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JOSÉ ANTONIO GÓMEZ ESPINOZA

Para conocer cómo viene el temporal de lluvias, los campesinos de Morelos y México observan entre otras cosas el comportamiento de los animales silvestres. Así, por ejemplo, observan el desplazamiento de algunos animales como las víboras y las tarántulas que perciben la pronta llegada de las lluvias y buscan refugios, dejando sus rastros como indicadores de la cercanía del temporal de lluvias. Algunas aves, hacen sus nidos en las partes altas cuando el temporal será abundante, en tanto que, si perciben que será escaso, los hacen en las partes bajas.
Asimismo, los habitantes rurales de estas latitudes acuden a la observación de los astros para predecir como vendrá el próximo temporal. Para ejemplificar lo dicho, permítaseme una vez más, remontarme a las enseñanzas de don Tomás, quien una tarde de primavera me dijo: “Toño, ¿Te fijaste cómo se veía la luna ayer por la noche?
Esta pregunta dio pie para explicarme cómo los campesinos observan a la luna como indicador de cómo vendrá la lluvia en el mes lunar. Y continuó diciendo “la luna en cuarto creciente se ve como una uñita, pero la colocación de esa uñita nos va a decir cómo viene la lluvia ese mes. Si la luna aparece como un columpio, o como una letra “u” es señal de que el mes será seco; si se ve como una letra “C”, igual indica poca lluvia, pero, si se observa la luna como si estuviera recargada, entonces sí, de seguro el mes será lluvioso. “Cuando la luna creciente está inclinada, ni parada ni acostada, como recargada, nosotros decimos que la luna trae agua” me dijo don Tomás.
La luna de anoche se veía como un columpio, le dije, ¿eso quiere decir que el mes será seco? ¡Exacto! Exclamó don Tomás, es una señal de que todavía no es el tiempo para la siembra. Pero, no es la única señal, hay muchas otras señas de la naturaleza que tomamos en cuenta para saber cuándo y cuánto va a llover.
“¿Te has fijado cómo a inicios del mes de mayo, hay muchas huellas de serpientes, y en las tardes se ven las tarántulas por los caminos? Esos animalitos presienten cuando vienen las lluvias y se mueven en busca de refugios más seguros”, dijo don Tomás. Pero hay más, más observaciones para saber de las lluvias, porque de eso depende nuestro sustento.
Por ejemplo, una señal que no falla es la aparición de unas palomitas blancas que aparecen en parvadas, me dijo. En Santa Catarina, Municipio de Tepoztlán, Morelos, la gente sabe, incluso los niños, que cuando aparecen palomitas blancas por todas partes es la señal más clara de que el temporal de lluvias está por iniciar y todo mundo se prepara para la siembra del maíz, el frijol, la calabaza. Ya iniciado el temporal, no vuelven a verse las palomitas blancas. Pero cuando vuelven a aparecer, es la señal de que el temporal se va a retirar. Eso no falla, me dijo don Tomás.
La sabiduría ancestral heredada de generación en generación es muy rica. En cada comunidad de nuestro México hay toda una serie de saberes que se heredan de generación en generación y se enriquecen con las observaciones acuciosas que los indígenas y campesinos de México a través de los cuales la naturaleza habla con el hombre de estas latitudes.
Todo este saber ancestral, desafortunadamente se está perdiendo, la mayoría de los jóvenes del medio rural buscan otros horizontes y emigran a las ciudades o al extranjero. Unos pocos campesinos, los más viejos mantienen vivos sus saberes, aunque muchas veces solo en la memoria colectiva. Los datos aquí presentados son el producto de investigaciones en comunidades rurales cuyos resultados los presentamos en nuestra tesis doctoral que lleva el título de “Saberes Agrícolas Tradicionales. Su incorporación en la Educación Agrícola Superior”, que se publicó en su versión libro en el 2006, una coedición de la Universidad Autónoma Chapingo y la Universidad Autónoma del estado de Morelos.

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