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No hay fraude, solo una tormenta perfecta

 

Lo que está pasando desde el lunes, y parece irse agravando conforme transcurre la semana, en torno al proceso electoral local fue comenzando a tejerse factualmente desde la mañana del domingo aunque la atmósfera de riesgo ya había sido preparada desde el inicio del proceso electoral, allá en septiembre del 2023.

Se debilitó el presupuesto del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), lo que impactó, entre otras cosas en la insolvencia para contratar más capturistas que ayudaran en el procesamiento de los datos la noche de la elección. En paralelo se construyó el miedo por la “posibilidad de violencia” en la jornada electoral. Así que el domingo de la elección, alrededor del 30% de las casillas retrasaron su apertura porque los ciudadanos funcionarios no se presentaron lo que obligó a colocar suplentes que fueron “capacitados” sobre la marcha para cumplir con su tarea, lo que derivó en un aumento de los errores en el empaquetado del material electoral; actas depositadas en atados que no les correspondían. Sobre este equívoco ha habido inexactitudes en el discurso del Impepac (ya lo mejor mala leche de algunos medios de comunicación) que aventuró a usar el término “perdido” o “extraviado”, en lugar del más exacto: “fuera de lugar”. Y para colmo, la página del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Impepac, no fue diseñada considerando la posibilidad de un atraso mayor en la contabilidad de las actas, así que en su parte superior reporta las actas capturadas (95.8575% para gubernatura, 96.2271% para diputaciones y 96.6088% para ayuntamientos), pero no el dato que expone hasta casi el calce de la página que es el de las actas contabilizadas, es decir, efectivamente incorporadas con resultados al PREP, que en el caso de la gubernatura es de 64.3437%; para diputaciones 64.9771% y para ayuntamientos, 65.5876%).

Así que al cierre del PREP en Morelos, que se había establecido a las 20 horas del lunes, solo tres elecciones de ayuntamientos acabaron de contarse, ninguna de diputaciones locales y tampoco la de gubernatura. Y dado que se trata de un órgano, el Impepac, diferente al que cuenta los votos de la elección federal, el INE, los conteos resultan muy distintos, al grado que ya hay quienes hablan de poco más de 300 mil votos perdidos; no se han perdido, sencillamente el Impepac no alcanzó a contarlos dadas las fallas en el etiquetado, la tardanza en el cierre de algunas casillas, y el escaso personal con que contaba el órgano local para la tarea de captura del PREP. Recordemos además que, en las casillas, primero se contaron los votos del proceso electoral federal (presidencia, senadurías y diputaciones federales), y luego los del local (gubernatura, diputaciones locales y ayuntamientos), y los paquetes federales se enviaron al Consejo Distrital Electoral del INE; y los locales a consejos municipales y distritales del Impepac.

Esto no debería de generar falta de certeza en los resultados, los partidos políticos y los candidatos deben tener copias de las actas (a menudo mucho más rápido que la autoridad electoral porque sólo necesitan una foto de la sábana), que les dan los resultados casilla por casilla. Desde la madrugada del lunes, los que perdieron saben que fueron derrotados y quienes ganaron se saben triunfadores, excepto en los casos donde la diferencia es extraordinariamente cerrada.

Por ejemplo, Margarita González Saravia, en la gubernatura, José Luis Urióstegui Salgado (Cuernavaca), Jesús Corona Damián (Cuautla), Israel Piña Labra (Temixco), Claudia Mazari Torres (Puente de Ixtla), Alan Martínez García (Jojutla), Gonzalo Flores Zúñiga (Xochitepec), Marco Antonio Cuate Romero (Axochiapan), Eder Rodríguez Casillas (Jiutepec), en los ayuntamientos; Andrea Gordillo Vega, Daniel Martínez Tarrazas, Sergio Livera Chavarría, Guillermina Maya Rendón, Jazmín Solano López, Rafa Reyes Reyes, Nayla Ruiz Rodríguez, Alfredo Domínguez Mandujano, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez y Melissa Montes de Oca Montoya, en las diputaciones, tienen las actas que les permiten darse ya por ganadores y que son consistentes con las ventajas que les da el PREP. En otros casos, las diferencias son pequeñas y candidatos y partidos prefirieron esperar a los resultados de los cómputos distritales que estarían antes del viernes.

El problema es que, para muchos de los candidatos, la serie de dudas que este escenario (que debió preverse en todas partes), sirven para construir una narrativa de duda respecto a los resultados electorales, algo que Morelos había superado hace muchos años, Aquí habría que anotar que el proceso electoral en general (desde el inicio de su organización hasta que se declare dentro de unas semanas la validez de cada elección, es perfectible, hay sin duda inequidades, trampas, abusos, gastos excesivos, conductas inmorales e ilegales atribuibles a muchos de los actores políticos dentro y fuera del gobierno; pero también algo cierto es que en las elecciones gana quien tiene más votos y que esos votos se han contado siempre bien en los órganos electorales. No hay un fraude electoral, mucho menos en el conteo de votos. Solo una tormenta perfecta de la que se aprovechan quienes saben han perdido toda esperanza de enchufarse a la nómina.

Por lo pronto, hay que mantener la calma, tratarán de meternos en sus enconos mucho peor de lo que se hizo en las campañas. Los llamados a la reconciliación de Margarita González, José Luis Urióstegui y Rafa Reyes, dan alguna esperanza de que lo escandaloso pase pronto y nos podamos dedicar, todos juntos, a trabajar por el estado, al que buena falta le hace.

@martinellito

martinellito@outlook.com