loader image

 

Salud planetaria: la nueva visión de salud pública para la preservación del ambiente y la vida

Horacio Riojas Rodríguez, Giovanna Stephanie Mercado Prado, Claudia Patricia Flores Ayala *

El Paso del huracán Otis nos advirtió sobre los riesgos presentes y futuros relacionados con el cambio climático. El comportamiento atípico de los huracanes se volverá cada vez más frecuente. Oficialmente 2023 ha sido el año más caluroso en la historia, y en México varias regiones han superado el incremento de 1.5 °C planteado como límite por el Acuerdo de París sobre cambio climático. El país vive una larga sequía, y a diario se documentan los crecientes riesgos por la contaminación química del aire, el agua y el suelo. Nuestros sistemas para producir y consumir alimentos tienen un alto costo para el ambiente, ya que contribuyen considerablemente a la producción de gases de efecto invernadero y al cambio de uso de suelo.

El panorama de degradación ambiental en el que vivimos hoy en día es cada vez más amenazante tanto para la salud humana como para la salud del planeta.

De acuerdo con el nuevo enfoque de salud planetaria (https://blogs.uoc.edu/cienciasdelasalud/es/5-conceptos-para-entender-que-es-salud-planetaria/), si no garantizamos el bienestar del planeta, nuestra salud y nuestra viabilidad como especie estarán en serio peligro.

Según los expertos hemos rebasados seis de los nueve límites planetarios, entendidos éstos como los niveles seguros para garantizar la vida los cuales son:

  • Cambio climático: se refiere a incrementos históricos en la temperatura y alteraciones en la precipitación.
  • Agotamiento de la capa de ozono: encauzado a la preservación del ozono estratosférico que filtra la radiación ultravioleta del sol, protegiendo al ser humano y a otros organismos vivos.
  • Cambios en el uso de suelo: se calcula la transformación de ecosistemas para la expansión e intensificación agrícola y ganadera.
  • Consumo de agua dulce: se toma en cuenta el agua azul (extracción de agua en ríos, lagos y aguas subterráneas) y el agua verde (agua de lluvia que se incorpora en los procesos agrícolas).
  • Ciclo del nitrógeno y del fósforo: nutrientes fundamentales para la vida, pero cuyo uso en la industria y la agricultura genera impactos en cuerpos de agua y zonas costeras.
  • Integridad de la biosfera: se mide la pérdida de biodiversidad (flora y fauna), ya que la extinción de especies puede generar cambios irreversibles en los ecosistemas.
  • Carga de aerosoles atmosféricos: entendida como la contaminación de la atmósfera con aerosoles de origen humano, mismos que afectan el clima y los organismos vivos.
  • Introducción de nuevas entidades: se calcula la incorporación al ambiente de sustancias creadas por el ser humano, como los plásticos.
  • Acidificación del océano: que tiene impactos directos en el ecosistema de los mares, especialmente en los corales y el plancton marino.

Todos estos fenómenos afectan, de manera directa o indirecta, nuestra salud y la de las generaciones futuras. Los efectos directos incluyen el incremento de la mortalidad y diversas enfermedades por la contaminación y por olas de calor, así como por huracanes y sequías. Los efectos indirectos abarcan el aumento de enfermedades trasmitidas por vectores (como el dengue), además de la inseguridad alimentaria y la hídrica.

En el Instituto Nacional de Salud Pública, como parte de la redefinición de nuestro quehacer, hemos incorporado esta nueva visión en el programa especial de salud planetaria, para: hacer investigación transdisciplinar sobre la crisis ambiental y la salud; proponer políticas públicas transectoriales; posicionarnos y manifestarnos frente a los nuevos retos, y formar a los nuevos salubristas bajo esta visión integral.

Avances en este sentido incluyen: nuevos proyectos sobre impactos del cambio climático en la salud mental, en enfermedades crónicas, en la salud infantil y en la seguridad alimentaria, entre otros; la reestructuración de los programas de formación de la Escuela de Salud Pública de México; una mayor vinculación con productores orgánicos, y la reducción del impacto ambiental que tiene la institución. Además mantenemos nuestros esfuerzos por actualizar las normas de salud ambiental y por promover sistemas alimentarios sustentables.

Las nuevas autoridades necesitan modificar sus programas y políticas considerando este enfoque, que destaca el indisoluble vínculo existente entre la salud del sistema ecológico global y la salud de la población. A la vez, desde nuestros hogares y lugares de trabajo podemos contribuir a este esfuerzo modificando la manera de usar la energía, de transportarnos y de consumir alimentos.

Si quieres saber más sobre el programa de salud planetaria del INSP, visita el sitio web https://saludplanetaria.espm.mx/

* Especialistas en salud pública. Invitados por el Dr. Eduardo C. Lazcano Ponce.