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Las revueltas de la barranca

(Sexta parte)

 

Para Toyo Ito, actualmente el cuerpo experimenta dos experiencias simultáneas de la ciudad. Una, experimentada a través de una arquitectura cada vez más homogénea y auto clausurada, cuya frontera con la naturaleza cada vez es más pronunciada y evidente. En la arquitectura de las grandes ciudades no sólo se enfatiza la separación del territorio natural, sino que se busca que el interior sea un entorno ordenado y controlado. La segunda, es una «ciudad invisible y diferente», representada simbólicamente por una dirección de correo electrónica, cuya característica es no localizada. Dice Ito:

Cuando me cruzo por la calle con gente que utiliza teléfonos móviles, veo que algunos hablan con una sonrisa en su cara y otros parece que susurran, a pesar de que la persona con la que hablan no puede ver ninguna de estas expresiones faciales. La persona a la que hablan con una sonrisa está lejos y, en cambio, con las personas que pasan junto a ellos no conversan. La comunicación mediante el correo electrónico no se restringe a ningún lugar concreto de la Tierra.

Por tanto, vivimos en dos ciudades completamente separadas: una ciudad a la que se adapta el cuerpo vivido biológico y cuya experiencia de la naturaleza, del entorno y las características locales, se diluye para ofrecernos una urbanidad homogénea sin singularidades; y otra, donde se encuentra en casa el cuerpo ampliado producido por la red electrónica que nos conecta con lo global, pero que nos aleja de mirar lo que nos rodea y cuya homogeneidad es aún mayor.

Una imagen que usa Ito para ejemplificar las características de las ciudades contemporáneas es la de encapsulamiento. Disneyland encarna en su máxima expresión este encapsulamiento. No importa en qué parque de atracciones de encuentres: París, Florida, Tokio, la arquitectura será la misma, así como la vista más allá de los límites que se oculta mediante varios obstáculos y toda la instalación se concibe como un mundo en sí mismo.

La confusión de los actuales paisajes urbanos sin vínculo con lo local, la infinita alineación de edificios sin un contexto, todo ello es el resultado del fenómeno consumista en la arquitectura. […] Disneylandia -casi sinónimo de la arquitectura encapsulada de una sociedad de consumo-simboliza actualmente a la arquitectura urbana. Incluso aunque se tenga en cuenta que se trata de un museo con forma de parque temático, no se altera la encapsulación. Se trata de una arquitectura que ya no permite que nada entre en su interior.

Cuernavaca no es la excepción. La violencia ha obligado que esta ciudad otrora de jardines abiertos se haya convertido en una ciudad auto clausurada, de muros altos, cercas electrificadas, alambrados de púas, de desarrollos inmobiliarios homogéneos y de espaldas a la barranca (o utilizando las barrancas como su desagüe). Estamos conectados a todas horas con cualquier parte del mundo, pero nos hemos desvinculado profundamente con nuestro propio territorio.

Ante este contexto, Toyo Ito propone una arquitectura de límites difusos. Propuesta que retomo para imaginar una ciudad distinta en el que las barrancas tienen un rol fundamental. Para el arquitecto japonés, los elementos que debe tener una ciudad son:

1. Una arquitectura con límites blandos que puede reaccionar ante el entorno natural.

2. Una arquitectura que transforma el programa en espacio. Debe tener un carácter flotante que permita cambios temporales.

3. Una arquitectura que se esfuerza por alcanzar la transparencia y la homogeneidad, pero también por hacer posibles rasgos especiales del lugar.

Invito a considerar el límite de la arquitectura como un plano abierto al exterior. Potenciar la noción de compartir espacios dentro y fuera de los edificios, entendiendo ese límite no como una barrera sino como un espacio de relación. Y sobre todo, revisar la relación de la arquitectura con la barranca, pensar la ciudad como un ente de límites difusos que desdibuja nociones como propiedad privada y espacio público, naturaleza y cultura, adentro y afuera. Esta nueva arquitectura será un espacio donde las personas [y otros seres vivos, máquinas y cosas] recobrarán la sensación de estar realmente vinculadas, involucradas en un mismo ecosistema.