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¿cómo participamos las y los ciudadanos en este largo… largo proceso electoral?

 

Escribo este artículo el sábado anterior a la jornada electoral, se publicará el lunes un día después de que la ciudadanía hayamos acudido a las urnas a depositar nuestro voto para elegir a la Presidencia de la República, senadores y diputados federales, a la próxima gobernadora, a las y los integrantes del Congreso y de 33 ayuntamientos de Morelos.

No sé con precisión lo que ocurrirá este domingo 2 de junio, cada uno de nosotros puede hacer predicciones, seguro que hoy sábado, día en que escribo este texto, es tema de sobremesa, pero propongo a los lectores que después del ejercicio ciudadano de emitir nuestro voto nos demos tiempo para reflexionar sobre nuestra participación, desde la ciudadanía, en todo el proceso electoral, que no se reduce a la emisión del voto.

Les propongo 4 puntos para reflexionar:

  1. Nuestro derecho a votar y ser votados: ¿Ejercemos a plenitud estos derechos?

En México el voto es universal, libre, secreto y directo, todas las personas mayores de 18 años tenemos derecho a ejercerlo. También tenemos derecho a ser votados como lo establece el artículo 35 Constitucional en su fracción II. Sin embargo, este derecho no puede considerarse absoluto o ilimitado, sino que puede ser objeto de ciertas restricciones en los términos señalados por la Constitución. Para que un ciudadano pueda ejercer su derecho de ser votado tendrá que ser postulado por un partido político o registrarse como candidato independiente cumpliendo con los requisitos previstos en la ley. La Constitución en su artículo 41 Fracc. I establece que los partidos políticos son entidades de interés público; que tienen como fin, entre otros, promover la participación del pueblo en la vida democrática y hacer posible su acceso al ejercicio del poder público.

La normatividad es clara, pero considero que el ejercicio de los derechos de votar y ser votado no resulta tan evidente. Para ejercer el derecho de voto acudimos a la casilla el día de la elección, en el mejor de los casos, después de haber escuchado, visto, inclusive conversado con las y los candidatos participantes en la elección y buscado información sobre ellos. Sin embargo, el “menú” que me presentan en la boleta fue elegido por los partidos políticos, en la mayoría de los casos sin interacción con la ciudadanía, tal vez sin intervención de su militancia, entonces ejercemos nuestro derecho a votar, a elegir a partir de un “menú” predeterminado sin nuestra participación. Por su parte, el derecho a ser votado se ejerce principalmente a través de los partidos, son éstos quienes tienen monopolizado el acceso para tener una candidatura, cada partido tiene sus estatutos que regulan el proceso de selección de los candidatos y candidatas, pero hay muchas reglas no escritas, muchos intereses en juego que oscurecen los procesos para llegar a ser candidato.

Una parte del problema radica en la relación entre los partidos políticos y la ciudadanía, en este proceso electoral se llevaron a cabo procesos distintos a los utilizados por décadas, ¿Qué piensa el lector de los procedimientos para la selección de las candidaturas a la gubernatura de las tres coaliciones participantes?

  1. La participación de las mujeres: ¿Qué hemos logrado, qué retos tenemos?

A casi diez años de la aprobación del acuerdo IMPEPAC/CEE/005/2015 sobre paridad en ayuntamientos, mediante el cual se logró que en los dos principales cargos, Presidencia Municipal y Sindicatura, la mitad de las candidaturas estuvieran ocupadas por mujeres. A 6 años de que en Morelos se tuviera un Congreso integrado con 70 % de mujeres y a días de que tengamos Gobernadora electa en Morelos, podemos afirmar con mucha satisfacción que las mujeres hemos avanzado en el ejercicio de nuestros derechos político-electorales y tenemos paridad en la integración del Congreso y los Ayuntamientos.

Son muchos los retos para lograr la igualdad sustantiva en el acceso de las mujeres a cargos de elección popular y su ejercicio pleno, voy a mencionar sólo dos: las estructuras partidarias poco democráticas que no favorecen una competencia equitativa entre su militancia femenina y dejan a la discrecionalidad de las dirigencias la designación de candidaturas en especial de mujeres; y la cultura fuertemente machista que desde el ámbito familiar o comunitario inhiben directa o indirectamente los deseos de las mujeres de participar políticamente.

¿Qué piensa el lector sobre la participación de las mujeres en este proceso electoral?

  1. La participación de pueblos y comunidades indígenas: ¿Usurpación, fraude a la población indígena de Morelos?

El fraude a la Ley por la usurpación de candidaturas indígenas por personas NO indígenas caracterizó al proceso electoral en curso, como lo he descrito en este espacio desde inicios de dicho proceso electoral. El IMPEPAC es la institución encargada de verificar que las personas que postulen los partidos políticos a una candidatura indígena presenten datos objetivos e idóneos para acreditar la calidad indígena que dicen tener. El IMPEPAC se dijo ser una institución electoral de “buena fe” y aceptó constancias presentadas por personas evidentemente NO indígenas y con contenido falso. Los partidos políticos y sus candidatos consiguieron las constancias con ayudantes municipales, comisariados ejidales o comunales, funcionarios municipales, engañándolos, corrompiéndolos, ofreciendo a cambio candidaturas o prometiendo beneficios cuando lleguen al cargo por el que están compitiendo. Las autoridades comunitarias administrativas o agrarias vieron la posibilidad de obtener beneficios y entregaron las constancias sin analizar las consecuencias que está acción tiene para la población indígena actual y para sus nuevas generaciones, es una traición a su propia gente, a sus comunidades.

Los tribunales electorales, el local y el federal, defendieron a los usurpadores y en el colmo de la incomprensión les otorgaron los beneficios de ser indígenas sin serlo. Por el contrario, a las personas indígenas que impugnaron a los usurpadores los trataron como se trata a los partidos, no les dieron los beneficios de ser indígenas aunque las sentencias estén plagadas de un discurso “con perspectiva intercultural”, los tribunales desecharon varias de las impugnaciones por extemporáneas, entre éstas las relativas a los tres distritos indígenas, sin tomar en cuenta que el IMPEPAC no había entregado, a las personas que deseaban impugnar, los acuerdos de registro de las candidaturas indígenas fraudulentas, ¿cómo impugnar acuerdos del IMPEPAC que no se conocen?. De esta manera la Sala Regional CDMX negó a los indígenas el acceso a la justicia, violentando el artículo 17 constitucional.

¿Qué piensa el lector sobre lo sucedido con las candidaturas indígenas en Morelos?

  1. La compra y coacción del voto: ¿atenta contra la democracia?

La compra y coacción del voto existe desde antes de la independencia y sobrevive hasta ahora, es un acto ilegal que sucede en las sombras, es difícil de probar, las personas evitan denunciarlo y no logran dimensionar sus consecuencias. La legislación prohíbe la compra y coacción del voto, sin embargo, las personas “operadoras” quienes son los intermediarios entre los candidatos o los líderes partidistas y la población, convencen a los primeros de su eficacia y de la necesidad de su trabajo para obtener votos. La mayoría de los ciudadanos no están de acuerdo con estas prácticas, sin embargo, aceptan los regalos, dicen cumplir el compromiso, pero en realidad votan por quien ellos quieren. Muchos líderes de partido consideran que si ellos no recurren a la compra del voto y sus adversarios si lo hacen se encontrarán en desventaja.

¿Qué piensa el lector sobre la compra y coacción del voto? ¿cómo podría erradicarse esta práctica?

*Académica y Expresidenta del Impepac (2014-2020)