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La titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca, Alicia Vázquez Luna, comentó ayer que la seguridad de las escuelas públicas no es algo que le interese al Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos pues tras la pandemia olvidó recontratar a los veladores que cuidaban los planteles.

“Después de la pandemia, quitaron a este personal y ya no lo reintegraron, entonces las escuelas fueron completa y absolutamente abandonadas”, dijo, y por eso es que algunas planteles pueden ser saqueados a lo largo de todo un fin de semana, como ocurrió en la escuela primaria “Benito Juárez”, ubicada en la capital del estado, donde tuvieron que suspenderse las clases luego de cuando los alumnos regresaron a clases el lunes para encontrar que habían desaparecido 200 metros de tubería de cobre que aún dotaban de agua potable a la escuela tres días antes.

La funcionaria capitalina hace ver que la vigilancia de las escuelas -para las que ofreció la coordinación con la fuerza pública- es algo que debería ser urgente en vísperas de las vacaciones de verano, cuando las escuelas estarán vacías por semanas enteras.

Si eso ocurre en Cuernavaca, la capital del estado, no creemos que sea diferente en el resto de los municipios, en donde también deberían estar tomando precauciones si quieren evitar que sus niños no tengan ni en dónde sentarse cuando retornen del periodo vacacional.

La mejor forma de ahorrar no puede ser escatimando gastos necesarios; el IEBEM también tiene una forma extraña de tratar de evitar desembolsos que, tarde o temprano, tendrá que hacer: hace unas semanas se reportó la inconformidad de maestros jubilados que no veían su pensión completa, y, a pesar de sus protestas, les cerraron las puertas del Palacio de Gobierno incluso lastimando a algunas profesoras retiradas.

Ayer también los maestros de la Universidad Pedagógica Nacional campus Cuernavaca realizaron una manifestación tras denunciar que desde hace meses no han recibido sus pagos completos. Había rezagos en los cheques de alrededor de cien académicos y trabajadores.

Ante la presión de los profesores -estos sí en pleno uso de sus facultades físicas, no como los profesores pensionados- la autoridad les radicó el pago que adeudaba de manera inmediata. ¿Acaso el IEBEM esperaba que no se dieran cuenta en los faltantes de sus cheques?

Pero de esta forma es como se ha manejado el Instituto -y parte de la administración estatal- durante la administración estatal que ya agoniza.

Ahora, si ya estaba presupuestado el gasto en vigilancia de las escuelas, lo debería ejecutar y evitar un mayor gasto de reequipamiento y reparación de la infraestructura escolar, aunque, quizás, como las reparaciones las tendría que hacer la próxima administración, sea un tema de poco interés para Elaicín Salgado de la Paz y su equipo.