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Paz y ciencia, temas de Morelos en el discurso de campaña

 

Por dos días consecutivos, los temas centrales del discurso de las campañas presidenciales han tocado de una u otra manera la geografía morelense, primero el asunto del Compromiso por la Paz que las candidatas Xóchitl Gálvez Ruiz (“Fuerza y Corazón por México”) y Claudia Sheinbaum Pardo (“Sigamos Haciendo Historia”), y el aspirante de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez, firmaron con la Conferencia del Episcopado Mexicano.

El tema toca a Morelos no sólo porque uno de sus promotores es el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, sino mucho más porque el estado es uno de los más frecuentes escenarios de la violencia y crimen desde hace varios años, y la incidencia de los delitos y toda clase de violencias ha crecido durante toda la administración de Cuauhtémoc Blanco. Fue un foro que podría anotársele en el marcador a Xóchitl Gálvez, no porque lo haya ganado apabullantemente (las propuestas que hizo, bastante sólidas, ya habían sido planteadas hace unos días), sino porque Claudia Sheinbaum falló al tratar de matizar la realidad de violencia y temor que asola a muchas regiones del país, Morelos incluido, y advirtió no estar de acuerdo en la visión pesimista de la realidad que vive México, ni en el diagnóstico sobre violencia y militarización. “Para rechazar esta realidad, se necesitan argumentos muy fuertes para hacerlo”, advirtió el obispo Castro Castro en una entrevista radiofónica la tarde de ayer en la que cuestionó “¿cómo decir que no hay miedo? ¿cómo decir que estamos bien cuando basta escuchar las noticias de cada día para darnos cuenta de un México herido, de un México víctima de la violencia?”.

Así que en el primer tema Claudia Sheinbaum no sumó, aunque en su base podría tener poco impacto el desconocer las condiciones gravísimas de inseguridad del país. El segundo tema, en cambio pudo ser totalmente para la aspirante de “Sigamos Haciendo Historia” por un ensamble bien planeado para presentar sus propuestas en educación y ciencia.

El equipo de Sheinbaum decidió que la presentación de ese proyecto se hiciera en Cuernavaca, ciudad que agrupa una de las mayores concentraciones de investigadores científicos en el país y que, además, ha sido agraviada por la inseguridad, pero también por la política científica de la cuarta transformación, esa que acusó la existencia de una ciencia neoliberal y que redujo los apoyos a la investigación y a la formación de científicos a un mínimo histórico.

Positivo, como equipo de campaña, Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, aseguró al principio del acto que la selección del escenario fue por el potencial de Morelos en materia de desarrollo científico, una característica que se vio seriamente comprometida por la combinación terrible de las administraciones de Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Blanco Bravo.

Así que con el hotel Holiday Inn de Acapantzingo como escenario, la candidata anunció que México será una potencia científica, educativa y cultural, y por supuesto, la idea fue bien recibida, más porque parece acompañada de un andamiaje correcto para lograrlo que bastante bien resumió Juan Ramón de la Fuente al advertir la necesidad de usar a la ciencia como la metodología fundamental en el diseño y operación de casi todas las políticas públicas, algo que, comparado con los “detentes” y los balbuceos ocurrentes de algunos gobernantes locales, suena como un cambio bastante deseable.

Y conste que en Morelos tenemos una experiencia medio aterradora con eso de los gobiernos científicos. El más reciente fue, para quienes lo hayan olvidado, el de Jorge Carrillo Olea, que ubicó en su gabinete a investigadores y reconocidos catedráticos universitarios. Habría que hacer el matiz que, salvo en el caso de la Secretaría de Desarrollo Ambiental, a los científicos les fue bastante bien. El problema del régimen de Jorge Carrillo fue la seguridad pública y, en alguna medida, el mediano autoritarismo del gobernador, particularmente frente a las quejas ciudadanas y la oposición creciente en aquel momento; además del pleito que el general traía con el entonces presidente, Ernesto Zedillo, que le costó la chamba.

Regresando al tema de Sheinbaum en Cuernavaca, probablemente lo más relevante haya sido la expresión de Rosaura Ruiz, la coordinadora de los diálogos ciudadanos en materia de educación y ciencia, en que expuso la intención de revisar las políticas de la cuarta transformación, y con especial atención las de ciencia y tecnología, a fin de fortalecer lo que haga falta. Y hace falta mucho. En todo caso, lo que faltaría es si la comunidad científica está dispuesta a creer en esas intenciones, sobre todo después de los daños hechos con reformas legales y de procedimientos en la compleja burocracia científica del país.

De cualquier forma, el round de hoy fue para Sheinbaum. Xóchitl Gálvez estuvo en Guadalajara donde prometió a los jóvenes créditos de vivienda, oportunidades de empleo, atención a la salud mental, y nuevamente refirió a la violencia en el país y el daño que provoca a la juventud. En el ITESO, la universidad jesuita de Guadalajara, la candidata de “Fuerza y Corazón por México” tuvo una intervención en la que habló más bien de su propuesta general de gobierno, seguridad, salud, educación, becas para estudiar y trabajar; es decir, una repetición de los temas que la han colocado en la agenda, esa que, por lo menos por hoy, perdió. Habrá que esperar la propuesta en ciencia, educación y cultura, para hacer contrastes, pero la de Sheinbaum parece haber dominado la agenda.

@martinellito

martinellito@outlook.com