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Y las diversas flamas se volvieron un solos fuego

La presencia de la marea violeta se anuncia con el sonido de tambores y el aroma del copal. «El fuego ha sido siempre un elemento vital en nuestros hogares y un símbolo de la labor de las mujeres. Traerlo hoy aquí representa la esencia de nuestros hogares y la fuerza de todas nuestras compañeras», expresa Michelle mientras sostiene una llama en sus manos.

La marcha parte del Niño Artillero en honor a María Fernanda Rejón Molina, quien fue encontrada sin vida hace unos meses en la zona del Polvorín, cerca del Puente sin Fin. María Fernanda era una destacada integrante de las organizaciones feministas. Esta elección del punto de partida se debe al deseo de honrar su memoria y destacar su legado. Inicialmente, se consideró iniciar la movilización desde el lugar donde fue hallada, pero por motivos de seguridad, se decidió partir desde el Niño Artillero. «Ella está aquí, María Fernanda siempre nos acompaña», afirma Michelle, quien compartió momentos y actividades con ella, como cantos y danzas. «Mafer seguirá viviendo en nuestros corazones», añade, resaltando el impacto duradero que dejó en quienes la conocieron.

Cada año, la movilización por el 8M (Día Internacional de la Mujer) tiene un propósito definido; en 2024, la principal exigencia es detener la violencia feminicida.

“Se mata a las mujeres en la cara de la gente”

La marcha se organiza en contingentes, cada uno representando una lucha, una voz y un problema pendiente. La Batucada, formada por mujeres que tocan tambores, encabeza la marcha, despertando los sentidos de quienes transitan por las calles para que escuchen consignas como «Señor, señora, no sea indiferente. Se mata a las mujeres en la cara de la gente».

El siguiente contingente está compuesto por familiares de víctimas de feminicidio, es el único que admite la participación de hombres. Lo encabezan mujeres que portan una manta colectiva, la cual está bordada con los rostros de 311 mujeres víctimas de feminicidio, todas ellas de Morelos.

Detrás de ellas marchan los familiares de las víctimas. Es verdaderamente desgarrador presenciar este contingente, ya que nos enfrenta directamente a la cruda realidad. Es inevitable sentirse abrumado al observar a hombres, mujeres, niñas y niños marchando con pancartas que muestran nombres y fotografías de mujeres que salieron de sus hogares y nunca regresaron.

Yo no desearía estar aquí

«Yo no desearía estar aquí con este cartel, con esta foto, y debo confesar que siento mucho miedo, pero también creo que el miedo ya no nos detendrá. Más bien, nos está impulsando a seguir adelante y a seguir exigiendo justicia por Dianita, por Olivia y por todas», expresa Esmeralda Sánchez, de 33 años, amiga de las víctimas, quien marcha con un cartel que muestra a Olivia Arce, de 57 años, y a su pequeña Diana Laura Gómez, de 9 años, quienes fueron encontradas muertas en su hogar hace casi 2 años. A pesar de que la fiscalía intentó cerrar el caso argumentando que fue un suicidio, gracias a las marchas, el caso fue reabierto, aunque hasta la fecha no se ha llegado a una resolución. «Esto ocurrió en Taxco, pero lo traigo aquí porque allá no tenemos acceso a los medios de comunicación en este momento», agrega Esmeralda, recordándonos que la violencia contra las mujeres es una realidad que afecta a todo el país.

Acoso, abuso, violencia vicaria

El próximo grupo que avanza está formado por madres y niños, recordándonos que existe un futuro por el cual luchar. La esperanza de que los niños puedan crecer en un entorno libre de violencia no es una visión utópica, sino algo alcanzable. Melany, de 25 años, marcha con sus dos hijas. «He sufrido mucho acoso por parte de familiares desde que era niña, y mi hija mayor también ha sido víctima de intento de abuso sexual. Por eso estamos aquí», explica.

En el grupo de afectadas por los deudores alimentarios y la violencia vicaria, se nos recuerda que la violencia se manifiesta de diversas formas. Silvia Santamaría, de 47 años, comparte su experiencia sobre un deudor alimentario que abandonó a sus dos hijos hace más de diez años. «Quiero que escuchen nuestra voz, que entiendan lo difícil que es ser madre soltera. No solo están violando nuestros derechos, sino también los de nuestros hijos», expresa con la voz entrecortada. «Nosotras tenemos que trabajar el doble, a veces el triple, y eso priva a nuestros hijos de cosas que son su derecho y de las cuales deberían hacerse responsables».

Las maestras también están presentes

En otro grupo marchan las maestras, con una pancarta que proclama: «las maestras marchando también están enseñando». Yessenia Figueroa, de 24 años, maestra, comparte: «Quiero que mis alumnas crezcan sin miedo, sean libres y tengan a alguien en quien confiar para que no haya más injusticias».

En el contingente de artistas se encuentra Selina, de 29 años, artista plástica, quien expresa su mensaje a través de su arte. «Utilizo el arte como forma de protesta. No quiero esperar hasta el próximo año para marchar por algún familiar más. Si puedo hacer algo ahora para evitarlo, lo haré», declara decidida.

Contra los transfeminicidios y a favor de la libre determinación

El contingente siguiente es el Bloque Violeta, un espacio transincluyente donde Albani, una mujer trans de 21 años, explica: «marchamos por todas nuestras hermanas trans, por los transfeminicidios que asolan nuestro país. Desgraciadamente, ocupamos el segundo lugar en el mundo en número de transfeminicidios, solo superado por Brasil». Albani añade: «Estoy luchando por mí misma, por mis compañeras y por toda nuestra comunidad. Durante toda mi vida he sufrido exclusión, violencia y discriminación. Es un sentimiento abrumador poder unirme a otras mujeres que están luchando por la misma causa, junto a mis hermanas trans y el colectivo LGBTQ+. Esta experiencia me llena de felicidad, pero también de nostalgia y tristeza al recordar momentos difíciles».

Luego se suman al desfile las aborteras, entre las que se encuentran estudiantes de medicina, seguidas por el contingente de ciclistas. Claudia Esquivel, de 49 años, ha estado pedaleando durante cinco años. Ella explica: «siempre he participado en la marcha, y este es el segundo año que venimos en bicicleta para visibilizar a las mujeres ciclistas. Nos enfrentamos a una falta de educación vial y sufrimos acoso en las calles, por eso venimos en bicicleta, para hacernos visibles como parte de la comunidad ciclista».

La marcha avanza mientras las consignas resuenan en el aire, acompañadas por el ritmo de los tambores que abren camino. Desde las aceras, azoteas y balcones, personas que no están participando observan, toman fotos y, a veces, aplauden. Muchos se suman al ritmo de los tambores y se unen a las consignas.

Las instituciones sí se protegen a ellas mismas

Continúan avanzando y realizan una vuelta estratégica para pasar frente al edificio del Poder Judicial de la Federación y el Tribunal Superior de Justicia del estado de Morelos. Este edificio está protegido por vallas de madera pintadas de lila para la ocasión, “un gesto considerado”. Frente a este símbolo de la justicia que a menudo no llega para las mujeres, se realizan performances. Muchas mujeres se paran frente a él con pancartas y lonas que muestran las caras de sus familiares o amigas víctimas de violencia o desaparecidas. Se escucha un clamor de «¡justicia, justicia!», lleno de rabia, indignación e impotencia. El Bloque Negro interviene las vallas que «protegen» el edificio y las golpean con furia.

Finalmente, llegan a la plaza de armas, donde las marchantes se reúnen en el suelo frente a una tarima donde las voceras oficiales hacen un pronunciamiento.

Comienzan con un poema de Araceli Patlani: «no quiero amanecer con una piel bolsa de oscuridad, con una boca gris que no habla. No quiero dormir en pedazos dentro de la tierra mientras vienes a encontrarme.»

Informan sobre los impactantes números: mil 428 feminicidios registrados durante el periodo de 2000 al 2023, con el último año fue el más violento para las mujeres, con 125 feminicidios. En lo que va del año, la Colectiva Divulgadoras ha contabilizado 20 feminicidios.

Por ello, demandaron al poder ejecutivo y judicial acciones para proteger a mujeres, niñas, trabajadoras sexuales y mujeres trans en Morelos, incluyendo capacitación en derechos humanos y una política de seguridad eficaz contra la violencia de género.

Este 8 de marzo de 2024, se hizo evidente que la violencia de género y el feminicidio sigue siendo una realidad urgente que debe abordarse de manera prioritaria. La presencia de familiares de víctimas, mujeres trans, ciclistas, artistas y muchas otras mujeres que marchan juntas demuestra la fuerza y la determinación de un movimiento diverso y unido. En Día Internacional de la Mujer, las calles de Morelos resonaron con la voz de miles de mujeres que exigieron un cambio real y tangible hacia un futuro más justo y seguro para todas.

Foto: La Jornada Morelos

Imagen que contiene edificio, hombre, tabla, parado

Descripción generada automáticamente Un par de personas de pie en la calle

Descripción generada automáticamente con confianza media Un grupo de personas caminando en la calle de una ciudad

Descripción generada automáticamente Una señal de alto en frente de un grupo de personas en la calle

Descripción generada automáticamente con confianza media Una multitud de gente en la calle

Descripción generada automáticamente con confianza media Una persona con grafiti

Descripción generada automáticamente con confianza baja Un grupo de personas posando para la cámara delante de un cartel

Descripción generada automáticamente con confianza media Un grupo de personas paradas junto a una señal de alto

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