loader image

 

Poesías: el tributo

 

Hace unos meses fui a un bar para celebrar el cumpleaños de un amigo. Era un lugar al que nunca había ido, sin embargo, al entrar, sentí que viajaba en el tiempo y visitaba un sitio conocido. En un escenario, frente a las mesas, una banda tocaba las mismas canciones de siempre: “La chispa adecuada”, “La célula que explota”, “Música ligera”, “Beber de tu sangre”. Eran las canciones que tocaban cualquier banda de covers en cualquier bar de mi adolescencia y sobre decir que muchas de esas canciones, de hecho, le pertenecían a la generación que me antecedió. Yo hubiera pensado que en pleno siglo XXI, las bandas tocarían otras canciones. Es como si no existiera música nueva –al menos en cuanto a rock se refiere–.

Walter Benjamin en su texto “La tarea del traductor” dice que:

 

Las traducciones que son algo más que comunicaciones surgen cuando una obra sobrevive y alcanza la época de su fama. Por consiguiente, las traducciones no son las que prestan un servicio a la obra, como pretenden los malos traductores, sino que más bien deben a la obra su existencia. La vida del original alcanza en ellas su expansión póstuma más vasta y siempre renovada.

Si pensamos que cada cover puede convertirse en una traducción de la original, la expansión póstuma y renovada de las obras trasciende en el tiempo. Así, las obras se vuelven clásicos, nos diría Benjamin. Toda esta reflexión en torno a los covers me hizo pensar en las bandas tributo. Agrupaciones musicales que dedican su vida a homenajear a los clásicos. Esto es sin duda, uno de los gestos máximos de admiración que un seguidor pueda hacerle a su banda preferida pero también es la razón por la que las mismas canciones siguen sonando en cada bar.

¿Qué cover haría yo, sin lugar de música homenajeara desde la poesía? Esa fue la pregunta que detonó la creación de poesías: el tributo, un evento que tuvo su primera edición el pasado mes de abril en la Fiesta del Libro y la Rosa, que organizó el CRIM-UNAM, en la sede de Cuernavaca, en el que amablemente me invitaron a proponer alguna actividad. Se me ocurrió proponer esta dinámica con el objetivo de fomentar la lectura de poemas pero desde una perspectiva sencilla.

Poesías: el tributo es una actividad itinerante, que siguiendo el modelo de los covers de música y bandas tributo, busca fomentar y compartir el lenguaje poético a diversos públicos. Cada presentación convocará a escritorxs, artistxs de diferentes disciplinas, científicxs, académicxs, investigadorxs, gestorxs culturales y demás agentes que cultivan el gusto por la poesía. La actividad consiste en compartir –leer en voz alta– nuestros poemas favoritos, comentarlos, contar las historias que nos llevaron a esos textos y lo que significan para nosotros.

Quienes asistan a escuchar podrán llevarse un fanzine en el que se incluyen los poemas leídos, así como obras, reflexiones, y textos de lxs participantes.

El próximo miércoles 5 de junio en el Café Día Uno se llevará a cabo la versión 1.5 de este evento. Repetirán quienes conformaron el primer volumen: la bailarina y coreógrafa Beatriz Dávila y la escritora y crítica de cine Yoko Ñim y yo.

Si te gusta la poesía, si te gusta la idea de que te guste la poesía, si siempre te ha interesado la poesía y no sabes dónde comenzar, si quieres escuchar poemas y preguntar, si necesitas recomendaciones, si algo de esto resuena en ti, te invito a que nos acompañes en este evento, no sólo a escuchar, también invito a quien quiera participar leyendo sus poemas favoritos en las siguientes ediciones. Si te interesa búscame en Instagram como @davo_valdes y mándame un mensajito para contemplarte.