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En el estado de Morelos, la salud de la población enfrenta desafíos significativos. Las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares, se han convertido en problemas de salud pública de primera magnitud. A estas se suman las enfermedades infecciosas, como el dengue y las enfermedades respiratorias y gastrointestinales, que continúan afectando a la comunidad.

Las enfermedades del corazón, la diabetes y los tumores malignos son las principales causas de mortalidad en Morelos y en el país. Estas condiciones están estrechamente relacionadas con factores de riesgo modificables, como la alimentación poco saludable, la falta de actividad física y el consumo de tabaco y alcohol. Además, los accidentes siguen siendo causas importantes de muerte, especialmente entre la población más joven y vulnerable.

Las características geográficas permiten que el dengue y el chikunguña, enfermedades transmitidas por vector, sean de las enfermedades endémicas más preocupantes en Morelos, afectando principalmente a las zonas urbanas y suburbanas. El mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, se reproduce en aguas estancadas, lo que hace vital la eliminación de criaderos. En áreas rurales, enfermedades como la de Chagas y diversas infecciones gastrointestinales también representan una amenaza significativa, exacerbada por la falta de acceso a servicios de saneamiento adecuados.

La prevención es clave para mejorar la salud del estado. Para las enfermedades crónicas no transmisibles, es fundamental promover estilos de vida saludables que incluyan una dieta equilibrada, actividad física regular y manejo del estrés. Los chequeos médicos periódicos permiten la detección temprana y un manejo adecuado de estas enfermedades.

En cuanto a las enfermedades infecciosas, las campañas de eliminación de criaderos de mosquitos y el uso de mosquiteros y repelentes son esenciales para prevenir el dengue y las enfermedades transmitidas por vector. Para las enfermedades respiratorias, la vacunación contra la influenza y la promoción de hábitos de higiene, como el lavado frecuente de manos, son medidas cruciales.

Sin embargo, es mandatorio reflexionar sobre que la generación de salud en Morelos requiere un enfoque interdisciplinario que integre esfuerzos de diversos sectores:

Para el sector salud, es vital fortalecer los sistemas de salud con recursos adecuados, capacitar al personal médico y promover la investigación en salud pública. Los profesionales de salud deben estar bien preparados para enfrentar los desafíos que presenta nuestra población.

La integración de la educación en salud en los currículos escolares y la promoción de programas educativos sobre nutrición, actividad física y prevención de enfermedades son esenciales. Una población informada es una población saludable.

Las políticas públicas deben fomentar entornos saludables. Esto incluye la construcción de espacios recreativos, el control de la contaminación ambiental y la regulación de productos alimenticios para garantizar su calidad y seguridad.

Pero sin duda, la conciencia, la corresponsabilidad y la participación de la comunidad en programas de salud son indispensables. Brigadas de limpieza, campañas de donación de sangre, la promoción de vida saludable y actividades físicas comunitarias son ejemplos de cómo la comunidad puede contribuir a la salud colectiva.

Por otra parte, los medios de comunicación tienen un papel crucial en la difusión de información relevante sobre prevención y promoción de la salud. Sensibilizar a la población sobre la importancia de adoptar estilos de vida saludables puede marcar una gran diferencia.

Sin embargo, en la salud y la enfermedad, como en todo, como bien dijo Ramón de Campoamor, “Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el cristal con que se mira”.