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El PT, ese incómodo 6%

 

El Partido del Trabajo anunció el fin de semana que postulará candidatos propios a alcaldías y diputaciones locales en Morelos. La asamblea resolvió lo que ya se venía discutiendo desde las primeras semanas de diciembre y que podría haber sido una ruptura total de la coalición en el estado. Al final, se acordó mantener el respaldo a Margarita González Saravia, con quien el PT mantiene una relación cercana, pero alejarse en el resto de las posiciones primordialmente por dos argumentos, primero la ruptura del acuerdo que habría llevado a la postulación al Senado de la diputada local y dirigente petista, Tania Valentina Rodríguez; y segundo, la sospechosa forma en que Morena parece estar resolviendo las nominaciones a alcaldías y diputaciones locales en acuerdos que no consideraron a aspirantes del petismo.

Con la determinación, el Partido del Trabajo podría salvar su presencia en el Congreso y en algunos ayuntamientos gracias a su fuerza política en el estado, que según los resultados electorales del 2021 llega a por lo menos el 6% del electorado; pero además se convertirá en un espacio para quienes hayan sido rechazados en Morena, particularmente, los que fueron tachados por el equipo del gobernador, Cuauhtémoc Blanco y que incluirían alcaldes y diputados en busca de reelección y otros liderazgos políticos que han sido críticos o sencillamente no pertenecen a la corriente que hoy parece dominar a Morena en Morelos.

Porque conforme pasa el tiempo se revelan muchas de las normas no escritas del proceso interno de la coalición. Es evidente que la precandidata a la gubernatura, Margarita González Saravia y su equipo no están participando en la designación de las postulaciones, como sí ocurre en las otras dos coaliciones. Así, la estrategia electoral de Morelos no se traza conforme a la conveniencia que representa para la aspirante de Morena y sus aliados a la gubernatura, obedece en cambio a los acuerdos para mantener la aparente paz que se ha logrado entre grupos enfrentados y en un desequilibrio evidente que, hasta ahora parece beneficiar al grupo de Ulises Bravo y Cuauhtémoc Blanco. Así, los múltiples procesos de eliminación pueden dejar en la arena a cuadros competitivos y hasta el viernes la dirigencia estatal de Morena tenía cierta seguridad de que nadie más los podría postular en tanto el avance en los procesos de selección de aspirantes en las coaliciones adversarias haría imposible recibirlos.

Ahora el camino luce mucho más complicado, el Partido del Trabajo podrá nominar candidatos en todos los municipios, y algunos de ellos podrían ser cuadros que fueron impedidos para participar por Morena. Ahí podríamos empezar por ejemplo, con los diputados locales que fueron descalificados ya por la dirigencia nacional por presuntamente tener una relación con el fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara (quien por cierto, sin quererlo, se ha convertido en un factor político extraordinariamente relevante en las elecciones del 2024). Con ello, el PT tendría posibilidades de incrementar su fuerza en Cuautla, Xochitepec, Temixco y Tepoztlán; igual podría ocurrir en algunos municipios donde aspirantes con respaldo social fueran marginados de competir.

Por lo pronto, con la cantidad de votos base del PT, más los que podría obtener, es probable que le alcanzara hasta para dos diputaciones de representación proporcional y por lo menos una decena de regidurías. Esta nueva ecuación traería cierto equilibrio a las fuerzas de la izquierda en Morelos. Parte de la militancia de Morena se siente traicionada por la administración de Cuauhtémoc Blanco y eso incluye a la mayoría de quienes con él han trabajado. Si bien la salida ruptura con el PT les allana el camino para hacerse de candidaturas, en los hechos podría ser el factor que a la postre les impida ganar elecciones en municipios y distritos locales.

Por supuesto que el escenario no parece complicarle mucho las cosas a Margarita González Saravia, quien mantendría el respaldo del PT para la gubernatura, pero sí podría hacer que Morena y sus aliados perdieran la mayoría en el Congreso local y en los ayuntamientos. De hecho, la coalición de izquierda enfrenta carreras cuesta arriba en las contiendas municipales de Huitzilac, Cuernavaca, Cuautla, Xochitepec, Temixco, Tetecala, Yecapixtla, Emiliano Zapata, Miacatlán, Jantetelco, Tlayacapan, Totolapan, Amacuzac, Ocuituco y Atlatlahucan; y en los distritos 1 y 2 de Cuernavaca, 4 de Yecapixtla,7 de Cuautla, 8 de Xochitepec, 9 de Puente de Ixtla, 10 de Ayala y 12 de Yautepec. Si en ellos no logra postular candidatos competitivos, es muy probable que la mayoría en la próxima legislatura quede en manos de la oposición. Y las malas decisiones en las nominaciones podrían ofrecer posibilidades de triunfo a Fuerza y Corazón por Morelos o Movimiento Progresa, las otras dos coaliciones también en Jiutepec, Ayala, Zacatepec, Jojutla y Tepoztlán.

En efecto, la determinación del PT no parece lesionar, o por lo menos no lo hará en gran medida, la intención de voto por Margarita González Saravia, pero prácticamente anularía la posibilidad de que Morena se haga de la mayoría en el Congreso local y los ayuntamientos, y eso en términos de gobernabilidad significa un mundo, como ha quedado demostrado los últimos seis años en Morelos.

Desde otra perspectiva, que el PT incorpore candidatos propios a la contienda local ampliará significativamente la oferta para la elección local en alcaldías y diputaciones algo que, dada la flaqueza de la caballada, a lo mejor debería agradecerse.

@martinellito

martinellito@outlook.com