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Israel nunca ha sido perfecta y, en medio de la creciente radicalización, aquellos que ven antisemitismo en las protestas contra los actos de Israel han promovido argumentos aún más radicales e incluso han negado la realidad. La verdad es que Israel nunca ha logrado cumplir completamente con los sueños que originaron esa nación, y aunque se quiera defender los positivos de Israel, defenderla sería no aceptar que Israel ha sido una fuerza segregadora y discriminatoria. 

Sin embargo, el sueño expresado por Herzl y las crecientes ideologías liberales en Israel no es insignificante; es el sueño de una nación que proteja al pueblo judío y que unifique a todas las personas árabes, ya sean judías o musulmanas. Este sueño no está muerto, pues dentro de Israel se han visto florecer estas comunidades. Israel ha creado una cultura única que permite la coexistencia de valores ortodoxos y liberales, además de fomentar un desarrollo integral para los individuos. Ofrece un sistema de salud pública excepcional y accesible, incluso en las comunidades rurales más remotas, proporcionando atención eficiente y de calidad a todos, sin importar sus ingresos. Israel ha impulsado a todos los miembros de su nación a lograr hazañas excepcionales, utilizando los talentos de todos a través de la selección vocacional de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), ayudándolos a construir una vida. Además, brinda apoyo gubernamental y cultural a las familias, lo cual ha contribuido a formar una de las civilizaciones más jóvenes del mundo. Los israelíes consistentemente demuestran ser de las personas más felices del planeta. 

A medida que crece el antisemitismo en grupos liberales y de izquierda, del otro lado muchos han optado por radicalizarse hacia la derecha y negar lo que está sucediendo. No debemos defender a aquellos que en el pasado han perseguido a los judíos y a los grupos minoritarios. Sin embargo, el miedo generado por el aumento del antisemitismo en grupos que tradicionalmente apoyan a Israel no es insignificante. Las críticas constructivas son válidas: está claro también que el gobierno israelí ha cometido atrocidades que no se pueden negar. Históricamente, Israel ha lidiado con una cultura racista hacia los árabes, tanto musulmanes como judíos. A pesar de los intentos de negar la expulsión de árabes, hay evidencia clara de que ocurrió. Debemos dejar de negar la realidad y construir un futuro mejor y un mejor Israel aprendiendo de los errores del pasado. 

Lo que Israel está haciendo en Gaza y ha estado haciendo en los territorios ocupados durante años es terrible. Los eventos del 7 de octubre fueron horrendos, y es crucial para los grupos liberales recordar que Hamas es indefendible. Sin embargo, también lo son las acciones de Israel. Mientras que Hamas tiene objetivos explícitamente antisemitas en sus textos fundacionales, Israel no aspiraba a ser una nación segregadora. Sin embargo, ha fallado en esta aspiración desde el principio. Luchar contra la existencia de Israel no solo es antisemita y niega la devastación de la guerra civil antes de la ocupación británica en la región, sino que también es una crítica completamente ineficaz porque Israel simplemente no dejará de existir. 

El concepto abstracto de Israel no es responsable de la larga cadena de violaciones de derechos perpetradas en su nombre. Pero Israel no está definido únicamente por estas atrocidades. Como han demostrado los habitantes árabes de Israel en diversas encuestas, son felices viviendo allí y no migrarían a un estado árabe. Como cualquier israelí te dirá, la coexistencia judío-árabe en Israel es pacífica y forma parte de la vida diaria. Sin embargo, los árabes no ciudadanos, especialmente aquellos que no tienen ciudadanía israelí, te hablarán de la expulsión. Periódicos israelíes como Haaretz informan regularmente sobre asesinatos y discriminación en los territorios ocupados. Incluso antes de la guerra con Hamas, era común leer sobre soldados de las FDI matando a civiles palestinos sin motivo aparente. A pesar de la clara evidencia de abuso de poder, las investigaciones internas de las FDI rara vez dan resultados. Israel ha mantenido el control sobre servicios básicos incluso mientras promete independencia para los territorios. Las FDI continúan entrenando a sus reclutas para que abusen de los palestinos, ya sea mediante búsquedas y arrestos falsos o mediante violencia física y psicológica indiscriminada al intentar ingresar al territorio israelí para trabajar. 

El abuso de los palestinos por parte de las FDI no es nuevo, al igual que los regímenes diseñados para deshumanizar y crear otredad. El racismo dentro de Israel ha crecido desde el inicio de la guerra. El gobierno israelí ha cometido actos monstruosos, y desde el 7 de octubre, estos han empeorado exponencialmente. Es imposible negar de manera sería el genocidio; debemos posicionarnos en círculos de izquierda y liberal, recordando que Israel es un bastión de protección no solo para los judíos, sino para todas las minorías, y aceptando que también se han cometido atrocidades en su nombre. No debemos polarizarnos y defenderlo como si fuera perfecto porque no lo es. Debemos criticar el antisemitismo de algunos argumentos en su contra y construir nuevos a través de este cuestionamiento. Si queremos que Israel algún día se convierta en lo que prometió ser, debemos criticarlo y responsabilizar a quienes cometen genocidio en su nombre, es momento de criticar y así alcanzar el sueño de Israel. 

*Buscador de preguntas y, si se puede, respuestas.

Una multitud de gente en la calle

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