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Más de 200 personas asistentes a la ceremonia de clausura del ciclo del Centro de Atención Múltiple (CAM) 3 en Tlaquiltenango, no pudieron usar los baños, porque la escuela para personas con discapacidad las dos últimas semanas operó sin energía eléctrica, sin agua y con servicio a medias en los sanitarios.

El primer anuncio que se dio en la ceremonia y ante padres de familia, padrinos, familiares, docentes, administrativos e invitados, fue que no estaban en funcionamiento los baños, por lo que así se permaneció en el festejo que inició alrededor de las 9:30 horas de este lunes.

El acto duró más de una hora y contó con la presencia de integrantes del Patronato del Centro de Rehabilitación Integral del vecino municipio de Jojutla, quienes hicieron entrega de material sensorial, deportivo y didáctico a la escuela que forma en instrucción preescolar, primaria y secundaria a niños y adolescentes con discapacidad intelectual, motriz, del habla, auditiva, y otras.

La escuela lleva alrededor de dos semanas que permanecieron sin servicios de luz y agua, por lo que los baños eran ocupados y solventaban la falta de suministro de agua por tubería con “cubetas”, confirmó Laura Elia Vargas Gutiérrez, directora del plantel.

Precisó que, con las intensas lluvias eléctricas de hace dos semanas, el transformador de energía eléctrica que les da servicio colapsó. La directora del plantel confirmó que atendieron el desperfecto las autoridades correspondientes, pero fue insuficiente, continuaron sin el servicio de energía eléctrica y concluyeron actividades también sin agua, porque no había forma de bombearla para llenar las cisternas de la escuela.

“Tenemos un transformador que ya tiene más de 30 años de servicio… son suposiciones ya lo dirán los expertos, pero parece que ya dio el tiempo de vida útil”, comentó la directora en entrevista con este medio. Recordó que en dicha escuela se conduce a niños con discapacidad motora “y que a veces hasta con simplemente bajar una palanca les genera dificultad, imagínense si tiene que trasladar agua o vaciarla, “la condición motriz es un impedimento para ellos…”, dijo.

La directora añadió que con las cubetas sacan el agua de la cisterna “tuvimos que interrumpir los tiempos de clase, acortar horarios, para poder cumplir todo el proceso académico” para los 101 alumnos que contempla la matrícula escolar.

Al recordarle que fue una las escuelas afectadas con el sismo de 2017, la nueva directora, confirmó que dicha escuela sufrió pérdidas que tampoco han sido subsanadas, como de aparatos electrónicos, hornos de microondas, lámparas, por lo que también se necesita del apoyo para poder recuperar todos los desperfectos que sufrieron, como a nivel general “en toda la instalación eléctrica que tienen los edificios”.

Fue una ceremonia de fin de cursos muy participativa, los niños y adolescentes, realizaron bailes típicos norteños y jaliscienses, donde, incluso, una en silla de ruedas también participó. Se pudieron notar los rostros felices de los niños con discapacidad que sonreían, aplaudían e invitaban también a que aplaudiera la concurrencia.