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SENTIDO DE LAS CREENCIAS RELIGIOSAS

 

En nuestra civilización occidental cristiana el fin de año se asocia con la idea religiosa, aunque ahora muy desvirtuada, del nacimiento de Cristo. La navidad es la conmemoración y el festejo del nacimiento del Redentor del mundo, de acuerdo al pensamiento de la religión católica.

Al margen de las festividades, que, en nuestra tradición mexicana, son la ocasión para reunirnos en familia, hace falta de vez en cuando tomar distancia de ellas y dar cabida a reflexiones que vayan más allá, que ocuparnos en las simples exigencias de organizar o participar en la posada, el brindis de nuestro lugar de trabajo, la cena de navidad, o simplemente, prepararnos para las vacaciones de fin de año.

El sentimiento religioso ha estado presente desde siempre en las diversas culturas, a lo largo de siglos y milenios. Una definición reiterada sobre el significado de la “religión” señala que es un sentimiento que permite nuestra vinculación entre el mundo de lo visible y el mundo de lo invisible, en el cual existen fuerzas que marcan y orientan nuestra vida en distintas formas.

Las religiones existentes tienen diversos orígenes de lugar y tiempo, y también diferentes creencias, prácticas rituales de iniciación y permanencia, simbologías, y marcos valorales. De igual forma, ofrecen respuesta a preguntas recurrentes generación tras generación, como por ejemplo, quién o cómo se formó el universo, cuál es el sentido de la existencia humana, qué existe después de la muerte, y cuál es el comportamiento deseable de las personas frente a sí mismas y frente a las demás.

Hay religiones monoteístas, politeístas, panteístas que identifican a uno o varios dioses como ejes centrales de su creencia principal, o bien, religiones teístas que no personifican, ni reconocen a un ser superior, pero que sí creen en fuerzas superiores. Las religiones más formalizadas se vinculan a libros y objetos sagrados, tienen tiempos, formas, y lugares para comunicarse con la divinidad, que pueden ser oraciones, asambleas, danzas rituales o sacrificios; pero, sobre todo, aglutinan a grupos humanos que comparten creencias, conductas deseables, y prácticas rituales, en resumen, crean cultura. Se estima que hay más de 4,000 religiones en el mundo, con diferentes grados de estructuración y manifestación. La existencia de religiones es una realidad más que reconocida y aceptada en todo el mundo.

Las religiones más conocidas y extendidas en la actualidad son tan antiguas como dos milenios antes de la era cristiana, y tan “recientes” como el siglo séptimo de esta era. Es importante saber que sus orígenes se localizan en la India, en China, y en el medio oriente.

La autoconciencia y la evidencia de la finitud humana son factores que refuerzan la intuición sobre la “trascendencia”, esto es, la pulsión a creer en la existencia de otra realidad, más allá de la que experimentamos como seres biológicamente vivos. Un más allá en donde nos encontraremos con el origen de todo, y en donde se subsanan los dolores, conflictos, carencias y absurdos de la dimensión terrenal.

En este sentido, muchas religiones producen en el interior de sus seguidores dos situaciones, por un lado, la satisfacción y consuelo interno que se experimenta al reconocer y adorar a una fuerza superior, y, por otro lado, el sentimiento de incertidumbre y de temor que resulta de cometer acciones prescritas por la religión que cada quien profesa. Estos dos sentimientos han sido clave para la cohesión de las sociedades, y para la contención de los excesos humanos, resultado de sus impulsos o instintos más básicos y prístinos en su evolución.

Una característica común de las religiones es la búsqueda de la paz interior, del equilibrio de las pasiones, de la mesura frente a los demás, y de la construcción de climas de paz entre las sociedades. Esto contrasta con el mal uso que se ha dado de ellas para marcar diferencias, justificar exclusiones, y hasta generar serios conflictos sociales y guerras.

Una encuesta hecha por la agencia francesa Ipsos, en enero de este año 2023, sobre el tema de la creencia en Dios o en un poder superior, aplicada en 26 países, a adultos menores de 75 años, dio los siguientes resultados: el 40% cree en un dios según lo documentan los libros sagrados, ya sea la Biblia, el Corán o la Torá; el 20% creen en un espíritu o poder superior, pero no en un dios como lo presentan los diversos libros sagrados; el 21% no creen en dios, ni en fuerzas superiores o espíritus de ningún tipo; el 12% no están seguros, y el 7% no se manifestaron.

https://www.ipsos.com/en/two-global-religious-divides-geographic-and-generational

Habría que evaluar el potencial que en la actualidad tienen las religiones, para en efecto promover la armonía entre personas, grupos y países. Por lo que hoy está sucediendo en el mundo, principalmente el descarado e impune genocidio palestino por parte del gobierno israelita, a la vista y complacencia del “concierto de las naciones”, la función social de las tres principales religiones monoteístas, como se entienden y se viven ahora, son inoperantes.

En el mejor de los casos, para ese 60% que cree en un dios bien caracterizado, o en una fuerza superior, la religión es un asunto de consumo personal y desconectado de lo que suceden en la realidad, más que un bien socialmente relevante para crear la armonía entre los humanos.

*Interesado en temas de construcción de ciudadanía.