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La crisis del agua, viene lo peor

Juan Carlos Valencia Vargas

En México, la grave crisis de agua que se está viviendo en varios estados parece ser la última llamada; a tomar conciencia, pero sobre todo, a tomar acción.

El desabasto de los últimos meses ha provocado en diversas regiones protestas y bloqueos. Monterrey es el caso más reciente y visible, pero las protestas por falta de agua se multiplican principalmente en el norte y centro del país, por ejemplo, en Cuernavaca y la Ciudad de México, los vecinos utilizan cada vez con mayor frecuencia los bloqueos a calles e instalaciones públicas para presionar a las autoridades a que les proporcionen agua.

Y también son cada vez más frecuentes, ante la necesidad, las denuncias de robo o huachicoleo de agua. Las llamadas de atención han sido muchas, son cada vez más, pero no se ve una reacción contundente de parte de nuestras autoridades a este respecto.

La crisis más severa está por venir, esto apenas comienza, históricamente la mayor escasez de agua se presenta en los meses de marzo y abril, que son los últimos de la temporada de estiaje (o de secas), para ese momento las temperaturas son altas, la demanda de agua es mayor y han pasado ya muchos meses desde las últimas lluvias, por lo que las presas y los acuíferos han bajado su nivel ya que se han usado intensivamente sus almacenamientos para satisfacer la demanda.

No ha llovido suficiente en los últimos años, de acuerdo con los datos del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua, casi el 80% del territorio nacional presenta algún nivel de sequía, y los tres niveles más graves (severa, extrema y excepcional) se presentan en 16 estados, es decir, la mitad del territorio nacional. Los problemas más graves se presentan en la parte norte, en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León y en la parte central en los estados de Michoacán y México, justo donde se encuentran las presas del Sistema Cutzamala, ese que abastece el 20% del agua que llega a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), ahí donde habitan más de 20 millones de mexicanos. Por eso se ha tenido que disminuir la cantidad de agua que se provee a la ZMCM, y si las lluvias se retrasan podría llegarse al punto de agotar el agua almacenada en las presas, lo que se algunos llaman “el día cero” podría llegar en el mes de junio de este mismo año.

Desafortunada y paradójicamente, la mayor cantidad de población y actividad económica se tiene en cuencas donde tenemos la menor disponibilidad natural de agua, lo que ha dado como consecuencia que 8 de las 13 regiones hidrológico-administrativas en que se ha dividido al país, tengan un estrés hídrico alto que pone en riesgo su capacidad de crecimiento y su desarrollo sostenible. Justo la del Valle de México, tiene un estrés hídrico que supera el 141%, un caso atípico y extremo a nivel mundial.

Esa presión sobre el agua ha traído diversas consecuencias, una de ellas es la sobreexplotación de acuíferos, que ha crecido de 20 acuíferos sobrexplotados en 1975 a 105 en la actualidad. Es decir, en 50 años se quintuplicó el número de acuíferos sobrexplotados. Otra consecuencia evidente de la presión sobre el recurso ha sido el incremento de la contaminación de nuestros cuerpos de agua. Ríos, lagos y acuíferos contaminados son evidentes a lo largo y ancho de nuestro país.

Y los escenarios no son favorables, hacia el 2050, la población mundial habrá crecido en alrededor de 2,000 millones de personas y la demanda de agua aumentará hasta el 30%, según estimaciones de la ONU.

Los desafíos son inmensos. La salud, la alimentación, la energía, la economía, el medio ambiente, el desarrollo sostenible dependen del agua, de su disponibilidad y de su calidad, por eso se requiere hacer una gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos. El reto es garantizar el derecho humano de todas las personas al agua y el saneamiento.

Por el bien de México, se requiere de una política pública de gran visión y largo alcance. La Ley General de Aguas que debe promulgarse en meses próximos, esta representa una gran oportunidad para reorientar los esfuerzos, o para darle el tiro de gracia a la gestión del agua, los tiempos políticos no ayudan, pero de eso hablaremos en la siguiente columna.

Correo: juancarlos.valencia@aquator.com.mx

Facebook: JuanCarlosValenciaAGUA