoides y promueve una mayor fertilidad.

La hiperplasia prostática benigna es una condición frecuente y con alto impacto en la población masculina. Se dice que más de la mitad de los hombres con hiperplasia prostática benigna (HPB) muestran síntomas tempranos de la enfermedad, como disminución de la fuerza de la micción, aumento del residuo urinario y alteración del perfil de presión de la uretra; se pueden observar síntomas tales como dificultad para iniciar la micción, ganas de orinar por la noche y sensación de residuo urinario e interrupción del chorro urinario.

¿Cuándo acudir a Urología para chequeo médico?

Se recomienda acudir al médico especialista (urólogo) cuando existe alguna de las siguientes consideraciones, ser hombre mayor de 40 años, orina en sangre, problemas al orinar, antecedentes de cirugías pélvicas previas, infección de vías urinarias recurrentes, historia de retención urinaria, antecedente heredofamiliar de hiperplasia prostática.

Se ha demostrado que la prevalencia de enfermedades aumenta con la edad. De hecho, la prevalencia histológica de la hiperplasia prostática benigna en la autopsia llega de 50% a 60% en hombres de 60 años, y aumenta de 80% a 90% en los mayores de 70 años.

La Etiología está influenciada por una amplia variedad de factores de riesgo que pueden modificarse y los que no son modificables, como el síndrome metabólico, el cual se refiere a las afecciones que incluyen hipertensión, alteraciones en la glucosa en la sangre y alteraciones en las gradas en la sangre. Los factores genéticos y otros efectos hormonales (testosterona) que actúan directo sobre el tejido prostático se considera que son factores NO modificables.

Para su evaluación, el examen físico realizado por el médico debe incluir un examen abdominal (en busca de dolor palpable en la vejiga por el médico) y un examen de los genitales externos. A continuación, el examen debe concluir con un tacto rectal por el médico especialista anotando en particular el tamaño, la forma (cuántos lóbulos) y la consistencia (lisa/dura/nodular) de la próstata (la hiperplasia prostática benigna se caracteriza por una próstata lisa y agrandada).

Una evaluación adicional incluye uso de tira reactiva de orina (descartar otras causas como infección), volumen residual postmiccional (si la vejiga se vacía correctamente), cuestionario IPSS (puntuación internacional de síntomas prostáticos) el cual se utiliza para evaluar los síntomas urinarios y su influencia en la calidad de vida y lo estatifica en tres grupos: leves (0-7), moderadas (8-19) y graves (20-35). Aquellos con síntomas más graves tienen menos probabilidades de beneficiarse de medidas médicas o conservadoras.

¿Alguna recomendación?

  • Se recomienda a la población mantener un peso adecuado, con una dieta baja en grasas y proteínas de origen animal para disminuir el riesgo de progresión ya que la obesidad incrementa 10% de riesgo de hiperplasia prostática benigna.
  • Evitar la ingesta de líquidos antes de acostarse, reducir el consumo de café y alcohol ya que tienen un efecto diurético e irritante que aumenta la frecuencia al orinar.
  • Realización de ejercicios de fortalecimiento pélvico (ejercicios de Kegel).
  • Mantener una actividad sexual regular.
  • Disminución del consumo de sal.

Conclusión

La hiperplasia benigna de próstata es una enfermedad altamente prevalente que, afecta a un alto porcentaje de personas en edades adultas, por lo que es de gran importancia que toda la población conozca esta enfermedad, para que los varones afectados reciban un diagnóstico, manejo y referencia oportuna con el especialista.

Al realizar el diagnóstico y tratar dicha enfermedad mejorará la calidad de vida y los síntomas que llegasen a presentar, así como disminuir las tasas de complicaciones, tales como: Infecciones de vías urinarias recurrentes, inflamación de la próstata por alguna infección, lesión renal aguda y enfermedad renal crónica.

* Médica Especialista en Medicina Familiar. Directora de la UMF No. 24

Correo: sandra.prado@imss.gob.mx

** Médico Pasante en Servicio Social.

Correo: emiliano.carrillo.99@gmail.com