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Sofía Belén Castro Brenes*

 

En el acelerado mundo de hoy, marcado por la globalización, no todas las personas tienen las mismas oportunidades de progreso. Aunque algunos se benefician ampliamente, las mujeres en países en desarrollo a menudo enfrentan grandes desigualdades. En este contexto, la Economía Social y Solidaria, en adelante (ESS), emerge como un modelo económico que favorece la equidad y la inclusión, y se muestra como un medio para el empoderamiento de estas mujeres, ayudándoles a superar obstáculos y a abrirse a nuevas oportunidades.

La globalización y la tecnología digital han creado nuevas posibilidades para las mujeres, especialmente en el ámbito de la ESS. Gracias a la digitalización, estas emprendedoras no solo acceden a mercados internacionales, sino que también participan activamente en el comercio global y en redes de economía colaborativa. Esto les permite expandir sus negocios más allá de sus comunidades locales, llegando a audiencias globales y utilizando las plataformas digitales para gestionar sus operaciones y comercializar sus productos y servicios.

Un ejemplo vívido de esto es la cooperativa Maseual Siuamej Mosenyolchicauanij en Cuetzalan, Puebla, siendo un representación de cómo la artesanía local puede trascender fronteras gracias a la digitalización. Esta cooperativa, formada por mujeres indígenas dedicadas a preservar y promover su cultura, produce una variedad de artículos como bordados tradicionales que plasman la riqueza de la iconografía indígena, textiles hechos en telares de cintura y una serie de productos naturales derivados de recetas ancestrales, como remedios herbales y cosméticos naturales. La necesidad de adaptarse a los desafíos presentados por la pandemia del COVID-19 llevó a esta cooperativa a adoptar las plataformas digitales. Esta transición les permitió alcanzar clientes no solo cerca de sus ubicaciones locales, sino también en mercados alrededor del mundo. Como resultado, pudieron expandir su presencia y visibilidad, llegando a más personas y abriendo nuevas oportunidades de venta.

Además, estas mujeres no solo están transformando el comercio en su sector, sino que también están desafiando las estructuras de poder desiguales dentro de su comunidad. La cooperativa se ha transformado en un espacio de empoderamiento donde, mediante el esfuerzo colectivo, combaten prácticas machistas y fomentan la igualdad de género en todas las áreas de su actividad. Esta estrategia integral tiene un impacto considerable en el desarrollo social y económico tanto de sus miembros como de la comunidad en general.

Sin embargo, a pesar de los avances, persisten importantes desafíos como las desigualdades salariales y las barreras estructurales, que son problemas antiguos y recurrentes incluso en sectores dominados por mujeres. Muchas aún luchan por acceder a recursos esenciales como financiamiento, capacitación y asesoramiento; los cuales son cruciales para su desarrollo. Frente a estos obstáculos, la ESS se posiciona como una luz de esperanza, ofreciendo a través de cooperativas y asociaciones mutuales, basadas en la solidaridad y el apoyo mutuo, un acceso más fácil a financiamientos colectivos. Esta estructura no solo facilita recursos económicos, sino que también impulsa el desarrollo de habilidades a través de mentorías y proporciona orientación especializada, en colaboración con NODESS Morelos Solidario y Cooperativo, apoyando a las mujeres en su camino hacia el empoderamiento económico.

 

*Colaboradora del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo. Estudiante del Doctorado en Derecho y Globalización de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos