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STORYTELLING

 

Luis Ángel creía poseer un anzuelo narrativo irresistible para agregar conquistas a su lista ya extendida, cuyos nombres femeninos habían quedado esparcidos por muchos senderos porque no consideraba importante recordarlos una vez descartados. En su mente figuraba el nombre de la próxima mujer como si le fuera imposible ubicarse en un tiempo diferente al presente.

Su storytelling resumido en pocas palabras se declinaba más o menos como sigue, siempre mirando a la mujer inevitablemente compasiva sentada enfrente de él. En ese momento clave no podían faltar los cumplidos servidos con una copa de vino para acompañar la pizza con anchoas. “Mi mujer se fue hace un año … y aún no sé por qué. Llevo apenas un mes de sentirme un poco mejor pero aún no estoy listo para una relación seria”. Cada palabra sopesada venía puntualizada con algunos suspiros apenas contenidos cuya función era abrir un espacio esperanzador para la mujer quien bebía a sorbos sus palabras a la par del vino tinto. En caso de no resultar el primer storytelling, Luis Ángel regalaba un detalle, preferentemente una joya de fantasía comprada casualmente en un mercado de artesanías, por decena para tener una reserva disponible en el caso improbable que la mujer se diera cuenta demasiado pronto que se encontraba en una lista de espera y que su turno se encontraba programado por el adulador.

Sin importarle que el otoño ya hubiera entrado a su vida, Luis Ángel había procreado tres hijos con la mujer que se había retirado de su casa. Ese argumento era el tercero para salir de situaciones no deseadas como por ejemplo citas duplicadas: “voy a estar con mis pequeños este fin de semana” o aún más retador: “mi pequeño se enfermó” anunciaba meloso Luis Ángel. A lo largo de los meses, la técnica se había afianzado. Cuando la mujer pedía estar más tiempo con su amado, él tocaba retirada lo más bruscamente posible para que el efecto fuera permanente: “conocí a otra mujer…” En una sola ocasión falló el potente discurso porque resultó que a la mujer de moda no le importó compartir a su pareja. Luis Ángel tuvo entonces que agregar un viaje al extranjero por fallecimiento de un familiar cercano.

Llegó el día en que una mujer más audaz consideró más apropiado devolverle su descortesía y puso en marcha una estrategia para evidenciar su storytelling. EN aquel momento, los planetas se alinearon para actuar a favor de la verdad y de las mujeres víctimas del Don Juan 2.0, en particular de Mayra. Como sus aventuras solían empezar en internet, tenían que terminar de la misma manera, aunque reorientadas en esta ocasión hacia un final inesperado tal vez espectacular para conseguir más audiencia. Vuelta a la lucidez, Mayra urdió un plan para desbancar a Luis Ángel partiendo de una historia elaborada gracias a sus vivencias, y de la premisa según la cual un relato consta de distintos alcances conforme a la persona que LO cuenta. Para tomar su decisión, consultó al azar lanzando una moneda al aire: cara se refería a evidenciar su personalidad en bruto en un post de Facebook y cruz consistía en desmontar la historia en un video en Tik Tok. Mayra abrió su mano; una sonrisa inefable revistió su rostro: hoy vence tu poder Luis Ángel, vas a tener que inventar nuevos recursos argumentativos porque los anteriores caducaron.

Nota: Los sucesos y personajes retratados en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, o con hechos actuales, del pasado o del futuro es coincidencia, o tal vez no tanto. Lo único cierto es que no existe manera de saberlo y que además no tiene la menor importancia. Creer o no creer es responsabilidad de los lectores.

*Escritora, guionista y académica de la UAEM