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José Martínez Cruz y Marco Aurelio Palma Apodaca

Construir una alternativa independiente en la lucha social, requiere fortalecer la unidad de las luchas y debatir abiertamente las diferentes estrategias y tácticas, para defender la justicia social y los derechos humanos de todas y todos.

Ejercer el derecho a votar críticamente y no votar por quienes en los hechos han demostrado su falta de compromiso con los derechos de las mujeres, es parte de la lucha por alcanzar una vida libre de violencia frente al feminicidio impune y la inseguridad existente durante décadas.

Los derechos políticos a votar se han conquistado mediante la lucha del pueblo mediante la revolución que estableció en la Constitución el sufragio efectivo y las luchas feministas que lograron que en 1953 se estableciera el derecho al voto femenino, lo que para nada ha significado dádiva o regalo alguno.

Las candidaturas firman agendas sin asumir un diagnóstico claro, como lo establece la geografía del feminicidio en Morelos, elaborada por la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos desde el año 2000 a la fecha, que muestra con datos duros como en todos los municipios se han presentado casos de feminicidios, sin que haya justicia para las mujeres y niñas.

Sucede lo mismo en el tema de los derechos indígenas en Morelos, que deben ser garantizados por el Congreso del Estado, legislando a partir de tomar en consideración la participación de los pueblos a través de sus asambleas, que son la instancia máxima de toma de decisiones colectivas en sus comunidades originarias, como en Alpuyeca y Tetelcingo.

En los casos de la lucha de la CNTE contra la reforma educativa de Peña Nieto y la lucha del movimiento por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, el Presidente ha admitido que no se resolverán los objetivos de estas luchas.

A la CNTE le ha dicho que ya no alcanza el tiempo para abrogar la reforma neoliberal educativa de Peña Nieto.

Al respecto, las maestras y maestros aglutinados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), emitieron un deslinde, señalando que son una organización política sindical independiente de los partidos políticos, de la burguesía y su estado. Que, a sus 44 años de conformación, mantienen la estrategia de lucha de la movilización-negociación-movilización por la solución de sus demandas, porque los derechos se exigen, no se mendigan.

«El Zócalo de la Capital del país, históricamente, ha sido el escenario de lucha de nuestro movimiento, el Plantón Nacional es un destacamento de nuestra militancia, para desplegar la fuerza de los trabajadores en acciones de: difusión, información, organización y protesta, concentradas en el centro neurálgico de la vida nacional y los poderes del Estado, con el propósito de defender las conquistas históricas del sindicalismo democrático, del pueblo y la educación pública como un derecho social de toda la población.

El Plantón Nacional Unitario de la CNTE, es porque a unos meses de culminar el período presidencial de López Obrador, no ha dado respuesta favorable a las demandas centrales de las y los trabajadores de la educación: 100% de aumento salarial al sueldo base; abrogación de la Reforma Educativa de 2019; abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007; Justicia Social.

Las pugnas internas de la partidocracia en el proceso electoral y el reacomodo de la burguesía en el régimen de la autodenominada «Cuarta Transformación», son ajenas a nuestro movimiento; por décadas hemos padecido las consecuencias de sus intereses mezquinos.

Claudio X González, cabecilla de la marea rosa y del bloque opositor, no es el único responsable de una Reforma Educativa que se impuso a sangre y fuego en el período de Peña Nieto; también lo fue Mario Delgado, actual presidente del Partido Morena, porque presentó dicha reforma ante el Congreso de la Unión, perjudicando al magisterio nacional.

Unos y otros han sido parte de esa casta política que se mueve a conveniencia, sin principios ideológicos ni ética política. Nosotros no somos comparsas de ningún presidente o partido político, ni derecha fascista, ni continuidad neoliberal. La CNTE nos deslindamos de la ultraderecha y del gobierno en turno; nuestro movimiento es apartidista, no tenemos interés en ocupar cargos públicos y no vendemos al magisterio por curules.

En realidad, tanto en el caso de Ayotzinapa y miles de personas desaparecidas, así como en el del problema de la violencia, hay verdaderamente un giro. La creación de la Guardia Nacional, pese a lo anunciado inicialmente de que sería de carácter civil es la continuación y profundización de la lógica de militarización iniciada con Calderón.

Con relación a Ayotzinapa el sexenio se cerrará sin resolver el caso, pues cuando la investigación topó con el Ejército, no se avanzó más. Y justificando a las fuerzas armadas, el propio Presidente se ha atrevido a atacar al movimiento de los 43, familiares, abogados y organizaciones como manipulados por la derecha. El caso es más grave, pues este gobierno ha dado más poder a las fuerzas armadas, al Ejército y la Marina, al otorgarles posiciones que antes estaban encabezadas por civiles.

Al respecto, al convocar a la 116 Acción Global por Ayotzinapa y México, las madres y padres señalan que «en la reunión con el presidente López Obrador, el próximo 3 de junio, no esperamos alguna novedad importante. Dudamos mucho que nos dé una información relevante y significativa. Pronosticamos que el encuentro nos va a llevar a la confrontación. Consideramos que será un encuentro muy tenso y ojalá que el mandatario federal se centre en la información concreta de lo que estamos planteando. Mientras tanto continuamos en la exigencia de nuestras justas demandas.

¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!»

Votar es un derecho, pero es fundamental organizarnos y luchar más allá de la coyuntura electoral, porque gobierne quien gobierne, los derechos se defienden.