Ingenieras en México
La ingeniería en México ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas, contribuyendo de manera crucial al desarrollo económico e industrial del país. Sin embargo, este campo sigue estando altamente masculinizado. A pesar de los avances en la inclusión de las mujeres en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), las ingenieras representan una minoría en comparación con sus colegas masculinos. Esta disparidad se debe a múltiples factores, incluyendo estereotipos de género persistentes, falta de visibilidad de modelos a seguir femeninos y barreras estructurales en la educación y el empleo. Sin embargo, las mujeres en la ingeniería han realizado relevantes contribuciones que, como ya no es extraño leer en esta opinión, han quedado en el olvido.
Concepción Mendizábal Mendoza se tituló de la Escuela Nacional de Ingenieros de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1930, convirtiéndose así en la primera mujer en obtener el grado de Ingeniería Civil en el país. Su tesis, fue un detallado proyecto para una torre elevada de concreto armado de 20 metros de alto, capaz de almacenar 300 metros cúbicos de agua y con un mirador en la parte superior. En el acta del examen quedó plasmado que fue la primera ingeniera en México: “Hacemos constar que la Srita. Mendizábal es la primera mujer que en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional ha obtenido el título de Ingeniera Civil”. Este reconocimiento oficial subraya el significativo logro de Concepción Mendizábal Mendoza, quien, con su título, abrió las puertas para futuras generaciones de mujeres en la ingeniería en México. Concepción enfrentó y superó los desafíos de una carrera considerada inapropiada para mujeres en su época.
Esta historia establece un sólido legado de innovación y liderazgo. Su trayectoria inspira a futuras generaciones a perseguir sus sueños sin importar los obstáculos. En México, actualmente hay ingenieras destacadas cuya participación es fundamental por el impacto social que buscan generar. Lorena Rojas Nucamendi, ingeniera en Sistemas Computacionales y activista mexicana, ejemplifica este compromiso.
Ella, además es maestra en ingeniería aplicada y doctora en liderazgo global y, es la primera mujer originaria de Chiapas en certificarse como astronauta análoga. Por si esto fuera poco, es conocida por su labor en conectar a mujeres indígenas de Chiapas con la Universidad Barefoot College en India, lo que permitió que estas mujeres se capacitaran como Ingenieras Solares y llevaran luz a sus comunidades.
La idea de pensar en la urgencia de cambiar el sistema de vida surge en Lorena después del nacimiento de su hija, por lo que se fijó la meta de encontrar a quienes eran agentes de cambio e impulsar sus esfuerzos. Ella vinculó a cuatro mujeres excepcionales, Eulogia Hernández de la etnia Zoque en Pantepec, Petra Beatriz Gómez de la etnia Tseltal en San Juan Cancuc, Blanca Fabiola Ordóñez de la etnia Tsotsil en Mitontic, y Manuela Gómez de la etnia Tsotsil en El Bosque, quienes fueron seleccionadas para un proyecto innovador. Este proyecto fue una colaboración entre la Universidad Barefoot College, el Gobierno de la India, el Colegio de Ingenieros en Sistemas Computacionales, el Tecnológico Nacional de México campus Tuxtla Gutiérrez, y el Grupo de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico.
Convocadas por su profundo compromiso con el desarrollo de sus comunidades, estas mujeres respondieron al llamado para aprender en la India durante seis meses. Su misión: dominar la construcción y mantenimiento de sistemas de energía solar para uso doméstico. Representando a México entre 50 mujeres de 13 países diferentes, estas líderes locales no solo adquirieron habilidades técnicas avanzadas, sino que también fortalecieron la red global de mujeres impulsoras del cambio.
Este ejemplo inspirador nos recuerda que el futuro de la ingeniería en México y en el mundo será aún más brillante cuando todas las personas, sin importar su género, tengan igualdad de oportunidades para contribuir con su talento y determinación.
Imagen cortesía de la autora
